“Me gusta decir en la calle” declara Mr. Fantasy en la presentación de su cuenta de Instagram (mr.faantasy). Más aún, la calle es el lugar de “goce y liberación”, tal como declaran en la muestra “De Calle” Mr. Fantasy y Reite Pibite en el Espacio Garín de Casa de Pepino (Fructuoso Rivera y Belgrano).
En Pepino rescatan la potencia de la pegatina que desde hace más de un año tomó muros y distintos soportes de la ciudad, afiches cargados de mensajes bien directos, como el de Mr. Fantasy Gracias a DIOS soy gay. O el dibujo de la Mona y Rodrigo besándose. “La sociedad sigue penando estas cosas” decía pocos años atrás Ninja Rojo, referente del street art queer a propósito de mensajes como los de Mr. Fantasy, que en esta ciudad invadió con la imagen de envases que encierran la palabra AMOR, así con mayúsculas, atravesada con un rayo (¿el amor una medicina o un estimulante?).
“Sos genial como sos” celebran las foto collages de Reite Pibite (Reitepibite en Instagram), mientras que otras de sus piezas, afiches bien callejeros que se repiten, cargan sentimientos introspectivos con un “a veces solo yo me entiendo”.
Entre la calle (alta exposición, riesgo y adrenalina) y una sala de arte, se produce claramente una transición. ¿Qué le espera al arte urbano (muralismo, grafiti, “pegas”), cuando ingresa a los circuitos legitimados del arte (museos, etcétera)? “Es difícil sintetizar el contexto en una pared”, reconoce Reite Pibete, ya que entre “muchas opciones, tenés que elegir algo, una muestra debe tener un hilo conductor: lo que se dice y el color”.
Entre lo que se dice y cómo se lo dice está el juego visual que ambas figuras del street art local llevan a Casa de Pepino. Hay una apuesta muy fuerte en lo estético. “Lo importante es generar el impacto”, concede Reite Pibite. Si en la calle eso se logra porque “todo es gris”, dice, la sala reclama lo mismo en un espacio “limpio”.
En Pepino, los mensajes que diseñan en afiches y pegatinas reproducen el espíritu callejero, donde siempre se cuelan grafitis y se superponen lenguajes visuales que enriquecen y potencian la artillería gráfica. Pero también hay lugar para composiciones que aprovechan el espacio, como las instalaciones.
En cuanto a la llegada, en la calle lo verá cualquiera y al azar, por lo general, pero ¿en esta sala? “Capaz que aquí llega a alguien más sofisticado pero el mensaje siempre es el mismo esté donde esté, al que le guste bien, y al que no... No es para todos”, opina Reite Pibete.
–La idea no es agradar.
–Claro, es ser uno mismo.
Y desde el discurso visual, agrega Reite Pibete, “generar una especie de universo”, teñido de “muchas influencias” que trata sintetizar.
Para Mr. Fantasy en Casa de Pepino se legitima a pesar de su valor intrínseco. La muestra “es un símbolo para afuera, estas ‘pegas’ que están en la calle expuestas al sol, al maltrato, hoy están en un ámbito cuidado y con el aura artística, eso es interesante”, reflexiona.
La calle es sinónimo de riesgo en muchos sentidos. Por un lado, en cuanto a resultados estéticos (“si queda bien, ¡bien!, y si queda mal, ya te fuiste”). Por otro lado, hay días y horarios más, o menos, convenientes, y la violencia siempre es una posibilidad. Una vez, un señor desde su auto se puso muy nervioso. “La ‘pega’ no jode tanto, pero la lata está estigmatizada y se asocia a vandalismo”, opina Reite Pibete.
Encima, hay crecientes manifestaciones de un retroceso en cuanto a las libertades sexuales que asustan y que afiches como los de Mr. Fantasy explicitan. “Hay un brote de homofobia y racismo en general en el mundo”, acota Mr. Fantasy, quien también ve ahí una salida para la resistencia: “La sociedad está convulsionada, también por la crisis, el contexto llama a hacer cosas”.
Por lo efímero y el cuestionamiento que carga, grabar el mensaje en el espectador se vuelve indispensable, sostiene la dupla. Reite Pibite estudia publicidad, y Mr. Fantasy es diseñador gráfico: el proceso de producción de cada pieza no es tan espontáneo, lleva un tiempo de preparación. Y la postura es clara, como propone Mr. Fantasy: “Aquí encontré hacer lo que quiero con la herramienta que tengo, hacer afiches, la calle en especial tiene esa libertad, no hay quien te diga esto no va, o si a la gente le gusta o no, no le pido permiso a nadie”.
Las intervenciones que hace la gente en la calle reactivan la vida fugaz de las pegatinas. “Acá en Güemes pegué varios afiches de Gracias a DIOS soy gay, y un día le tachaban dios y ponían diablo, o alguien tachaba gay y después otra persona volvía y le escribía gay, toda una movida”, relata Mr. Fantasy.
Las redes replican estos sucesos, y conectan. Allí dan a conocer, por ejemplo, cada pieza fotografiada en casa antes de salir a la calle. La previa va elevando la temperatura de lo que se viene afuera: “Siempre alguien te grita algo, siempre hay un riesgo”, dice Reite Pibete.
Volverán a la calle. “Ése es nuestro lugar”, pronuncian casi al unísono. Después de todo, están exponiendo en un espacio de acceso público y gratuito en Güemes, y este barrio es una de sus zonas de acción preferidas. Habrá que ver si la interacción traspasa la calle, las redes y llega, puertas adentro, a Casa de Pepino.
Para ver
“De Calle”. Reite Pibite y Mr. Fantasy protagonizan la tercera muestra del segundo ciclo de Espacio Garín en Casa de Pepino (Fructuoso Rivera y Belgrano, Güemes), dedicado a difundir el arte local en este espacio municipal. Visitas: lunes a domingos 8 a 21. Gratis.
