Su rostro nos mira mientras se transforma en la video performance 2000 piezas/ infinito singular que se exhibe el Museo Palacio Dionisi (Yrigoyen 622)como una de las propuestas de BIENALSUR (Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de América del Sur). Es Maricel Álvarez quien pone la cara, protagonista y autora al mismo tiempo. 2000 piezas/ infinito singular se conecta indefectiblemente a su destacado trabajo actoral en cine y teatro. Protagonizó películas como Biutiful junto a Javier Bardem, del director mexicano Alejandro González Iñárritu; A Roma con amor, de Woody Allen, o la más reciente Toublanc.
-¿Cómo nació?
-Mi anterior creación, la videoinstalación teatral Yo tenía un alma buena (fragmentos de un relato mutilado) se había articulado a partir del tema del doble y había puesto el foco en el cuerpo como material. Pero aquel era un cuerpo sin rostro, o con un rostro en cuya geografía apenas si nos deteníamos. Pasado un tiempo, retomé aquel trabajo y me puse a reflexionar acerca del rostro, aquello que nos singulariza, que remite inmediatamente a la noción de identidad, tanto si nos referimos al rostro propio (que relacionamos con una historia de la subjetividad), como si nos referimos al rostro de los demás (que asociamos al concepto de alteridad).
Maricel Álvarez cuenta en diálogo con VOS que durante el proceso de gestación de la obra leyó materiales como los tratados de Lavater o Lichtenberg, fisionomistas del siglo XVIII, para quienes el rostro es un texto cifrado abierto a la interpretación del observador.
Así llegó a la obra de Emmanuel Lévinas, que le dio el "marco filosófico, poético y político" con el que determinó que quería trabajar: "La teoría levinasiana es compleja, no pretendo sintetizarla en estas líneas, pero sí apuntar aquello que más me sirvió para la concepción de 2000 piezas/infinito singular. '¿Quién soy yo si nadie me nombra?'", dirá el filósofo. La relación cara-cara es fundamental para Lévinas, pues en esa relación, ante todo ética, es en donde el sujeto es responsable del otro incluso antes de ser consciente de su propia existencia".
Sobre estos "cimientos conceptuales" basó su obra: "Se trata de ir al encuentro del rostro del otro para abandonar la mismidad y tener una experiencia ética", revela. Aquí vuelve a trabajar, con uno de los lenguajes que más le interesa explorar: el audiovisual: "Video y paisaje sonoro lo son todo en esta pieza. Y la inclusión del único objeto de la instalación, el rompecabezas de 2000 piezas de un primerísimo primer plano de mi rostro, por supuesto".
El curador Fernando Farina la convocó para participar de BIENALSUR, y en el Dionisi su obra dialoga con la de Nicola Costantino y Roberto Jacoby. En su video performance, Maricel trabajó junto a Natalia Labaké, Marcelo Martínez, Nora Lezano y Julieta Potenze.
Poner la cara
-¿Qué cosas te suceden al encarnar las transformaciones del rostro desde la emoción?
-En 2000 piezas/infinito singular fue poner la cara ¡antes que el cuerpo! Rostro, máscara, rol, personaje, persona. Todos estos conceptos están entrelazados si nos atenemos a su pasado etimológico; para los griegos comparten un mismo término, prosopon, aquello que se presenta a la vista de los otros. Se dice que los actores prestamos nuestro rostro a los personajes que encarnamos. En el teatro y en el cine, el rostro del actor es doble, porque se representa a la vez a sí mismo y a otro. Algo de todo esto me interesaba poner de manifiesto en la obra, precisamente porque soy, además de su creadora, una actriz con cierta trayectoria en cine y teatro, que ha "prestado" su cara a muy diversos personajes. Entonces, persona y personaje iban a ser dos categorías que iban a aparecer fusionadas gracias al arte de la actuación.
"El encuentro con el otro produce una conmoción"
-Los ojos, el llanto, las lágrimas como ríos, la percusión, son elementos que sacuden, ¿a dónde nos lleva?
-A Lévinas, quien propone un humanismo del otro. Del que se conmueve, responsabiliza y responde totalmente por el otro. El otro me afecta y me importa, por ello establezco una relación ética con él. El encuentro con el otro produce una conmoción. Levinás habla de las figuras del huérfano, el extranjero y la viuda, ya que estas tres figuras están desamparadas, les falta una relación importante. Con ellas estamos obligados, dice. Todos estos recursos que mencionás buscan claramente la empatía. Como medio para construir un canal de comunicación, de afecto entre el que mira y el que es mirado. La edición del video, así como el paisaje sonoro (que, insistí, fuera minimalista y orgánico, de ahí la asociación con el pulso vital, con los latidos del corazón) apuntan claramente en esa dirección.
-¿Cómo trabajaste lo visual más allá de lo performático? El rompecabezas, por ejemplo, que alude al arte de acción...
-En cuando al video, la idea era clara y simple: desplegar todo el amplio espectro emocional del que somos capaces a partir de la gesticulación facial, de la expresión. En 1978 los académicos Ekman y Friesen publicaron el Sistema de Codificación de la Actividad Facial, que permitió medir con rigor científico, todos los movimientos musculares de la cara y clasificar sistemáticamente la expresión física de las emociones. Con este método comprobaron que los humanos poseemos más músculos faciales que ningún otro animal sobre la tierra: 22 en cada lado. Y que, a partir de las combinaciones que son capaces de generar esos 44 músculos, poseemos la impresionante capacidad de transmitir a los otros una información de una variedad expresiva y una sutileza extraordinarias.
Mariel cuenta que el rompecabezas fue durante mucho tiempo una pieza autónoma ("mandé a realizar ese puzzle a una fábrica en Alemania, en 2015, durante un viaje de trabajo"). Lo encargó por impulso, dice, "consecuencia de una ocurrencia, de una idea que aún no tenía curso alguno".
"Es interesante cómo trabaja la cabeza, ¿no?", se asombra. Entonces, continúa, "todo lo que vino después, la idea del proyecto, las lecturas, Lévinas, el formato instalativo parecieron guardar una lógica y una coherencia absoluta con el encargo de ese rompecabezas. Su inclusión en la obra era imperativo, desde ya". Se sustenta, además, en una idea de Belén Altuna, "cuyo extraordinario libro Una historia moral del rostro, fue de gran ayuda, quien sostiene que el rostro es algo que se hereda, sí, pero que ante todo es algo que se crea, se cumple y se construye".
Perfil
Maricel Álvarez (Buenos Aires) es actriz de cine y teatro, profesora y coreógrafa. En 2010 co-protagonizó junto a Javier Bardem Biutiful, del mexicano Alejandro González Iñárritu; también fue parte del staff de A Roma con amor, en 2012, dirigida e interpretada por Woody Allen. En cine también participó en los filmes Las insoladas (2014); El paraíso de los malditos (2013); y Días de vinilo (2012). En televisión se la vio en la serie El hombre de tu vida, dirigida por Juan José Campanella.
La gran artista argentina, conocida por su trabajo actoral en cine y teatro, pone el cuerpo a la video performance 2000 piezas / infinito singular, una obra conmovedora que Bienalsur presenta en Córdoba.