La última Noche de los Museos, a fin de noviembre del año pasado, encontró a Agustina Rodríguez Suhurt compartiendo su muestra con el entusiasta público que copó todos los espacios de arte públicos de la ciudad. Este verano, su muestra “Entornos invisibles” continúa en exhibición en la Cripta Jesuítica (Colón esquina Rivera Indarte). Para disfrutarla solo es cuestión de disponerse a bajar las escaleras de una de las esquinas más transitadas del centro histórico de esta ciudad.
Agustina cuenta que la experiencia de esa noche fue muy buena: “Tuve la oportunidad de que el público que no acostumbra a acercarse al museo, galerías o espacios exclusivos de arte conozca mi trabajo”.
Lugar mágico
La artista fue testigo de una “impresionante” concurrencia que se llegó hasta este lugar histórico que ella define como “de contundente arquitectura, en pleno centro de Córdoba”. Es allí donde, según sus propias palabras, “el bullicio abruma, debajo de esta intersección, encontrarte con la arquitectura de la Cripta Jesuítica, un espacio calmo, silencioso que abraza un cierto misterio, es mágico”.
De aquella muestra en la galería Rojo, donde exhibió las pinturas de una manera quizá con menos vínculo con elementos del espacio, llega esta nueva propuesta en la Cripta.
La artista siente que esta vez fue un nuevo desafío, al dialogar con la arquitectura de la Cripta. “Es de por sí muy fuerte, con sus paredes de piedra, sus arcadas y habitáculos concretos y de estructura pesada de una magnificencia inusitada”, amplía.
Agustina dice que la contemporaneidad de sus obras pudo convivir, integrarse con el lugar y su historia, y nunca competir. Trabajó junto a Mariano Barrera, curador de la muestra.
Entre la ciudad y las Sierras
Si bien su propuesta está inscripta en una tradición, Agustina se permite tomar unas buenas libertades en relación al desarrollo de lo formal de sus obras, también en las instalaciones, dejando oxigenar la estética constructivista, abstracta a la que suscribe, con algunas hibridaciones que claramente se relacionan con otro orden de cosas.
“La geometría y la línea orgánica están inscriptas en nuestro entorno”, señala, y se explaya: “Córdoba tiene la particularidad de permitir que se viva en dos estados, la urbanización de la ciudad y la naturaleza de las sierras”. Estas cercanías las experimenta Agustina cotidianamente: “Mi vida transcurre entre la ciudad y las Sierras, y viceversa”.
De allí que su idea sea “construir un trabajo que acerque sentimientos, olores, concreciones, estructuras, movimientos, naturaleza, creando así un híbrido en todo sentido con materiales y elementos orgánicos, para desarrollar el tema de la interdependencia de la ciudad y la naturaleza”. Líneas geométricas que pueden entrelazarse con formas orgánicas, lo que revela hoy en su muestra “Entornos Invisibles”.
“La instalación, la pintura y el objeto son los medios que me están satisfaciendo a la hora de construir mi trabajo”, sostiene la artista. De todas maneras, concede que este estado actual no es algo fijo, sino una búsqueda constante: “No sé dónde concluirá esta obra, ni por donde me llevará, sólo sé que el trabajo y la perseverancia irán dilucidando el camino”.
Agustina Rodríguez Suhurt pone a dialogar sus obras con la antigua arquitectura de la Cripta Jesuítica. “Entornos invisibles” es una propuesta que se puede conocer bajando las escaleras de una de las esquinas en pleno Centro.