Una estructura elevada de andamios pegada a la estatua de San Martín llama la atención general en la plaza central de la capital cordobesa. Mejor observada, ciertos detalles como una escalera vertical y un cartel en las alturas que reza “Querido don José de San Martín” dan pistas de la austera intervención pública de la artista local Dolores Cáceres, titulada “MONEMENTUM Tus ojos”, que tiene como propósito que la gente suba a una plataforma horizontal para ver al prócer de frente.
La obra, inaugurada ayer a la tarde y que integra la muestra colectiva “100x100” con que la Municipalidad de Córdoba rinde homenaje al centenario de la Reforma Universitaria, teje en su acción sencilla una red de interrogantes e interpretaciones con fidelidad a su naturaleza conceptual. En principio, la experiencia del ascenso lleva a una perspectiva inédita del horizonte urbano y a la constatación de que la estatua a cuyo alrededor pasan cientos de personas diariamente nunca estuvo tan próxima al escrutinio. Encarnada en el bronce oscuro, gastado, ceniciento, la mirada vacía de San Martín se escapa hacia el noroeste que señala su obsecuente dedo en una línea insondable que va de la sede de Talleres a la Cordillera de los Andes. Quien cobra una inusual importancia es el caballo, que revela una caricaturesca curvatura en el cuello.
La pieza de arte público se completa con el dorso del cartel suspendido, una misiva minimalista que puede leerse en la cima y que dice “Vine aquí para decirte mirándote a los ojos que los dolores que nos quedan son las libertades que nos faltan. Cuando no existamos nos harán justicia. Con el cariño de siempre”, y que firma la artista con su alter ego Dolores de Argentina. “MONEMENTUM Tus ojos” continúa la serie iniciada por “Qué soy” (2008), una siembra de casi una hectárea de soja en los jardines del Museo Caraffa, y “SinLímite567” (2015), que sustrajo de todo contenido a tres salas del mismo espacio. A partir de la intervención de lo dado, Cáceres cruza simbologías políticas, sociales y artísticas entre la provocación, la banalidad y la perplejidad.
Hacer visible
En la actual obra cobra especial relevancia la dimensión histórica por su intersección de tres siglos (el decimonónico de San Martín, el 20 de la Reforma y el actual). El choque con las facciones sanmartinianas supone un aliciente para interrogar las lindes de pasado broncíneo y contingencia incierta, arte clásico y contemporáneo, tiempo eterno y efímero, subjetividad heroica y ciudadana.
Y, finalmente, para llevar a cabo la operación estética fundamental de redescubrir una materia soslayada, ciega en su emplazamiento central en la ciudad. “No hay nada más invisible que un monumento” dice la cita de Robert Musil en un panel del andamio, y así es posible pensar que es asimismo el sentido histórico de San Martín y la Reforma el que se evade en un espacio amnésico.
“Es muy interesante estudiar sobre este monumento, no me acuerdo que me enseñaran ni siquiera en la escuela de arte cómo sucedió que apareció esta escultura en Córdoba”, dice Cáceres, que evoca el devenir de la estatua, réplica provincial de otra porteña a su vez hecha a medida de una inicial chilena, que ostentaba como diferencia una cola del caballo que tocaba el suelo por prevención sísmica. Como no había lugar donde emplazar el ejemplar local, la figura de bronce estuvo durante un tiempo en un andamio de madera próximo al Cabildo, hasta que en 1916 (casi en épocas de la Reforma) la Municipalidad encargó el monumento con sus esculturas.
“Propongo que en el gesto de mirar al prócer el espectador se convierta por un momento en un actor de la Reforma. La obra es un homenaje a los reformistas, que en su momento fueron atacados por las instituciones, especialmente por la Iglesia. A los ojos se miran los que dicen la verdad, los enamorados, el que miente no mira a los ojos. La primera vez que subí el andamio y vi la estatua fue emocionante, pero no puedo decir que a todos les pueda pasar. Es interesante hablarles a los héroes, preguntarles qué estamos haciendo, ponerse de cara frente a la Historia. ¿Somos patriotas? ¿Nos enseñan a serlo?”, se pregunta Cáceres.
Y cierra: “Hay que ver qué pasa, qué queda de estas obras. Ahora tenemos la ventaja de digitalizar y dejar un archivo fuerte y concreto para que cuando se celebre otro centenario de la Reforma se conozca esta obra, que parecerá una antigüedad, ¿no? A lo mejor nada exista de acá a 100 años”.
Para ver. “MONEMENTUM Tus ojos” puede visitarse hasta el 14 de junio en plaza San Martín, de 14 a 17. Gratis.
Este jueves se inauguró “MONEMENTUM Tus ojos”, la intervención de la artista Dolores Cáceres que permite mirar de frente a la estatua de San Martín.