Pinturas y objetos confluirán, este viernes se sabrá de qué manera, en la propuesta que Leopoldo Estol viene ideando en estos días para su primera muestra en la ciudad de Córdoba: a las 20 abrirá al público “Zarpar”, en El Gran Vidrio (Humberto Primo 497), con producción de Lucas Ardu.
“El Gran Vidrio es un espacio de escala holgada aunque no por ello un lugar a súper híper cargar”, dice el artista en una serie de apuntes donde reflexiona sobre esta exposición y el ser artista de una manera muy natural.
Estol relata lo que podría ser un detrás de escena que ocurre dentro de su cabeza: “Algo de lo vacío le sienta bien, como si el mundo no se encontrara ya un poco bastante lleno. Un contrapunto necesario e importante sin volverme loco: un grupo de acuarelas ligeras, intrigantes y sentidas en las paredes, distribuidas con mucho aire”.
En el momento de prever, Leopoldo Estol también consideró que habría en el espacio una serie de objetos: “¿Juntos o distantes? Dispuestos in situ dependiendo del consejo de los demás y de cómo me siento”.
Conociéndote
Leopoldo Estol (Buenos Aires) estudió arte en la Universidad nacional de Buenos Aires; participó en las clínicas de análisis de obra de Pablo Siquier y de Jorge Macchi, y de workshops de dibujo con Martín Kovensky. En 2003 fue elegido para participar de la beca que coordinó Guillermo Kuitca junto al Centro Cultural Rojas.
A partir de “algunos ensayos realizados al calor del pensamiento grupal” avanza lúdicamente sobre centenares de objetos que formarán sus instalaciones, marca reconocible de su obra.
Realizó “Tempranos Intereses Personales” en la galería Sendrós (2004), la celebrada “Escuelita Thomas Hirschhorn”, junto a Diego Bianchi en Belleza y Felicidad (2005); “Mi primera escultura”, donde exhibió los restos de una fiesta electrónica sobre el amplísimo piso del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (2007); y “La mañana del mundo”, construida en la antigua galería Ruth Benzacar a partir de un sin fin de colaboraciones (2008).
Por invitación de Inés Katzenstein, participó de la Bienal del Mercosur en 2007. Desde entonces, sus obras forman parte del acervo del Macro, Museo de Arte Contemporáneo de Rosario, y también del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba).
En 2009, junto a un grupo de artistas nucleados en el Centro de Investigaciones Artísticas, conoció la Villa 31 de la ciudad de Buenos Aires, donde realizaron un reenactment de la toma de la tierra, una muestra de arte en un comedor, talleres de pintura, clases de apoyo escolar y hasta una zapatilla gigante que se convirtió en un monumento portátil que los vecinos de la 31 llevaron a la Legislatura porteña para reclamar por sus derechos.
Desde 2013 edita y distribuye el diario El Flasherito junto a Liv Schulman y Andrés Aizicovich, un espacio impreso que busca generar una plataforma periódica de inspiración, discusión y pensamiento.
Viene de mostrar su bitácora de viaje por el Sur patagónico en la galería porteña Document Art. “Zarpar” es su primera muestra en la ciudad de Córdoba.
“Zarpar”, primera muestra del artista porteño en Córdoba, se inaugura este viernes en la galería El Gran Vidrio.