La luminosidad con sus tenues destellos no oculta lo importante en las obras que Federico Galará exhibe en la galería de arte Piccadilly (Luis de Tejeda 2012, Cerro de las Rosas). Estos objetos (como un panel brillante realizado con lentejuelas, una instalación con papel plateado de envolver cigarrillos y cajas lumínicas) están asociados a técnicas y materiales aprendidos y heredados del negocio familiar del artista.
"Son dos series en proceso. Por un lado, una que habla sobre género y disidencia sexual y, por otro, una serie que de alguna manera es un homenaje a mi tía Teté que fue presa política durante la última dictadura en Argentina", cuenta Federico en diálogo con VOS. Series que en principio trabajó por separado pero que finalmente sintió o entendió que estaban muy conectadas.
Federico Galará nació en Córdoba en 1977, aunque vivió en el Alto Valle de Río Negro y Neuquén hasta los 20 años. Atraído por el arte desde muy joven, incursionó en la cerámica y en la literatura. Regresó a Córdoba para cursar la Tecnicatura en Cine y Televisión en la UNC, y allí descubrió su interés por la fotografía, el diseño de objetos lumínicos, el diseño gráfico. También la gestión cultural. Con todas estas cuestiones hoy fusiona arte y trabajo.
Desenvolver
"Saber sobre esta parte de la historia de mi tía y, en definitiva, de nuestra historia familiar me paró ante el mundo de determinada manera", afirma Federico. Los saberes, pensamientos y convicciones de Teté tuvieron un poder transformador para el artista, que así revela cómo aparece en su vida esta historia: "Fue un como un descubrimiento, primero durante mi infancia y adolescencia, imaginando qué fue lo que le pasó, a través de la información que obtenía de películas o de textos que llegaron en la escuela. Después, a medida que fui creciendo, por información que me dieron mis padres, y finalmente a través de anécdotas y relatos que en distintos encuentros con ella fueron apareciendo".
"Lo que no se nombra nunca existe"
Las cuestiones que hoy encuentran luz en sus obras vienen dando vueltas desde siempre. Cuenta Federico: "Desde hace algún tiempo vengo participando en el activismo en disidencia sexual. Comencé en 2009 trabajando en visibilizar problemáticas del colectivo LGTTTBIQ (lesbianas, gays, travestis, transexuales, transgéneros, bisexuales, intersexsuales y queers), pero desde hace un tiempo decidí que mi forma de aportar tenía que ser desde el arte y comencé a pensar y producir obras que tienen que ver con esto".
Respecto a la serie sobre Teté y su paso por las cárceles de la dictadura, señala que surgió a partir de relatos, recuerdos, pensamientos y de una necesidad de aportar luz sobre esa parte de la historia familiar. "Una historia que de alguna manera, por distintas cuestiones, mi familia prefirió no hablar, situación similar respecto a mi sexualidad", agrega. Aquí confluyen dos aspectos de la vida del artista, a los que encuentra sentido hoy en su reflexión: "En la creencia de que lo que no se nombra nunca existe surgió esta necesidad de contar y de hablar sobre estos temas".
Lo abierto y lo cerrado, la libertad, la memoria y el encierro son conceptos a los que Federico encuentra una traducción visual en sus obras. Como universales que conectan con otros contextos históricos y épocas también. "Para estas obras elegí trabajar con elementos de la cartelería y la comunicación visual, actividad comercial que predomina en mi familia", destaca. Son además materiales con los que se formó, con los que comenzó a jugar, inventar y producir. "Pero también los utilizo en una especie de apropiación, de juego, de disputa familiar, como contraste entre la luz y la oscuridad, entre lo que se dice y lo que no, entre lo que se sabe y lo que se descubre", destaca.
La materialidad propia de la cartelería y la comunicación visual, diversas herramientas, procesos y elementos que giran en torno a su producción, acentúan las ideas inscriptas en su obra: comunicación, memoria, encierro, control, liberación, disidencia, etcétera. Son materiales que dan forma a una poética personal, y una estética visual que intenta generar en el espectador más preguntas que certezas.
"Creo que los temas o conceptos que trabajo en mi obra son trasladables a otros contextos históricos y a otros lugares", dice a próposito de los universales de su obra. "Son temas que atraviesan a toda la humanidad y que hoy nos toca vivir, es necesario seguir nombrando, pensando y discutiendo", añade.
Mirar de cerca
El papel plateado de una conocida marca de cigarrillos que sus amigos recolectaron para una de las obras del artista refiere al único elemento al que podían acceder las personas presas. Allí grabó mediante la técnica del frottage la imagen del reverso de las monedas de aquella época, la efigie de la libertad. Sutilezas como éstas revelan las obras de Federico Galará.
Para ver
Muestra en Piccadilly (Luis de Tejeda 2012, Cerro de las Rosas). Hasta el 31, de lunes a viernes de 17 a 21. Obras de Federico Galará (Córdoba). También la galería de arte presenta de Leo Almada (Corrientes) el proyecto de video Leo Tours, que estimula el encuentro entre artistas visuales, genera paseos y celebraciones como disparador para producir un documental. En Leo Tours priman la celebración y el compartir.
Agosto. Viernes 11 de agosto a las 20. Inaugura una muestra de los artistas tucumanos Gustavo Nieto y Sofía Noble, con curaduría de Sebastián Vidal Mackinson. Piccadilly participará en la edición 2017 de Mercado de Arte con obras de Constanza Chiappini y Noé Colombo Cuenca a partir del 17 de agosto.
Federico Galará exhibe en la galería de arte Piccadilly dos series. En una habla sobre género y disidencia sexual y en la otra homenajea a su tía Teté, presa política durante la última dictadura en Argentina. La obra de Leo Almada completa la propuesta de este espacio.