Que se lo aprecie en todas sus etapas, y que ninguna sea relegada porque todas son contundentes y muestran la coherencia de la obra de Rogelio Polesello (1939-2014). Es el deseo de quien fue su compañera de vida, Naná Gallardo, quien vino a Córdoba a presentar “Geometría sensible”, la muestra dedicada al destacado artista que además estrenará el espacio de arte de Casa Naranja (La Tablada 451).
Gallardo es la curadora junto a fundación Melián de esta exposición, que se compone de 10 pinturas de gran porte y dos obras más, aquellas que todo lo atraviesan transformando lo visible, sus esculturas transparentes de acrílico tallado 36 óvalos, de 1969. Íconos del arte argentino, estas piezas de efectos ópticos atrapan a todos. El público no se cansa de jugar, descubrir profundidades y deformarse mirando a través de las lupas que contienen sus óvalos y círculos.
En su texto sobre la muestra, Gallardo va hacia el origen de esas obras y propone una síntesis de la trayectoria de Polesello. Cita una frase del artista: “Cuando era chico jugaba con un vidrio que me ponía en un ojo y así exploraba el mundo con esa ventana”.
“Así recordaba Rogelio Polesello sus primeros experimentos visuales –escribe Naná–, cuando aún era un niño y no sabía que su destino sería el de convertirse en uno de los artistas argentinos más importantes de la segunda mitad del siglo 20. Indudablemente esos juegos quedaron grabados en su retina, porque si echamos luz a toda su producción artística, desde mediados de los años 50 cuando era un joven estudiante de Bellas Artes, hasta sus últimas horas, cuando la muerte lo sorprendió en 2014 preparando su ansiada exposición retrospectiva en Malba, advertimos una multiplicidad de formas pictóricas que responden a una misma matriz: intentar plasmar la luz y sus infinitas formas de descomposición cromática en una superficie”.
Naná Gallardo ofreció su archivo para la producción de la muestra antológica que el Museo de Arte Latinoamericano (Malba) le dedicó en 2015, “Polesello joven (1958-1974)”, presentación que considera “reveladora y reivindicativa”.
Sin embargo, Polesello es más que la famosa obra de las lupas. Fue un artista que no paró de investigar: “Mucha gente no sabe que diseñó muchísimos objetos, incluso autos”, cuenta. Y enfatiza: “Me parecía importante que en esta muestra de Polesello en Córdoba se aprecien otras facetas, diferentes etapas, porque todas sus obras pueden convivir perfectamente”.
“Estar en contacto con su obra visual y emocionalmente te hace conocerlo”, siente Gallardo, que bautizó junto a Polesello algunos de los trabajos. Dos pinturas en blanco y negro, Mapa de partida, de 1997, y La mirada ajena, de 1999, son las más recientes que se exhiben en Casa Naranja, y están ubicadas detrás de los óvalos. Inevitablemente se ven modificadas por su posición.
Naná señala que también se pueden ver cuadros de fines de la década de 1970, como Trama, que espera al espectador camino al auditorio, y otras como las que reciben en el ingreso al edificio, Sitio, de 1982, y Premonición, de 1989, que manifiestan claramente su apuesta estética después de sus producciones en acrílico transparente.
El propio Polesello contó alguna vez el momento en que estalló el color: “Cuando empecé a pintar hacía monocromías buscando el oficio, y en este acompasado silencio me encontré un día sentado en casa pensando qué quería pintar; de pronto el sol atravesó la ventana y se deshizo en una de mis esculturas de acrílico (esos monóculos estridentes que conservaron mi infancia), y se expandió por todo el espacio ese mandato iridiscente y terminó la ceguera: aquí está, dije, agarré el soplete y junté el sol en el plano”.
Lo que juntó el artista fueron los colores en un haz lumínico. A partir de allí, desarrolló una geometría de intensidad cromática, líneas y formas en diagonales que surcan azarosamente el espacio del lienzo, y que gracias a esta estrategia crea volúmenes imaginarios. Una modalidad que ya todos reconocen a simple vista.
Para ver. La agenda cultural de Casa Naranja (La Tablada 451), que tendrá exposiciones temporarias de artistas de trayectoria, comienza este viernes con la muestra dedicada a Rogelio Polesello, que se podrá ver hasta el 9 de septiembre, de lunes a viernes de 10 a 19. En julio habrá visitas para el público en general, de lunes a viernes a las 15.30, 16.30 y 17.30, con un cupo de 30 personas. A partir de agosto, se sumarán las visitas para instituciones educativas.
Casa Naranja estrena su espacio de arte con “Geometría sensible”, muestra del gran creador argentino. La curadora es Naná Gallardo, quien fuera su compañera de vida.