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Las salas vacías de Dolores Cáceres dan mucho que hablar

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Una máquina de guerra conceptual. Una demostración de desidia. Un acto radical con el que se patea el tablero del mundo del arte. Una repetición de cosas mil veces vistas (aunque, en verdad, no haya nada para ver). Un gesto de soberbia. Una despedida. 

Estas y muchas otras definiciones cosechó hasta ahora la muestra #SinLimite567, de la cordobesa Dolores Cáceres, que se presenta hasta el 10 de septiembre en el museo Emilio Caraffa.

Se trata de tres salas vacías (las 5, 6 y 7 del museo provincial), espacios de un blanco inmaculado que fueron acondicionados e iluminados para lo que la artista define como la “exhibición de una idea”.

“No es necesario que los artistas trabajemos con objetos para comunicar una idea. Yo transfiero la responsabilidad al espectador y que cada uno entre a las salas con lo que trae, con su memoria”, señaló Cáceres en una nota con el diario Clarín, luego de que un artículo publicado en VOS iniciara la cadena de repercusiones. La muestra trascendió el ámbito local y su arriesgada apuesta empezó a circular por distintos medios, despertando también encendidas discusiones en redes sociales

Un amplísimo espectro de opiniones se movió desde la valoración positiva de la muestra como espacio de discusión hasta duros reproches al museo por dilapidar en “nada” los escasos fondos públicos dedicados a la cultura.

Este diario le envió un cuestionario e intentó comunicarse reiteradas veces con la artista, sin obtener ninguna respuesta.

Tuvo más suerte el crítico porteño Rodrigo Cañete, famoso por sus críticas performáticas y por comerse crudos a los artistas, quien no obstante se mostró encantado con la muestra vacía y le dedicó 45 minutos a una entrevista por Skype con Dolores Cáceres. En opinión de Cañete, en vez de “usar el espacio ofrecido por el museo para realizar una retrospectiva”, lo que hubiera significado convertir esas salas “en una suerte de autorretrato descorporizado de su vida y carrera”, Cáceres tuvo un gesto épico de “autorrenunciamiento”.

En relación a los comentarios agresivos que proliferaron al pie de las notas periodísticas y en distintos muros de Facebook, Cañete señaló: “Varios espectadores se refirieron a la muestra con el tipo de epítetos hasta ahora reservado para los políticos. ‘Andá a trabajar, ladrona’. Retirando al objeto del espacio, Cáceres le puso un espejo a una sociedad que le teme al vacío y al silencio”.

El texto de sala explica que #SinLimite567“es una inacción que modifica el rol del artista, incide en el comportamiento del espectador y cuestiona la institución arte”. El catálogo de la muestra contiene una dedicatoria, un texto breve sobre la obra, las dimensiones de las salas y 12 páginas en blanco. ¿Una invitación a que el público llene ese vació con sus experiencias?

Daniel Gigena, crítico de Página/12 que viajó para ver la muestra, escribió: “Puesta en abismo y a la vez paradoja institucional, el proyecto de Cáceres, definido por la inacción de la artista en ceder a la demanda de obra, provocó revuelo en una ciudad que, curiosamente, aún no cuenta con un museo de arte contemporáneo”. 

Uno de los objetivos de la muestra es, de hecho, poner en cuestión el rol del museo como institución legitimadora. Dolores Cáceres expresó que le ofrecieron hacer una retrospectiva de su trabajo y que ella decidió “dar un golpe de honestidad” frente a la situación de precariedad de los museos. Además, comparó al Caraffa con un centro cultural, minimizando su programación.

“El espectador lógicamente se pregunta qué es esto, hasta que entiende que la muestra es preguntarse ‘qué es esto’ y ‘qué es arte’”, expresó asimismo la artista, cuyo trabajo se inscribe en una línea conceptual que tuvo un momento clave a fines de la década de 1950, cuando el francés Yves Klein inauguró en París una muestra vacía. Otra referencia es el compositor de vanguardia John Cage, cuya obra 4´33 tiene una partitura que le indica al intérprete que debe guardar silencio y no tocar su instrumento durante cuatro minutos y 33 segundos. 

#SinLimite567 no es solo las tres salas vacías, ya que la artista programó una agenda de conversaciones con algunos colegas, críticos de arte y curadores. La idea es que las discusiones y los intercambios que se den durante esos encuentros completen la obra, que llenen el vacío. 

Para la semana entrante se había previsto la realización de una performance, que incluía un momento “gastronómico” (un chef iba a preparar platos para ser consumidos en las salas), y que iba a involucrar a una veintena de participantes. Esta acción iba a establecer un diálogo con La última cena que pergeñó en 1968 el artista argentino de vanguardia Federico Peralta Ramos, quien se gastó el dinero de la Beca Guggenheim que había obtenido ese año en un banquete para sus amigos en un lujoso hotel porteño. 

Desde el museo Caraffa se informó que la performance de Cáceres está suspendida por el momento. 

Para ver.“#SinLimite567” se puede visitar hasta el 10 de septiembre en el Museo Emilio Caraffa (Poeta Lugones 411). De martes a domingos de 10 a 20. Miércoles, gratis.

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La muestra “#SinLimite567” propone indagar problemáticas artísticas en tres salas sin obras.
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#SinLimite567, la muestra sin obras de Dolores Cáceres en el Museo Caraffa, trascendió el ámbito local y disparó controversias que se expresaron en notas periodísticas y redes sociales. Se suspendió una performance grupal prevista para la semana entrante.

Con Solapa Multimedial: 
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Fecha y Hora: 
Sunday, 30 August, 2015 - 13:00
Elegido del editor: 
Versión reducida: 
Nota Atemporal (evergreen): 

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