Murat Palta es un artista radicado en Estambul que llamó la atención de muchos por su peculiar estilo. Su trabajo nace de un extraño mix: mezcla escenas de películas famosas con pinturas antiguas propias de la cultura otomana. El resultado es una original combinación de la cultura pop con el arte tradicional turco. Veamos algunos ejemplos.
Todo comenzó cuando el joven Murat Palta, artista gráfico, y en ese entonces estudiante de diseño en la Universidad Dumlupınar, se preguntó cómo quedarían representadas algunas escenas del clásico de George Lucas según una mirada propia de su cultura. Así fue cómo sin querer hacerlo, dio forma a una idea que terminó dotándolo de cierta fama en el resto del mundo. Y si bien arrancó bocetando un momento de Star Wars, con el tiempo, se fue soltando hacia otros títulos del cine igual de atractivos y fácilmente reconocibles.
Sus primeras adaptaciones de películas “de culto” al formato oriental las realizó para su tesis de grado. De esto ya hace casi 6 años atrás. Pero al margen de su búsqueda académica (que obviamente fue aprobada por sus profesores y tutores) su trabajo consiguió llamar la atención de muchas personalidades que se sorprendieron con su peculiar estilo. Dentro de estas personas, resaltan las figuras de curadores que lo han invitado a participar de distintas muestras en ciudades como Bagnacavallo (Italia), Paris (Francia) y San Petersburgo (Rusia) entre otras.
Una de las razones por las cuales sus trabajos siguen despertando la admiración de muchos, viene a lo bien que son traducidos los elementos visuales del cine a las pinturas otomanas. Acá hay mucho valor en los detalles ornamentales y en el trabajo de comprender cómo pueden trasladarse los símbolos de una cultura hacia otra completamente distinta. Y todo, sin jamás romper el sentido y la mística que se imprime en cada filme. Un desafío que por cierto, no es nada fácil de lograr.
Y si bien Murat Palta es oriundo de una pequeña ciudad de Turquía y actualmente reside en Estambul, hay algo que él mismo reconoce al igual que cualquier ciudadano del mundo: la violencia. Su versión de la clásica película estrenada en el año 1983, lo muestra de manera clara y sencilla.
El humor es otro detalle muy presente en sus composiciones, y en su representación de Terminator 2: el juicio final (una de las películas más famosas de Arnold Schwarzenegger), lo demuestra a la perfección. Como se ve en la imagen, no hay grandes camiones ni vehículos a gran tracción. Solo algunos caballos y una historia que todos conocemos. Casi como un match perfecto.
Original, divertido y con una clara intención de acercar dos mundos distintos Murat Palta sigue haciendo de las suyas a base de ingenio y creatividad. Y si bien en las redes abundan el trabajo de ilustradores que mezclan ficción y realidad (al estilo: ¿Cómo serán las princesas de Disney si estuvieran embarazadas?) su voz sigue resaltando por su vocación metacultural en un mundo conectado y veloz. Para resumirlo a groso modo, bien podríamos decir que lo suyo más que dibujo y/o ilustración, es un mashup ilustrado. Por Juan Pablo Andrade
