Cómics, historietas, tebeos: todas denominaciones posibles para ese arte ancestral basado en secuencias gráficas que viene de la época de las cavernas y se proyecta hacia un prometedor futuro. En España el noveno arte se llama tebeo -en virtud de la legendaria revista TBO, precursora de los cuadros y globos a principios de siglo 20-, y por eso la muestra ahora en Córdoba que recorre la historia de la disciplina en el país ibérico se llama “Tebeos”. Curada por Álvaro Pons, periodista y responsable del blog La cárcel de papel, la exhibición de proporciones considerables se extiende en el Cabildo Histórico y en el Centro Cultural España Córdoba, donde estará todo el mes de julio.
Con el concepto de mostrar paneles con reproducciones de páginas enteras en las que se distribuyen los distintos autores, “Tebeos” se divide en cuatro secciones pedagógicas en las que se refleja el ayer y hoy del cómic español, uno de los más fundamentales de la historieta europea y mundial, como así también la misma historia española. Así, en “La historia del tebeo” se accede a un panorama del arte en el siglo 19, al trabajo de los humoristas de la generación del '27 y a las consecuencias de la Guerra Civil y la posguerra y la renovación democrática de la década de 1970.
La modernidad del medio se funde en las tres partes siguientes: en el Cabildo confluyen los autores de proyección extranjera de “Autor global” con los nuevos clásicos de “El hoy”. Entre los primeros destacan dibujantes clásicos como Pepe González (Vampirella) o Antonio Hernández Palacios (L'Outlaw), así como los más noveles Carlos Pacheco, David Aja y Daniel Acuña, volcados al cómic de superhéroes estadounidense. Entre los segundos, se destacan auténticos exponentes del cómic de autor como Max (El ruido y la furia, Peter Pank) o Paco Roca (El invierno del dibujante).
Ya en el CCEC, el apartado “El futuro del tebeo español” revela la faceta independiente que emerge en la década de 1990 en los terrenos del fanzine, en sintonía con la crisis mainstream que arrasó también en nuestro país, y que terminó delineando el actual panorama. En la línea contemporánea y heterogénea en la que se alternan lo cotidiano-autobiográfico, el grotesco, lo toon, lo naíf y el webcómic, cuelgan páginas de David Rubín, Sonia Pulido, Lola Lorente y Sergi Puyol, entre otros.
Otro cuadro
El centenar de referentes pasados y futuros del cómic ibérico que se yuxtapone en “Tebeos” puede resultar tan estimulante como extenuante, y por eso es necesaria una nutrida información de contexto para entender cabalmente el devenir de estilos y formatos (históricos) que allí se muestran. El difícil acceso local a ediciones extranjeras (que mitigan excepcionales ediciones locales como el reciente Vapor de Max, a cargo del sello Musaraña) es también otro límite para la exhibición, que tiene la dura tarea de acercar por primera vez al gran público a autores en algunos casos históricos.
En ese sentido y como un intento de achicar esa abismal brecha, “Tebeos” cuenta con su propia actividad extensiva de aproximación a la historieta no ya española sino universal, una serie talleres de capacitación docente dictados por el dibujante cordobés Junior, en el que participan niños y adolescentes y cuyo resultado se ve en una sala del Cabildo repleta de globos de papel que exclaman “¿Quién rayos eres tú?”, “¡Ayúdame por favor!” o “¡Wow! Me encontré un tesoro”.
“Esta exposición es para el lector extranjero, que no conoce apenas nada del tebeo español”, advierte el curador Pons. Situación que con suerte tal vez cambie en los siglos (y tebeos) por venir.
La muestra
Tebeos puede verse hasta el 1 de agosto en el Cabildo Histórico (Independencia 30) de lunes a viernes de 9 a 18 y sábados y domingos de 12 a 18, y en el CCEC (Entre Ríos 40) de lunes a viernes de 10 a 14 y de 16 a 21.30. Entrada libre y gratuita.
La gigante muestra Tebeos permite asomarse a la larga y nutrida historia del cómic español. Además de reunir páginas de un centenar de autores, incluye talleres para difundir la disciplina.