Un dibujo en el aire rompe el vacío y deja sombras en su trayecto. Impacta chocarse con sus líneas tan tensas y parejas, opina una espectadora durante la visita guiada por Trazas, la obra que Ana Milia y Beatriz Sola presentan en el Museo de las Mujeres (Rivera Indarte 55), con curaduría de Dante Montich, y como parte de una propuesta mayor titulada "El otro lado del mundo" que incluye otras participaciones.
La sensación más clara de la experiencia física de Trazas es la de habitar la línea. Trazas es una instalación que toma una de las salas más grandes del museo. Parece que vibrara o se moviera, susurran algunos visitantes al recorrerla.
La intención de Milía y Sola fue sacar las líneas de las paredes y dibujar en el espacio. No contaban con el efecto óptico-cinético que produciría la enorme pieza que construyeron juntas.
Dos salas rodean y acompañan con obras individuales la instalación conjunta, con dibujos que dan cuenta de las formas que fue generando el proyecto. El de Trazas, señala el curador Dante Montich, es un accionar artístico donde la línea funciona como generador de un discurso plástico-espacial que resulta en un "espacio imaginado y a la vez inquietante", que no sólo compromete al ojo, también al cuerpo "por las vibraciones que funda".
Líneas cruzadas
Las obras individuales que las artistas exhiben guardan relación con la obra mayor y la preceden. En ambos casos, se trata de obras que abren el espacio a zonas de vacío: las fotografías de pinturas de Beatriz, y los bastones de madera de Ana apoyados sobre la pared, donde dialoga el objeto con la pintura desde la instalación.
Si en el plano individual, la obra de Beatriz cuestiona la representación de la pintura en vínculo con la fotografía, la de Ana traslada al campo del arte ciertas cuestiones relacionadas con el diseño. ¿Qué deja entonces la obra colaborativa? Para Beatriz lo realmente enriquecedor es adquirir la experiencia del otro, el ida y vuelta: "Uno recibe y también retribuye, esto aumenta el eleva el nivel de la obra". Para Ana, la sensibilidad de Beatriz engrandeció su lógica analítica y racional en el manejo del espacio, desde los primeros bocetos a la maqueta: "Muchas veces teníamos que ceder, decidir y confiar".
"Trazas" en números
La sala de la instalación mide 10 x 6 metros, y su altura trepa varios metros para llegar a los altos techos del museo. Más números condensa la obra, que insumió 5.200 metros de hilo sostenidos por 1.000 ganchitos. Siete días consumió el armado. Nada quedó librado al azar. Las artistas pensaron hasta los recorridos, las alturas, tensaron los hilos uno por uno, y debieron superar cada inconveniente de una obra "muy estudiada": "Investigamos y buscamos los materiales, tipos de hilos, la factibilidad", detallan. También debieron hacer pruebas piloto y tensar los hilos un mes antes para ver si se estiraban o no. Se decidieron por un hilado con cierto satinado que les permitía mayor control de su comportamiento ante la humedad, etcétera.
La escala resultante superó lo imaginado. Aun habiendo previsto todo en la maqueta, la vivencia en el espacio las sigue sorprendiendo. "Para las artistas, la idea de abstracción está ligada a una disposición que modela el vacío: por momento las líneas parecen evidenciar un sonido, un ritmo permanente", reflexiona Dante Montich.
El trabajo visual que proponen Ana y Beatriz, agrega Montich, media entre la imagen fotográfica y el dibujo, arte concreto y diseño, partiendo desde imágenes de la abstracción geométrica.
Con la línea como elemento generador, Trazas emerge entre la composición de la obra, el artista y el espectador.
Para ver
"Trazas". La propuesta de Ana Milía y Beatriz Sola forma parte de la actual entrega del Museo de las Mujeres (Rivera Indarte 55) titulada "El otro lado del mundo", que exhibe instalaciones, fotografías, bordados y poesía de otras artistas. Visitas: martes a viernes de 10 a 20 y sábados de 10 a 16. Entrada gratuita.
Ana Milía y Beatriz Sola transforman la sala más grande del Museo de las Mujeres con "Trazas", una experiencia estética tridimensional donde el cuerpo es atravesado por la línea.