Generar un debate o abrir la discusión sobre el rol de las instituciones artísticas y sobre el papel específico del Museo Caraffa era uno de los objetivos de la muestra #SinLimite567, de Dolores Cáceres. La propuesta conceptual se despliega en tres salas vacías (salvo un texto y la señalética con las medidas de los espacios) del museo provincial, que dirige Jorge Torres.
La polémica que disparó la muestra trascendió los circuitos artísticos y dio lugar a intercambios de opiniones que alcanzaron un tono inusual en redes sociales. “Si no hubieran existido ecos laudatorios o agresivos, la muestra no hubiera cumplido su cometido”, señala Torres. Añade que el museo respaldó la muestra con el trabajo de todas sus áreas, pero discrepa con algunas expresiones de la artista y da una versión distinta de cómo se gestó.
–Cáceres contó en una entrevista que el museo la convocó hace dos años para hacer una retrospectiva, aunque ella optó por trabajar otra idea. ¿En ese momento se gestó “#SinLimite567”?
–Desde el museo lo desconocemos. Consideramos que las propuestas de una artista con la trayectoria, los premios y el profesionalismo de Dolores son garantía suficiente para la institución. Y como en todas las muestras de estos años, de diferentes artistas y tendencias, el museo con sus equipos técnicos acompaña, colabora, dialoga con el artista o la institución que trae la muestra para tener un guion expositivo de calidad, pensando siempre en uno de los objetivos del museo, que además de pedagógico debe ser formador de espectadores calificados.
–¿Qué participación tuvo el museo?
–Desde el principio sabíamos de la importancia del escenario, sabíamos que era un trabajo de tipo procesual, por lo cual había que estar en contacto diario con la artista pero no interferir en su discurso. El museo acompaña con el trabajo de sus distintas áreas: diseño gráfico en la concepción de la pieza gráfica, en el diseño del cartel externo, en los dispositivos de texto en los muros y el flyer que se distribuye al público gratuitamente (cuyos contenidos son redactados por el Área de Investigación) y toda el Área de Montaje e Intendencia, que en este caso se refiere a pintura de salas, iluminación y adaptación a esta muestra en particular retirando paneles de durlock de muestras anteriores.
–Hay quienes objetan que se podría haber realizado una propuesta de similares características sin comprometer tantas salas…
–Las tres salas están conectadas entre sí, y así se potenciaba la idea propuesta por la artista. El museo cuenta con 9 salas, en las que se exponen las obras de otros importantes artistas.
–¿Está en los planes que la señalética de “#SinLimite567” ingrese a la colección del Caraffa?
–El museo nunca se planteó la idea de adquirir la señalética de las salas, ni se habló al respecto con la artista. En el caso de que ella decidiera donar estas piezas gráficas, se siguen los pasos normativos al igual que en otras donaciones.
–La artista señaló que parte de su trabajo consistió en poner en condiciones las salas. ¿Es así?
–Para cada inauguración, personal del museo arregla y repinta todas las salas. En todas las muestras y con presupuesto propio hay una intervención en función de las características de cada exposición (cambio de colores de paneles o salas completas, agregado o quitado de espacios expositivos). En el tema iluminación, la artista requirió que fuera uniforme, por lo que hubo que reemplazar luminaria que fue donada por un auspiciante.
–Cáceres concibe que su muestra, entre otras cosas, cuestiona a la institución. ¿Qué aspectos del museo y su política cultural son cuestionados desde tu punto de vista?
–En el arte no puede haber creación si no hay libertad, y esta institución debe mostrar todas las líneas o vertientes del arte contemporáneo, las más polémicas y las menos. No es la única muestra que está en exposición en el museo en este momento. Por ejemplo, tenemos la muestra de un maestro internacional, uno de los creadores del op art, Manuel Espinosa; o la muestra de Ernesto Berra, reconocido artista de nuestro medio. Ciertamente, parece que no son muestras tan mediáticas como la de Dolores.
–En una nota con un crítico de Buenos Aires, la artista expresó que decidió “dar un golpe de honestidad” frente a la precariedad de lo que sucede en los museos y lo que “significa como espacio de legitimación absolutamente relativo” el Caraffa en particular…
–En la historia reciente del arte hubo muchos artistas que de alguna manera o en forma directa cuestionaron a la institución Museo, caso Jean Dubuffet, entre otros; paradójicamente, legitimando su obra a través de esa misma institución.
–En la misma nota, Cáceres opina que el Caraffa “no es un museo propositivo”, dice que su programación es “de centro cultural” y que “en términos generales los artistas van con muestras muy pequeñitas, no se investiga”.
–La política cultural del museo es educar y acercar miradas sobre el mundo del arte a nuestra comunidad. En la actualidad el museo refleja una multiplicidad de contenidos, tendencias, corrientes, dirigidos a diversos públicos; deliberadamente buscamos el cruce de diferentes circuitos, a partir de propuestas que nacen desde y hacia el museo. Las áreas de Investigación, Colección y Educación acompañan desde el inicio a la de Producción en su contacto con artistas, curadores, críticos y demás actores involucrados. Curadores de la talla de Raúl Santana, Laura Buccelatto, Fernando Farina, Juan Travnik, Gabriel Valansi, Adriana Lauría, Aníbal Buede, Lucas Di Pascuale, Carina Cagnolo, José Pizarro, Mercedes Casanegra, entre otros, han trabajado en conjunto con el museo en la realización de importantes muestras, como las de Enio Iommi, Carmelo Arden Quinn, Santiago Porter, Nahuel Vecino, Alfredo Prior, el Grupo Mondongo, Adriana Lestido, Nicola Costantino, Eugenio Cuttica, Ricardo Roux, Juan José Cambre, Gustavo López Armentía, Pat Andrea, Manuel Espinosa, Anahí Cáceres, entre otros. Además del rescate de importantes artistas de la mejor historia del arte cordobés como Eduardo Moisset de Espanés, Leonardo Kilstein, Luis Saavedra, Antonio Monteiro, Armando Molina Rosa, Sol Halabi, Ernesto Berra… También muestras de una importante cantidad de artistas jóvenes, tanto cordobeses como del resto del país. Este museo ha recibido y exhibido obras de importantísimas colecciones (Malba, Macba, Banco Provincia de Buenos Airess, entre muchas otras).
–La muestra disparó una polémica con expresiones muy duras en algunos casos. ¿A qué lo atribuís?
–Si no hubieran existido ecos laudatorios o agresivos, la muestra no hubiera cumplido su cometido. Hay que tener en cuenta también que en las redes sociales hay una gran impunidad que permite que aún sin haber tenido la experiencia de recorrer la muestra, cualquier persona opine y agreda sin fundamento.
Jorge Torres, director del Museo Caraffa, habla de la controversial muestra de Dolores Cáceres y opina sobre las críticas de la artista a la institución.