Se ha escrito sobre la solidez de su obra. Que en sus pinturas, esculturas e instalaciones campean "vientos y soledades". También se dice que su modo es "desgarrado". Cuando la claridad alcanza a iluminar, en los paisajes de Gustavo López Armentía se ven escenas duras, seres que dan batalla. Otras veces, la negrura tiñe tanto la composición, que apenas se percibe algún sedimento de realidad. La elegancia de sus bronces devuelve dignidad a los hombres.
López Armentía (Buenos Aires, 1949) volverá a Córdoba para participar de un "intercambio de pareceres y experiencias" en torno a la relación "Arte y sociedad". Así se presenta la conversación con el artista, prevista para mañana a las 18 en el foyer del Museo Caraffa (Poeta Lugones 411), donde actualmente exhibe su muestra "Épica y lírica".
-El plato con sus cubiertos y un pincel de idénticas proporciones son las primeras piezas que se imponen a la mirada. ¿Intenta llegar lo más directo posible al espectador? ¿Tanto la herramienta de la pintura como los utensillos de la comida, son símbolos del alimento, supervivencia?
-Cuando participé de la Bienal de Venecia en 1997, llevé una instalación que incluía unos cubiertos muy grandes que en ese momento eran blancos. El tema de la bienal tenía que ver con la supervivencia. Yo imaginé los cubiertos como elementos universales y toda la instalación giraba entorno a los cubiertos. Tuvo un gran impacto, la gente se sacaba fotos con los cubiertos. Es increíble como los objetos tenían una relación con cada persona. Esto, era un nexo para que se metieran en mi obra. Luego en Buenos Aires, a los cubiertos se les agregó el plato, color, objetos, etcétera.
Las obras del artista están impregnadas por los conflictos humanos, sociales.
-Sus esculturas miran hacia arriba, imploran. ¿Al menos en el arte hay consuelo?
-La mirada hacia arriba, como con los cubiertos, es una expresión universal. Miramos al cielo tratando de entender... Son muchas las cosas que el ser humano no ha podido descifrar -la vida, la muerte-. También muchas otras cosas cotidianas que se nos cruzan y debemos ponerlas en algún lado. El cielo tiene con su universo, alguna señal que siempre intentamos descubrir. Particularmente cuando quedamos sin respuestas. Mi mirada crítica no la voy a negar. Me interesa comprender (si puedo) todo lo que ocurre, y esto me lleva a pensar mi vida y mi obra.
-Sus pinturas son casi muros, acercan una parte real del mundo de manera contundente, como imagen que se hace presente en el espacio. ¿Qué opina?
-Me alegra que usted sintiera que alguna parte de este mundo se pueda hacer presente en esos espacios. No creo que la comunicación en la obra pueda ser posible si no hay preguntas concretas (no respuestas) para formular. De aquí, que es posible identificarnos -obra y observador-. Tenemos muchos intereses en común, y algunos estamos atentos a lo que pueda colaborar con nuestra curiosidad. Que no es sobre la obra en realidad, es con nosotros mismos.
-¿Qué expectativa tiene del encuentro con el público?
-Que podamos hacer un intercambio, conocer en alguna medida lo que nos atrajo a compartir sensaciones y sentimientos comunes. Para mí es una devolución importante que no siempre tengo. Veremos.
Arte y sociedad
Jueves a las 18. Foyer del Museo Caraffa (Poeta Lugones 411). Conversación con el artista Gustavo López Armentía, quien exhibe su obra en el museo hasta el 10 inclusive. La actividad prevé una visita previamente por la muestra del artista en Sala 1. Entrada gratuita.
Gustavo López Armentía conversará mañana con el público en el Museo Caraffa, donde actualmente exhibe su muestra “Épica y lírica”. El artista porteño desea compartir “sensaciones y sentimientos comunes”.