La luz encarna el agua en las obras de “Ineludible”, el ensayo fotográfico que Candelaria Magliano exhibe en el Museo de las Mujeres (Rivera Indarte 55). La artista atrapa la belleza de ese contacto íntimo cuando va hacia el elemento que está en los orígenes de la vida y que se manifiesta de forma permanente en lo más cotidiano, como un baño o la lluvia que miramos desde la ventana.
El agua apareció y se quedó en sus imágenes, dice Candelaria, y relata cómo sucedió: “Venía haciendo registro de mis hijos, y en un principio era un ensayo sobre la infancia, los vínculos entre hermanos, con el eje puesto más en la crianza. Y no sé muy bien cómo ni cuando apareció el agua como elemento fundamental, que permite la existencia y la modela. Y ahí fue cuando la historia realmente tomó vuelo”.
A partir de entonces, cuenta la artista, empezó a poder hacer otras relaciones: “El agua no sólo como un elemento físico e imprescindible, sino también esta cualidad tan femenina del agua, sus muchas formas y texturas, su gran capacidad de estar ahí siempre e incidir de un modo casi imperceptible”.
También indagó en cuestiones relacionadas a lo político y ecológico. “Quería una muestra que pudiera girar por distintos lados, una muestra más de calle, que permita, a partir de las imágenes, reforzar este mirar para pensarnos”, reflexiona.
Para la artista, el descubrimiento del agua y su presencia íntima, de lo que “siempre estaba ahí”, fue también un juego en el que le interesó poner al agua en evidencia, “traer su presencia, plasmarla en una imagen como un ejercicio de conciencia”.
¿Momentos cotidianos en vez de grandes relatos? “Absolutamente”, responde Candelaria, que busca ir hacia lo profundo y trascendente en lo mínimo, antes que lanzarse a “grandes expediciones en el afuera”.
“Somos parte de todo un sistema muy complejo, misterioso y maravilloso”, celebra. “Por momentos conectamos con lo existencial. Ahondar en esos fogonazos, volverlos conciencia, historia compartida, es un gran desafío”, destaca.
En el paisaje acuoso de las imágenes de Candelaria se cuelan las imágenes de la crianza, los niños, como una confianza en el “poder revelador y persuasivo de la imagen y la poesía”. Es allí donde todo se conecta. La elección de la paleta de colores o el monocromo, como sucede en “Ineludible”, es para Magliano como la entonación de la voz: “No usás la misma voz para arrullar a un bebé que para gritar la bronca o para declarar amor”.
El latido propio
Miguel Ángel decía que esculpir es quitar lo que sobra, recuerda la artista. Cualquier forma de creación requiere empezar por eso, señala. “Entonces, cuando ya sacaste todo lo que sobraba, podés empezar a trabajar con lo que permanece: desde lo que uno es, sintiendo el latido propio, el propio timbre de voz, conectar con la historia que quiere emerger”, dice.
El devenir de su trayectoria, historia, formación y gustos la llevó a trabajar con imágenes que tienen “una cierta belleza clásica, una plasticidad, donde los sentidos no son totalmente obvios, pero tampoco totalmente opacos”, dice. “Alguien dijo que la belleza es terror domesticado. Creo que hay algo de eso”, agrega.
Lo que más desea es lograr imágenes que permitan, a quien las ve, “verse otra vez”. Así lo explica: “Ampliar los registros de conciencia. Y eso no siempre es grato ni fácil. No se trata de eludir el espanto, la duda o el vacío que implican existir, sino de permitir el encuentro”.
“En este trabajo me gustó recuperar algunas características propias de la fotografía humanista”, sostiene la artista sobre esta corriente, a la que considera maravillosa. “La fotografía humanista se manifiesta en la primera época del fotoperiodismo y los ensayos publicados en las revistas ilustradas, en el blanco y negro, por supuesto, el registro de la luz existente/ambiente, la toma directa de la escena sin prepararla, sin intervenirla”, detalla.
Para Candelaria, la fotografía humanista tiene “una cosa habilitante: escucha el latido y permite que suceda”. Como si estuviera más cerca de la contemplación que de la creación: “Eso, justamente, venía muy bien para este trabajo, que ha sido más de revelación que de construcción”, dice sobre “Ineludible”. Si los humanistas trabajaban mucho en la calle, en el afuera, dice, ella intenta “recuperar algo de esa estética para contar el adentro”.
Ineludible
Muestra de fotografías de Candelaria Magliano. Espacio Cultural Museo de las Mujeres (Rivera Indarte 55). Martes a viernes de 10 a 20; sábados de 10 a 16. Hasta el 6 de septiembre, entrada gratuita.
La artista presenta en el Museo de las Mujeres un ensayo fotográfico en blanco y negro que rescata la intimidad de un elemento esencial de la vida.