Dentro de la elegante casona donde funciona el Museo Provincial de Fotografía Palacio Dionisi (Hipólito Yrigoyen 622), impacta el encuentro con las magníficas fotografías de familias retratadas en sus humildes viviendas. Se trata de la exposición “Vivir en la tierra”, en la que el fotógrafo argentino Andy Goldstein documentó entre 2010 y 2011 las precarias condiciones sociales y económicas de los más de 174 millones de habitantes que ocupan asentamientos informales en Latinoamérica.
Sólo una de las salas muestra una serie pequeña, “Río Cuarto”, de 1974, que es para Goldstein la semilla de “Vivir en la tierra”, donde se pueden “rastrear en esos comienzos fotográficos elementos que luego fui desarrollando”.
La vivencia personal de cada uno de los retratados en la serie “Vivir en la tierra” se proyecta en imágenes en las que cada uno de ellos ha elegido dónde posar y cómo hacerlo. Es un dato relevante de la producción de estas gigantes fotografías a color que realiza a la manera de grandes murales del realismo social.
La vivienda y los modos de vida aparecen claramente en estas fotos, sobre todo cómo es la disposición de los objetos, que para Goldstein dan testimonio de las “carencias, las esperanzas y el paradójico arraigo del desarraigado”.
Las fotografías recogen las realidades de 14 países: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Haití, Honduras, Guatemala, Ecuador, México, Perú y República Dominicana.
Para el fotógrafo, esta experiencia es singular: “No fue casual que de pronto, los caminos y los tiempos confluyeran y que las puertas de las casas de aquellos que viven en la tierra se abrieran a mi mirada y a mi cámara”.
Testimonio visual
Goldstein entrega en estas imágenes el testimonio visual de un fenómeno internacional que lleva nombres locales: cantegriles en Uruguay, favelas en Brasil, villas miseria en la Argentina, señala Néstor García Canclini, escritor, antropólogo y crítico cultural argentino. “Estos asentamientos populares, como se los llama en la sociología urbana, tienen como origen común haberse creado en todas las grandes urbes y en centenares de ciudades medianas de América latina a partir de los años 40 del siglo pasado”, explica.
García Canclini detalla que la industrialización atrajo migrantes del campo, que primero fueron ubicándose en barrios pobres de los centros urbanos y luego ocuparon terrenos periféricos. “Salvo por algunos estudios etnográficos, desconocemos sus modos íntimos de sobrevivir”, sostiene. Y se pregunta: “¿Por qué muchos pobladores se niegan a aceptar viviendas de mejor calidad en otras áreas de la ciudad? ¿A qué se debe la violencia de sus reacciones en algunos casos? ¿Cómo viven en esas condiciones distintas generaciones? ¿Cómo se ven a sí mismos?”.
Para este autor, las fotografías de Andy Goldstein dan información valiosa para responder estas preguntas. “Al entrar en las casas, nos hace participar de su mirada”, propone y describe el contenido de sus imágenes como “la acumulación de penurias y de objetos con que cada familia viene intentando desde hace mucho suplir lo que le falta”, y que “revelan que más que emergencia se trata de privación sistemática”.
Marta Lamas, antropóloga mejicana y catedrática de ciencias políticas del Instituto Tecnológico Autónomo de México, profesora e investigadora de la Universidad Nacional Autónoma, se pregunta si sabíamos que en nuestras sociedades los seres humanos pueden sobrevivir en condiciones como las que vemos: “Probablemente sí”, dice, “pero no es lo mismo saberlo en abstracto que contemplar al detalle cómo viven millones de latinoamericanos”.
“Aquí los ojos del artista se convierten en interlocutores de la crisis, él es el que media las miradas”, aporta Teddy Cruz, arquitecto y urbanista guatemalteco, para quien “somos nosotros, los observadores, los que nos precipitamos dentro de esa realidad”.
Goldstein, agrega, facilita cruzar esa frontera: “No son simplemente retratos o documentación gratuita de lo existente. Son conversaciones con la coexistencia”. Para Cruz, “esta fusión de la imagen y la experiencia es resultado de una empatía absoluta por un sentido de urgencia que redefine los límites de las percepciones, entre los que están afuera y los que están adentro. Nadie es turista. Todos somos habitantes”.
Inauguraciones múltiples
El sábado 3 de septiembre a las 11.30, el Museo de Fotografía Palacio Dionisi (Hipólito Yrigoyen 622) lanzará su nueva modalidad de aperturas múltiples. Abrirán las muestras “Anselmo Pérez inédito”, sobre el autor, leyenda de la fotografía en Córdoba, que mostrará por primera vez la serie Transición (foto), con curaduría de su hija, la fotógrafa Susana Pérez.
Otras de las muestras es “Marea alta”, de Paola Spalletti, una exposición que integra la fotografía de toma directa, el video arte y la instalación. También “Instantáneas de la vida cotidiana”, de Guillermo Franco, copias en pequeño formato de la ciudad, realizadas en blanco y negro. Finalmente, la nueva Sala de Documentación exhibirá “Eva Duarte y la movilización femenina en Córdoba 1946-1964”. Este espacio es una iniciativa conjunta entre el Museo Palacio Dionisi y el Archivo Histórico de la Provincia de Córdoba, para la difusión y exhibición del patrimonio fotográfico con valor histórico.
Se trata de fotografías de los asentamientos populares de Latinoamérica. La muestra se puede ver hasta este domingo en el Museo Provincial de Fotografía Palacio Dionisi.