Al comienzo y al final hay un tren. Y en el medio, como estaciones de una vida en movimiento, se narran eventos decisivos de la biografía de Nacha Vollenweider (Río Cuarto, 1983), que en conjunto hacen al voluminoso y encantador Notas al pie (Maten al Mensajero). La novela gráfica es el primer libro integral de la historietista cordobesa afincada en Hamburgo (Alemania), que en el libro aborda en primera persona justamente su condición de artista suspendida entre dos mundos, entre una Argentina deficitaria en la que aún resuenan los ecos de la dictadura militar y una potencia europea que levanta vallas contra extranjeros.
“Ahora vivo en otra ciudad, acá está casi siempre nublado y en la radio no pasan tango. Sin embargo encuentro cosas que me resultan conocidas. Como un bandoneón en Sternschanze o la niebla del riachuelo en Berliner Tor”, describe la autora en sus viñetas.
En rotundos e inquietos plenos blancos y negros a pincel, Vollenweider transita asimismo las vías del tiempo y enlaza cabos de su identidad entre el presente de la relación con su pareja Carina –con quien se casa en un registro civil hamburgués ante la mirada gélida de un matrimonio heterosexual– y las historias familiares de su tío desaparecido, sus abuelos testigos del peronismo y sus antepasados suizos arribados a Santa Fe en el siglo XIX en plena dicotomía civilización/barbarie.
Con veloz espíritu de síntesis y la intensidad emocional de quien contempla la ruta desde una ventanilla, Notas al pie le hace honor a su título al entregar fragmentos que alcanzan para esbozar una existencia mayor, eslabones que alcanzan para representar un viaje entero. “Por ahora el libro acaba allí”, advierte Vollenweider.
¿Cómo nace Notas al pie? “El relato surge a partir de un curso con la profesora Anke Feuchtenberger sobre ensayo historietístico. Yo quería escribir sobre mi estadía en Alemania y la experiencia de ser extranjera. En el curso se planteó la elaboración del ensayo a partir de un paseo por la ciudad y de incorporar a ese recorrido asociaciones, recuerdos y memorias que completaban el paseo. Así es como a partir de un viaje en tren se van abriendo estas ‘ventanas’”, dice la historietista.
Y sigue: “Pensar el presente desde el pasado siempre fue para mí una forma de entender dónde estoy parada. Notas al pie es una narración abierta donde dejo mis formas de ver o entender cierto estado de cosas. Por eso tiene carácter de ensayo, no pretendo cerrar ni definir sino preguntar y reflexionar a partir de la experiencia propia. La forma que elegí para tocar esos temas es bastante libre y va al ritmo de eso, de un paseo, un recorrido por la Historia”.
Fase exploratoria
El destino de Notas al pie también es pisar dos tierras: además de la edición argentina se prepara una alemana en la editorial Avant-Verlag, que ha publicado a autores prestigiosos del medio como Zeina Abirached, Blutch, Joann Sfar y Birgit Weyhe, ilustradora alemana que supo pasar por Córdoba y a quien Vollenweider agradece en los créditos del libro: la línea de historieta autobiográfico-familiar (con Marjane Satrapi como referencia más evidente) emparenta a ambas. Vollenweider hace hincapié en los textos: “A diferencia del cómic tradicional vinculado al cine, aquí las imágenes acompañan o amplían el texto. No creo que se pueda enmarcar como una tradición o género. Las historietas que toman de referencia al ensayo literario son algo bastante nuevo, están en fase exploratoria”, señala.
Vollenweider además trabaja en Historias de Belém, un cómic-reportaje sobre su estadía en Brasil, y una historieta corta sobre su breve y reciente estadía en la Argentina. Finalmente, prepara un proyecto llamado Le Grand Cinemacleta coordinado por el artista cordobés Luciano Burba y organiza una muestra con amigos en la galería Vorwerkstift de Hamburgo. “Es difícil estar en dos heimat o países atravesados por un océano. Las posibilidades de trabajo se dan mejor en Alemania, pero como autora creo que no tengo un lugar fijo”, reconoce.
Caos y rutina
–¿Por qué “Notas al pie” comienza y termina con un tren?
–El tren me fascina, siempre me gustaron las estaciones antiguas de trenes en la Argentina. La mayoría abandonadas, te parás al costado de las vías y mirás para un lado, para el otro y ves que van (o iban) para algún lugar. Pienso que por ahí pasó alguna vez un tren de pasajeros. Mi abuela siempre me cuenta del “tren expreso el Libertador”, que iba de Buenos Aires a Mendoza y pasaba por Laboulaye, donde mi abuela se mudó después de la crisis del '30. Mi otra abuela me contaba del tren de pasajeros de Río Cuarto. La vida misma es estar de tránsito por un lugar o varios, sean cuales sean las razones. En cuanto a afincarse y estar de tránsito, 2017 fue y es para mí un año movidito. Estuve acompañando a mi pareja por unos meses en Brasil, luego estuve tres meses en la Argentina y ahora ya estoy de vuelta en Hamburgo. Todavía mi vida cotidiana es caótica, así que no puedo afirmar que tenga una rutina.
–¿Cómo llegás a la técnica del claroscuro y el uso del pincel?
–Básicamente por sus bajos costos de impresión. Es una técnica que me permite casi escribir dibujando. Es muy rápida y casi no necesito hacer un dibujo previo.
–La historia política enlaza varias de tus notas al pie. ¿Qué te llevó a ese hilo narrativo?
–La política es importante dado mi pasado familiar. Tratar de pensar el presente desde el pasado siempre fue para mí una forma de entender en dónde estoy parada.
–¿Qué implica la publicación de “Notas al pie” en Alemania?
–Es una oportunidad para hacer visible mi trabajo y a la vez un gran reconocimiento. La verdad es que nunca pensé que la historia despertaría el interés de editoriales. Estoy organizando la muestra y presentación de Fussnoten para el Festival de Cómic de Hamburgo. Estoy muy contenta.
Notas al pie
Nacha Vollenweider
Maten al Mensajero (2017)
220 páginas
$ 350
La historietista Nacha Vollenweider publicó Notas al pie. La novela gráfica aborda la vida dividida entre Córdoba y Alemania de la autora y los acontecimientos políticos que marcaron a sus antepasados.