Para alguien acostumbrado a pintar obras abstractas en el espacio público, la experiencia de editar un libro y abordar en él la realidad a través de palabras y fotografías implica una desafiante novedad. El street art del que Elian Chali fue pionero a nivel local lo llevó a viajar incansablemente por el mundo en los últimos años, donde dejó su geométrica y colorida huella pero también amplió su mirada política-urbanista, que ahora sintetiza en Hábitat (Trimarchi Ediciones) en la forma de instantáneas analógicas y ensayos urgentes. A la vez celebración del orbe y sus habitantes y crítica de una dimensión pública y democrática en crisis, Elian alterna las posibilidades del lente (personas, objetos, paisajes, calles, situaciones) con textos inquietantes en los que refiere a una época en la que el hábitat común ha llegado a su fin e internet se erige como el paraíso del capitalismo.
“Pasé mucho tiempo en viajes y viví experiencias distantes y diferentes, me atravesaron altibajos sociales –dice Elian–. Sentí que tenía que hablar de lo que me pasaba y empecé a escribir. Al principio era plan bitácora en primera persona, pero después analicé todo desde un punto de vista más objetivo. Traté de salirme de mi experiencia para ver de lejos, generar hilos conductores entre ciudades, contextualizar cuestiones relacionadas al comportamiento. La fotografía nace como medio cómplice, me ayudó a cerrar, las fotos funcionan como muletas para los textos. El material final no podía ser una exhibición o un blog, tenía que ser un libro para que se comprenda”.
La sobria tapa en blanco y negro con ecos a Unknown Pleasures de Joy Division es el único diseño abstracto de un volumen en el que Elian se dedicó a la composición naturalista. “La fotografía es la figuración completa, exactamente la vereda contraria a lo que hago”, admite.
Las obras del artista diseminadas por el planeta se dejan así y todo ver en algunas fotos, ubicaciones geográficas ante las que los textos (dedicados al espacio público, el arte público y el arte y lo público en las redes, respectivamente) deslizan una paradoja: en algún momento esos y otros trabajos de street art podrán verse en un paseo apacible por las veredas virtuales de Street View, desactivando toda interacción callejera.
Elian: “Internet me parece una cosa macabra, retorcida, elucubrada, oculta detrás del manto de la independencia y la globalización. La idea del contenido eterno es falsa y cruel para el usuario, que siente que ahí es libre. Hay un rediseño de la libertad en internet que nada tiene que ver con la libertad. El texto apunta a la responsabilidad que tenemos a la hora de formarnos como personas en ese otro mundo. Siempre se habló de viajar a Marte o a la Luna cuando el planeta no dé más, pero ya estamos en otro plano, el virtual. Nos comunicamos más en ese plano que en el físico, y quería hablar de eso, lo contrapuesto a llevar expresiones a la calle. Internet me parece válida, pero hay que ser responsable en su uso”.
En ese sentido Elian evitó ponerle epígrafes a las fotos, y así las imágenes apuntan más a un lugar imaginario que al “yo estuve ahí”. “Quería que todo pareciera una misma ciudad, desprenderme de lo documental y aportarle sensibilidad a la narrativa. Quería ser desconcertante, no condicionar a las fotografías al dato, reflejar un punto de vista subjetivo con el que te sientas en mi casa, que veas a través de mí. Las fotos me enseñaron a observar, a entender civilizaciones, a captar momentos que no pueden perpetuarse de otra forma”, cierra.
Córdoba tras las rejas
Elian presentará mañana sábado Hábitat en el museo Caraffa, donde actualmente se exhibe una muestra curada por Kosovo Gallery en la que se incluye una obra del artista, Higiene urbana, compuesta por tres rejas de la peatonal cordobesa. La crítica urbanista a la que apunta el trabajo puede complementarse con las fotos y escritos de Hábitat, y la obra puede pensarse como el resultado y reverso local de las reflexiones que extrajo Elian de sus viajes al extranjero.
¿Hasta qué punto hay un lazo que une ambos trabajos? ¿Cuál es el cuestionamiento que subyace en Higiene urbana al hábitat cordobés? “La obra que estoy planteando en el museo Caraffa se relaciona con una nueva etapa en la que estoy entrando como artista y en la que también entra el libro –dice Elian–. Las rejas de los canteros señalan la manera en que nos movemos los cordobeses en nuestro cotidiano. Creo que hay algunos factores relacionados al urbanismo a nivel local que tienden a ser opresivos en su diseño del comportamiento del día a día. La presencia y el actuar de un sistema policial como la CAP hasta el enrejado de lugares de uso democrático, público y colectivo son actos de militarización de la ciudad. Las rejas en la instalación del Caraffa tiradas en el piso e iluminadas por una luz lúgubre sin importancia y despojada de cualquier característica escultórica busca hablar de eso, activar algo. Quiero que hablemos, que dialoguemos sobre cómo nos comportamos en la ciudad, el miedo que tenemos, cómo el panóptico nos hace actuar de determinada forma. Hubo gente que el día de la inauguración me dijo ‘Cómo te vas a robar la reja de los espacios públicos’, cuando en realidad son las rejas las que los oprimen a ellos. Es una contradicción”.
Y concluye: “Los canteros y las pérgolas con las parras fueron diseñadas en la peatonal con el sentido de que la gente habite el espacio público, que la peatonal sea un lugar de encuentro. Ahora está todo enrejado para que sea solamente vía de paso. Esa configuración del uso del espacio público atenta contra la democracia. Y eso siempre que tengas la suerte de llegar a la peatonal. Hay gente en los barrios periféricos que ni siquiera tiene acceso al centro, existe un cordón invisible que no lo permite. Los espacios de poder se vuelven lugares muy oscuros”.
Presentación. Hábitat se presenta este sábado a las 15 en museo Caraffa (Poeta Lugones 411). El libro se vende en librerías.
El street art llevó a Elian a los rincones más distantes del planeta. Los textos y fotos del libro Hábitat son su urgente resultado.