“Me motivó hacer una obra de gran porte, casi cuatro metros, es un desafío interesante”, le cuenta a VOS la artista porteña Dora Isdatne, una de las invitadas a participar del décimo Simposio Internacional de Escultura de Unquillo, junto a sus colegas Luis Wells, Hernán Dompé y Claudio Gómez. Desde el pasado domingo los cuatro artistas, acompañados de otros jóvenes escultores que ejecutan sus proyectos en calidad de asistentes, dirigen la ejecución de sus obras en la explanada del edificio municipal.
Hasta el domingo 20, los cuatro equipos trabajarán a la vista del público, y ése será el único rasgo que el Simposio conservará de su modalidad anterior. Este año, el tradicional encuentro cambia radicalmente su forma. En vez de una veintena de artistas que generaran igual cantidad de obras, se decidió proyectar pocas piezas monumentales para emplazar en el acceso sur de la ciudad, en lo que podría transformarse en un paseo.
En una charla amena en el predio de trabajo, los artistas adelantan algunos de los rasgos que entre hoy y mañana se podrán percibir en estas grandes esculturas de metal, el material convocante. Con tema libre, los artistas proyectaron trabajos en los que domina la abstracción.
Luis Wells anuncia que su escultura serpenteante se llamará Yarará. Dompé adelanta que trabajará con curvas en su obra El camino de la seda, un pequeño cambio en relación a los ángulos de sus esculturas. Dora Isdatne afirma que su obra se llamará Vibración: “Son dos hojas muy geometrizadas que se enroscan generando una vibración”, explica. Y Claudio Gómez, quien bautizó Los niños a su proyecto, ve una influencia de sus propios hijos atravesando su trabajo: “Ellos dibujan la pared, la heladera”, cuenta. Su obra refiere “a la familia y sus protagonistas, son seis módulos y nosotros somos seis, son formas blandas que también representan a la naturaleza”.
A Dora la acompañan Roque Rumachella y Juan Manuel Tardivo; a Wells, Denis Castellano y Martín Breccia Vexenat; a Dompé, Tihomir Petrov Kourdov y Jeremías González; y a Gómez lo asisten Gaspar Lunes y Ezequiel Sarzotti.
Isdatne y Wells están habituados a los asistentes. Sin embargo, para Dompé “es extraño”: “Me gusta tallar la piedra o la madera, me interesa el diálogo con la materia, los imponderables, como la aparición de un nudo o una veta que te hacen cambiar de dirección”, reflexiona. En este sentido, Luis Wells se pregunta si “la máquina eliminará el azar”; y Dora Isdatne advierte: “la obra no siempre termina igual a como fue proyectada”.
La escultora rescata de la modalidad de equipo de esta edición la avidez de los jóvenes artistas (con quienes comparten la tarea) por conocer “cómo estudiamos y vivimos los que nos dedicamos a esta profesión”.
Dompé se reservó una última oportunidad para “meter mano”, para incidir con un gesto físico, como hace en su taller: “Voy a pintar yo mismo la escultura, y sé que voy a usar dos colores, no sé cuáles, pero serán dos, y la voy a pintar a mano”.
Para ver
El 10° Simposio de Escultura de Unquillo se desarrollará hasta el domingo 20, de 9 a 13 y de 16 a 20. Entrada libre. Este viernes a las 19.30 abrirá en el Museo Spilimbergo la muestra “Simposio de Esculturas de Unquillo, 10 años”.
El Simposio de Escultura de Unquillo celebra su primera década con una producción de cuatro obras de gran porte para la ciudad. Dora Isdatne, Luis Wells, Hernán Dompé y Claudio Gómez cuentan cómo serán sus proyectos.