Nadie había previsto la lluvia. Hasta el mediodía del viernes, los pronósticos arriesgaban un “parcialmente nublado” que a media tarde se convirtió en tormenta y en una lluvia a cántaros que se precipitó en varias partes de la ciudad de Córdoba. Y hubo que cambiar un poco los planes organizativos de La Noche de los Museos. La inauguración se trasladó del Teatro Griego al centro (en el parque Sarmiento se suspendieron los shows de Las Rositas y Circo Da Vinci) y muchas de las actividades al aire libre se cancelaron. Sin embargo, la fiesta no se aguó del todo, sólo quedó un tanto postergada y obligó a sacar paraguas e impermeables.
Organizada en conjunto por el Gobierno de la Provincia, la Municipalidad de Córdoba y la Universidad Nacional, esta nueva edición de La Noche de los Museos abrió los patrimonios y expuso los legados culturales a los vecinos con 80 actividades gratuitas que se extendieron durante cuatro horas.
Tímidamente, pasadas las 20, la gente se empezó a acercar al Cabildo, donde varios artistas cordobeses ponían, literalmente, manos a la obra interviniendo reproducciones de 15 pinturas pertenecientes a la colección del Museo Genaro Pérez en la muestra “Tiernos laureles que supimos conseguir”. De fondo, con el eventual retumbe de algún trueno, se podían escuchar estrofas de Naranjo en flor, interpretado por el Ensamble municipal de música ciudadana, que encontró resguardo en uno de los pasillos del Patio Mayor.
De a poco, el centro de Córdoba se fue convirtiendo en la prueba viviente de que muchos chicos durmieron la siesta y de que los adultos decidieron hacer un after office diferente, recorriendo los edificios. Por ejemplo, el Museo de Arte Religioso Juan de Tejeda, que reabrió sus puertas después de haber permanecido cerrado por más de dos años.
La fiesta bajo la lluvia se extendió por varios puntos de la ciudad. Las distancias no fueron problema para nadie. Como en una excursión de la escuela, colectivos especiales se encargaron de trasladar a los visitantes hacia puntos tan divergentes como el Hospital de Clínicas, el Observatorio o la Ciudad Universitaria. Pero la gracia era caminar y caminar, y salpicar el calzado, y husmear un poco en cada lugar. La temperatura templada jugó también para hacer un combo perfecto.
En las inmediaciones de la Facultad de Derecho no hizo falta un colectivo ni un DeLorean para viajar al pasado. Las personalidades que tuvieron que ver con la construcción de Córdoba tomaron vida en el patio del Rectorado. Con la presencia –como actor– de la máxima autoridad de la UNC, un sonriente Francisco Tamarit, personajes como el Marqués de Sobremonte, Sarmiento, Vélez Sarsfield y el Obispo Trejo les contaron a los cordobeses algunos hechos determinantes de la historia de nuestra provincia. Los recién llegados, mientras tanto, se cruzaban con varios fantasmas que rondaban por ahí e invitaban a conocer los museos de la Manzana Jesuítica.
Mientras tanto, la lluvia menguaba y un poco más lejos el Observatorio se convertía en el lugar predilecto del público infantil. El mal clima hizo suspender la experiencia con telescopios bajo las estrellas, pero algunos grupos pudieron viajar en una nave espacial simulada al espacio y recorrer el Sistema Solar.
Cruzando el inmenso parque enlodado, las actividades para niños se multiplicaban en distintos salones.
A varias cuadras de distancia, unos 200 valientes tomaban el teatro anatómico del Hospital de Clínicas para ser testigos del trabajo del embalsamador Pedro Ara sobre el cuerpo de Eva Perón. La puesta en escena comandada por el grupo El Gallinero y dirigida por Melania Sequeira estaba prevista en la morgue del museo, pero también debió cambiar de lugar por el aguacero. No obstante, la gente no se amedrentó e hizo una larga fila para la segunda función de la velada.
No fue el sueño de una noche (lluviosa) de verano, parafraseando a Shakespeare, sino una edición más de La Noche de los Museos, que según datos de la organización convocó a más 180 mil personas y continuaba su periplo hasta la madrugada.
Concluida la lluvia, largas filas de personas esperaban para entrar a los distintos espacios. Quedó comprobado que provincia, municipio y Universidad pueden trabajar en conjunto y que el resultado de ello puede ser bueno y divertido. A pesar del mal clima.