La señora sonríe en la foto ubicada a mitad del largo camino por la Sala Farina de la Ciudad de las Artes (avenida Riccheri y Concepción Arenal). Rodrigo Fierro la retrata en La motivación (Josefina), una de las tantas imágenes y a la vez una foto muy especial de la muestra Aula expuesta. Fierro es el autor de este proyecto colectivo que reflexiona sobre la enseñanza de la fotografía.
“Hacía mucho que quería fotografiar a Josefina”, cuenta Rodrigo. El relato del artista es tan conmovedor como la imagen: “Josefina fue mi celadora mientras cursé la carrera de fotografía en la escuela pública, en 1988 y 1989. Y en este nuevo instante, Josefina comenzaba a ser mi compañera de trabajo, como celadora de los alumnos que me tenían como docente. Compartimos ocho años de trabajo. Recientemente se jubiló, y la extraño. Quiero compartir un retrato fotográfico con Josefina, y compartirlo también en la escuela donde nos conocimos y trabajamos”.
La foto de Josefina fue uno de los disparadores de Aula expuesta, muestra que en su desarrollo generó Cultivar la cosa pública, obra de Fierro que ganó el primer premio del último Salón Ciudad de Córdoba. Lo educativo, y especialmente lo público, eran expectativas que tenía el artista. “Soy docente, empleado público, lo que me genera muchas frustraciones y un enorme potencial”, afirma.
Parte de ese potencial eran las preguntas. La necesidad de sintetizar 15 años de docencia llevaron a Rodrigo a “darle forma a los cuestionamientos”: qué y para qué enseñar.
En Aula expuesta confluyen caminos y personas. La muestra resume el andar de Rodrigo, y los vínculos creados a partir de su trabajo y obra fotográfica. “Siempre me interesaron más los proyectos colectivos”, afirma, y recuerda que la muestra “Hiela” (2013) en el Museo Caraffa fue su primera individual.
Aula expuesta se compone a partir de cuatro núcleos que tienen que ver con su recorrido en el ámbito de la enseñanza pública (en la Escuela Spilimbergo de la carrera de Fotografía), privada (en el Centro de Estudios Fotográficos) y con el taller experimental que coordinó con Gabriel Orge (Manifiesto Alegría).
Así aparecieron las participaciones de María Buteler, Javier Igninoli, Ezequiel Salinas, Diego Villarruel, Laura Kalbermatten, Gerardo Repetto, Natalia Pittau, Pablo Género, Alicia Cáceres, Gabriel Orge y Agustina Triquel. Y también, la de alumnos y ex alumnos. Personas con las que Fierro confiesa haber “compartido la magia”.
“El traspaso de la experiencia es único”, aporta Igninoli en una rueda de diálogo que en parte reedita lo que fue la producción de la muestra (en la que Fierro compartió con los participantes las tareas de montaje y diseño). Y esto puede acontecer en la escuela o el ámbito del taller. “En este proceso”, continúa Fierro, “la pregunta es el instrumento de oro, la herramienta más potente, lo que uno como docente se pregunta o lo que puede preguntar al alumno”.
La muestra se erigió a partir de muchas preguntas, las del propio Fierro y las de otros artistas o pensadores, frases que se pueden leer en la sala, como las que propone Marcos López: “¿Qué se enseña cuando uno se trata de enseñar algo? ¿Se puede enseñar algo?”.
Otra cita ineludible guía esta muestra a través de las palabras de Pablo Freire: “La única manera de enseñar es aprendiendo”. l
Aula expuesta es un proyecto colectivo generado por Rodrigo Fierro. Invita a pensar en la enseñanza de la fotografía. Hasta el 6 de abril, en la Sala Farina de Ciudad de las Artes.