A Marcos López le es imposible quedarse quieto. En su obra, esa movilidad permanente es zona de riesgo, crecimiento y, por qué no, también divertimento. Hace rato que su obra traspasó las fronteras de la fotografía. De la foto a la pintura, al cine, al teatro, a las redes sociales, su visualidad no tiene límites. Esta semana, el artista santafecino llegó a Casa Naranja (Tablado 451), el espacio cultural de la conocida tarjeta, para poner manos a la obra a su muestra“Mundo López”, que permanecerá en exposición hasta mediados de febrero.
Es martes, el artista acaba de llegar. El montaje se parece más a un set de filmación y Marcos López, a un director de cine (rol que encarnó cuando realizó la película Ramón Ayala). Hasta sugiere la manera de seguir esta nota. “Preguntale a Gastón, me parece interesante su aporte”, dice como respuesta a una pregunta durante esta entrevista.
Gastón Ferrero, artista cordobés, se encuentra justo ahora pintando minuciosamente una extensión del paisaje de la famosa fotografía Asado en Mendiolaza (2001) en el mismo muro en el que está colgada la imagen. La famosa foto ya tuvo varios remakes, y es en sí misma una cita a La última cena, de Leonardo Da Vinci. Los protagonistas de Asado en Mendiolaza son nada menos que destacados artistas cordobeses (Juan Longhini como el Cristo, Tulio Romano, Rubén Menas, Hugo Olmos, Pablo Scheibengraf, Oscar Suárez, y el fallecido Oscar Páez, entre otros).
En esta muestra, la foto no sólo se expande a un paisaje abierto (pintado), también incluye una instalación cuasi escenográfica a su alrededor, como una mesa de asado que aparenta estar en pleno combate gastronómico.
Para López, estas versiones aluden a ideas compositivas como figura y fondo, e investigan el vínculo fotografía y pintura que tanto le atrae hace años. Con la participación del joven pintor en su obra, la noción de autoría se trastoca. “Es un work in progress permanente porque siempre la voy cambiando, mejorando, modificando”, dice.
–Esta fotografía siempre tiene una nueva vida.
–Exacto. Siempre está la idea de salirse de la foto hacia la instalación, la performance, para que la gente se pueda fotografiar. En estos días hice una experiencia en Rosario, en la Feria de las Colectividades, donde hicimos un livingcito. Se hicieron 2.200 fotos, y tuvo un gran éxito en redes sociales. Por ese decorado la gente pasaba, se fotografiaba y luego esa foto se subía a Facebook.
Riesgo y transgresión
Para Marcos López, estas nuevas vidas de sus fotografías alcanzaron un alto nivel de riesgo, de transgresión artística. Es lo que sucede en la muestra que presenta actualmente en el Centro Cultural Kirchner, “Ser nacional”, en la que dialoga con obras de artistas como Antonio Berni.
Para López, su obra es un mundo hecho de “citas, remakes, intervenciones, cruces, apropiaciones”. En Casa Naranja expone 12 fotografías de las emblemáticas series “Pop Latino” y “Sub-realismo criollo”, que seleccionó junto a fundación Melián. “Son las obras más icónicas”, asegura.
Y se explaya sobre una de estas piezas, Comida rápida, de 2007: “Esta foto en el bar es uno de los picos más altos de ‘Pop Latino’ en cuanto a la utilización de las marcas publicitarias, a la exageración de la puesta en escena, a la cita al cine americano de los años ‘50 con las camareras. Hay algo de barroco publicitario popular llevado al extremo, que hace dudar al espectador sobre si es una propaganda de cerveza”.
Otras cualidades que destaca de esta fotografía son la obsesión compositiva en el color (“cada cosa en su lugar”), y las horas y horas de retoque digital.
“De algún modo, a esta muestra la siento ya como parte de mi pasado, casi lo veo y puedo decir ‘esto fui’. No sé si lo sigo siendo”, reflexiona. Su presente es filmar con el teléfono videos de Instagram, que le dan “mucha adrenalina”.
–¿Es tu nuevo formato?
–Lo pienso como un formato de contenido, qué quiero decir en esos 30 segundos, pienso mucho en lo que verá el receptor desde el teléfono. Estoy muy conectado con cierto escepticismo, con la depresión del ser humano que sube a un colectivo. Ahí, el 80 por ciento de la gente está mirando el teléfono. Me cuesta encontrarle respuesta, pero yo mismo estoy atrapado en esa red. Cada día tengo más seguidores en Instagram y en Facebook, y de repente la gente me reconoce por la calle y me dice “capo, te sigo”.
López siempre lanza por las redes sociales alguna crónica personal. “Me invento una vida privada”, aclara.
Para López, su presente es el de un momento de crecimiento en relación con las experiencias “polirrubros” que tiene como artista, curador, perfomer, director de cine. Viene de hacer Reproches, una obra de teatro en el Centro Cultural Rojas, con textos suyos, junto al reconocido actor, dramaturgo y director de teatro Rafael Spregelburd. “Un matrimonio se reprocha cosas sin parar frente a la empleada doméstica que no habla”, la describe, como si se tratara de una imagen.
–¿Tus obras te siguen llevando a otros lugares?
–Sí, lugares que antes estaban en la obra, yo mismo me estoy llevando. Si ves la tabla con el asado podría ser una escenografía.
Asado y después
“Esta obra me superó, tiene vida propia, la gente la saca de internet, la imprime en toldos de parrilla, en un supermercado chino de Miramar, la gente se la apropia”, dice sobre Asado en Mendiolaza, sin dudas la estrella de la muestra.
Que esta obra histórica tenga como modelos a artistas visuales genera más lecturas. “Esta foto es una puesta en escena que es más documental que una foto documental”, observa. Y profundiza: “La relación entre puesta en escena y documental es absurda, porque yo puedo decir ‘documenté una teatralización que además era verdad’. Ellos están actuando de sí mismos. Indudablemente, la puesta en escena es un tema que me interesa, esta es la prueba”.
Cuenta que hace poco Asado en Mendiolaza se exhibió en la puerta de una iglesia en Uruguay: “El cura dijo que el que transpira haciendo el asado es como un Cristo, se brinda, trabaja para los demás”, relata. Al parecer a algunos no les gustó nada la foto allí. Mientras, la fotografía integra importantes colecciones de arte latinoamericano en el exterior, como las del Museo Reina Sofía (España) y Daros, de Suiza.
–¿No tenés problema con que la obra funcione de distintas maneras?
–No, para mí es un elogio. En cualquier momento haré un libro con las fotos que me manda la gente cuando ve esta foto en un quiosco, por ejemplo. En otro local, al Cristo le sacaron un globito que dice “Pollería a pasitos de la estación”.
La muestra
“Mundo López”. Casa Naranja (La Tablada 451). Exposición de Marcos López de las series Pop Latino y Sub-realismo criollo (mediados de 1990 hasta la primera década de 2000). Lunes a viernes de 9 a 20 (excepto feriados). Visitas guiadas: miércoles y viernes a las 18, 18.30, 19 y 19.30. Entrada gratuita. Más información en www.casanaranja.com.ar.
Perfil
Marcos López (1958, Gálvez, Santa Fe). Fotógrafo y artista plástico. Sus fotografías se caracterizan por ser puestas en escena donde el artista juega el rol de director teatral, con influencias del cine, de la pintura y de la fotografía documental clásica. López se ha consolidado como una figura central del arte latinoamericano contemporáneo. Sus fotografías parte de las colecciones del Museo Nacional de Arte Reina Sofía de Madrid y el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León en España, la Fundación Daros-Latinoamérica en Suiza y Quai Branly, entre otras colecciones públicas y privadas.
Entrevista con Marcos López, que vino a presentar en Casa Naranja una muestra de sus obras más icónicas. La estrella es Asado en Mendiolaza, legendaria fotografía que aquí se presenta en una versión especial.