Unacasaconarte se llama el espacio de Mariela Galliussi. Es una galería de arte, taller, casa. “Exactamente todo eso” dice la artista. Quería un lugar para compartir con otros porque siente que ahí se genera un movimiento de ida y vuelta enriquecedor. De esa posibilidad de encuentro viene “Encuentro ígneo”, la muestra de Galliussi y Emma Gargiulo que se puede ver allí este mes.
Galliussi invitó a la pintora y ceramista Gargiulo, artista nacida en Buenos Aires que desde hace bastante está fincada en Los Cocos. Le propuso hacer una muestra entre las dos a la que titularon “Encuentro Ígneo”. Luego le surgió la idea de homenajear a Emma, lo que se plasmó en un video documental donde la entrevista. En esta pieza audiovisual, cuenta Mariela, Emma revela entramados de su obra. Rodrigo Fierro y Gastón Sahajdancny la acompañaron con sus cámaras, agrega, una tremenda sensibilidad, calidad de registro y experiencia con la que captaron la esencia de Emma, en un gesto de gran generosidad.
La realización del video se hizo en varias visitas al taller que Emma tiene en Los Cocos. El video registra diferentes etapas de la elaboración de una pieza cerámica. A partir del encuentro con Emma, dice Mariela, se generaron muchos otros encuentros con diferentes artistas como Mariana Robles (desde la palabra), entre otros aportes y diálogos.
Mariela abrió Unacasaconarte en 2013, cuando invitó a exponer a Santiago Lena y Luciano Giménez, junto a piezas de rescate de María Belén Ahumada (Catamarca) y Luis Pinilla Mera (Bahía Blanca) y sus delicadas piezas de orfebrería. Con Emma vuelve a proponer encuentros alrededor de la cerámica.
Formas que insinúan
Mariela define a sus piezas de cerámica de grandes dimensiones (que a veces exhibe agrupadas) como obras crudas, despojadas de color, con grietas, fracturadas, con texturas lisas y rugosas, ásperas y suaves. De “curvas exageradas y profundos pliegues”, detalla. ¿Algo de seducción? se pregunta.
La instalación que presenta, dice, insinúa un paisaje desolado: “Me seduce esa idea, quizás porque en esos paisajes es en donde mejor me siento, me atrae el silencio que hay en ellos, el eterno sol, el viento, el calor o el frío arrasador, me conecta, y genera muchas cosas en mí”.
Una sutil idea de paisaje aparece a veces en su obra. Y una extraña fusión de pensamientos y emociones se plasman en esos grandes volúmenes, reflexiona, que aun despojados de color reservan sus marcas.
Detrás de ese horizonte, hay una búsqueda relacionada a su posicionamiento como mujer, lo que incluye “un abanico de cosas” que enumera: “Las relaciones de una con el resto. Hijos, amores (encuentros y desencuentros), nuestros padres, hermanos, amigos, conocidos, colegas, espacios de poder, la obra misma, el trabajo diario en el taller”. Una búsqueda y un aprendizaje constante que puede reflejarse o no en la obra pero que existe, afirma.
Mariela Galliussi propone una obra alejada del utilitario y el objeto decorativo, habituales en la cerámica. Tampoco recurre a imágenes de las culturas ancestrales para recrearlos: “Me inclino hacia la escultura, me siento fuerte ahí, cada una de mis piezas cerámicas lo son, en pequeña o gran escala”.
Se formó en la Escuela de Bellas Artes Figueroa Alcorta, donde fue creciendo su interés por el objeto, más allá de especializarse en grabado, al que relaciona con las texturas que emergen en sus piezas.
Hacer cerámica fue como volver al origen. Así lo explica: “Luego de varios años de recibida y teniendo mis hijos chiquitos, cursé un tiempo en la Escuela de Cerámica Fernando Arranz. Pero ya desde chica mi mamá me llevaba a talleres de cerámica. Siempre me atrajo la arcilla, ese material con el cual podía modelar sin límites, me era muy atractiva la idea de crear algo con ella”.
–¿Qué búsquedas incluyó este camino?
–Desde esos comienzos estudiando hasta ahora, he experimentado con todo tipo de materiales para realizar mis trabajos, como madera, cemento, resina, acrílico, caucho, etcétera. No siempre ha sido la cerámica el medio. Hubo una búsqueda con esos tantos otros materiales y la sigue habiendo también con la cerámica, que es con lo que trabajo hace varios años ya, desde incorporar diferentes pastas con sus particulares texturas, hasta experimentar con distintas técnicas, ya sea para la construcción propia de la obra como para su terminación y acabado.
Nueva visita
Con esta muestra, Emma Gargiulo siente que regresa a esta ciudad. Volver aun sintiéndose cordobesa por tantos años aquí, dice, es descubrir su arraigo: “Mi lugar o mi tranquilidad con pequeñas cosas, encuentros, palabras, paisaje, olores, sonidos, ruidos, colores, que al fin es lo que hacen mi vida”.
Anclada en Los Cocos, y con su espacio de exhibición en La Cumbre, había expuesto con más frecuencia por aquí años atrás, en las ya desaparecidas galerías de arte Jaime Conci y Martorelli-Gasser, y también en el Cabildo, lugar al que este año volvió para mostrar con otros ceramistas.
–Los cuencos y platos, objetos bellos a la vez que superficies para tus experimentaciones plásticas libres. En esta muestra hay uno en especial, blanco con texturas en grises.
–La pieza blanca es la última, la saqué del horno y estaba tibia cuando la puse en la galería. Me gusta mucho su textura interna, la forma y el vacío que surge desde adentro. Es abierta hacia adentro y hacia afuera. Me gusta porque no tiene descripción, es austera, es una forma originaria y a la vez generadora.
–Para esta ocasión no trajiste utilitarios, sólo piezas escultóricas. ¿Por qué?
–Exponer sólo pequeñas esculturas y no utilitarios es sólo por una idea de coherencia para el público. Pongo la misma intención y fascinación en hacer un bol para comer, un plato o un pequeño jarro que en una escultura abstracta.
–¿Cómo surgieron los “Guardianes”?
–Es casi imposible explicar los procesos y la aparición de hechos determinados. Uno se agarra de pequeños gestos y de allí parte. Sacar y darle forma a lo desconocido que tenemos dentro. Me sugieren que a las próximas las haga de mi altura, más grandes. Como no soy muy alta, vamos bien.
–Después de la forma, o junto a la forma, ¿el color es un elemento clave en tu obra?
–El tema del color es muy importante, sea blanco, negro o rojo. Por lo mismo que soy pintora también, son dos rutas que van paralelas, la cerámica y la pintura. Se encuentran siempre. Llevar esos rojos y verdes o azules a la cerámica me habla de mi presente. La tierra tiene su color, su fuerza, su presencia, no sólo en un paisaje de la naturaleza sino también de la ciudad, de la gente, de las calles, de mi casa.
En el video se la escucha decir: “Hay una simbiosis entre el lugar que no habita con las formas y los colores”.
–Decís que el rojo, uno de los principales colores de tus obras, es “el más difícil”.
–El rojo es muy difícil en la cerámica por su composición, tiene un punto exacto de cocción, del fuego, de lo contrario desaparece. Y también es un color muy vital, energético, vibra y hace vibrar. Lo siento muy expresivo.
“Somos herederos”
Para Emma, los viajes son una fantástica fuente de alimento. En muchos sentidos, dice. Por lo cultural, el placer, las comidas, el arte, la arquitectura, la gente, los idiomas. Le atraen las antiguas culturas que pudo conocer en Perú, México, Egipto, China, Japón (donde también se formó), Turquía, Grecia, Asia. Emma rescata la enseñanza de los antepasados: “Nos dieron la pólvora y la democracia, el arte y las filosofías para descubrirnos y construir”.
En el video que le rinde tributo reflexiona sobre las herencias: “Solamente por trabajar van apareciendo cosas que todos tenemos, somos herederos, el cuerpo conoce, y después está lo espiritual que también se percibe, se intuye”.
En su caso, esa intuición la llevó hace muchos años por los caminos del fuego de donde extrae las formas que la apasionan. “Tenés toda la vida para elegir, pero cuando elegís, es a morir”, enseña Emma Gargiulo.
Para ir
"Encuentro ígneo". Unacasaconarte (Gómez Clara 1255 Bº Rogelio Martínez). Muestra de Mariela Galliussi y Emma Gargiulo. Jueves viernes de 18.30 a 20.30. Facebook: unacasaconarte
Mariela Galliussi convocó a Emma Gargiulo para compartir su espacio Unacasaconarte. "Encuentro ígneo" es el resultado del convite, una muestra que se puede visitar este mes.