Dibujos y pinturas de la niñez y adolescencia, testimonios vivos o recreados, imponen el comienzo de un relato sobre la historia de siete artistas en la muestra "Línea de Pandora" que exhibe el Centro de Arte Contenporáneo Chateau Carreras (avenida Cárcano 1750). Crear líneas de vida es la idea de la curadora Fabiana Rossi, y para ello convoca a Sara Goldman, Tulio Romano, Alejandro Bovo Theiler, Marcos Acosta, Gabriela Barrionuevo, Carla del Bianco y Paola Spalletti.
En estas líneas temporales por las que conduce la muestra, señala Rossi, no hay una cronología, más bien saltos o hitos, tampoco retrospectiva. Aquí, piezas inéditas de un pasado donde el impulso creativo surgía, se tranforma en obra en si misma: "La infancia y el juego son el punto de partida de esta muestra", precisa la curadora. El sentido de una propuesta introspectiva que insumió un año de búsquedas, encuentros, y selección, fue "volver a jugar 'en serio' como cuando éramos niños, buscar, sorprendernos, descubrir, encontrar".
Viaje al pasado
"Los artistas trabajaron para esta exposición dejándose llevar por el deseo de volver a encontrarse con lo que fueron y son", explica Rossi, en un camino emocional al pasado donde descubrieron objetos significativos, historias, miradas, sonidos, lugares, hechos, palabras, sueños, proyectos: "El taller de cada artista se transformó en un espacio donde toda la vida transcurría en un instante", resume sobre la experiencia, una suerte de arqueología, perspectiva que a Rossi le interesó para entrar y ubicarse en el presente de los convocados. "La conexión con el pasado se revela en el presente de una manera clara en todos los artistas", afirma Rossi.
"En Tulio Romano sus cuadernos de adolescencia con influencias del humor gráfico, de personajes y músicos de esos años pasando por la pintura, la escultura y el modelado en la etapa de la Escuela de Bellas Artes van dando lugar a la talla y la síntesis actual", describe.
Una video instalación compuesta por dos lenguajes en apariencia discordantes y opuestos, uno analógico y otro visual, navega en la sala con imágenes de su niñez, de distintas etapas de sus procesos y actuales, detalla sobre la obra de Gabriela Barrionuevo, La infancia y los perros.
En El tiempo del niño Rubor Alejandro Bovo Theiler instala un "mundo afectivo y sensibilidad" a partir del dibujo de su abuela tejiendo en la hoja de un cuaderno de escuela, hasta los 101 años de su abuelo representados por la misma cantidad de caballos en cerámica. Toda una puesta bajo la mirada de una gran serpiente.
En Marcos Acosta la línea nace en pinturas de su infancia recordando lugares y paseos, y sigue por dibujos y grabados atraído por el tema del poder en su juventud ya artística. Exhibe luego otras obras donde el gran tema es el tiempo, se explaya Rossi, llegando a lo que considera trascendental: "la contradictoria condición humana y los efectos devastadores de una inteligencia puesta al servicio de la dominación".
Al no contar con material de su niñez, Paola Spalletti creó a partir del recuerdo múltiples cajas de luz como mediadores de memoria, donde la fotografía queda atrapada en la pequeña escala en estos objetos para acercar el ojo. En una instalación mayor, un video recurre al mensaje de Whatsapp como visualidad y sonido que atrapa la composición de una breve historia.
Influenciada desde niña por su tío abuelo el escultor Leopoldo Garrone, Carla del Bianco llevó dibujos, fotos, y revistas que editaba y repartía en su barrio. "Desde muy temprana edad sus inquietudes personales se conectan con la psicología de Jung y los arquetipos", señala Rossi. La circularidad gana el diseño de su espacio, en pinturas que hilvanan escenas íntimas.
A su turno, Sara Goldman crea un espacio imaginario, un laberinto como metáfora de un cristal roto mucho tiempo atrás. Se puede entrar y salir de este laberinto (ella pudo, nos dice en un breve texto la artista). A través de los muros de transparencias accedemos a pistas de su vida que hay que descifrar.
A modo de cierre, una gran sala invita al público a escribir o dibujar, intercambiar, jugar, sobre mesas y muros.
Cómo nació la muestra
En una charla casual, Fabiana Rossi escuchó que alguien dijo "trapo", e inmediatamente lo relacionó al juego, "a las chozas que hacíamos cuando éramos chicos, a los trapos que usábamos para vestir nuestros muñecos". La idea no dejó de rondarle en la cabeza, relacionada al origen, nacimiento, y niñez. "Y como todo lo que está por surgir no deja dormir, boceté una idea y llamé a artistas que admiro", concluye.
Para la curadora, los tesoros de cada artista guardados y olvidados en un cajón, que sorpresivamente aparecieron, reviven y encuentran su lugar en la muestra: "Es sorprendente ver cómo encajan las piezas cuando uno vuelve hacia atrás. El presente es el resultado de todo lo vivido, tenemos un destino marcado, ineludible".
La muestra
"La línea de Pandora". Centro de Arte Contemporáneo Chateau Carreras (avenida Cárcano 1750, frente a Feriar). Participan: Marcos Acosta; Gabriela Barrionuevo; Carla del Bianco; Alejandro Bovo Theiler, Sara Goldman; Paola Spaletti y Tulio Romano. Curaduría: Fabiana Rossi. Textos interpretativos: Florencia Ferreyra. Hasta el 29 de julio, de martes a domingos de 12 a 19. Entrada gratuita.Sábado 30 de junio a las 16.30. Conversaciones en el CAC, mesa con los integrantes de la muestra, coordinada por Carlos Lista.
La muestra "Línea de Pandora" propone en el Chteau CAC un viaje a través del tiempo en la vida de siete artistas que trabajaron sobre sus cuadernos de la adolescencia, sus dibujos de cuando eran chicos y tesoros guardados en cajones de su niñez.