"En un mundo de fragmentos, vivimos el arte para generar vínculos". La frase se escucha en boca de la performer y docente Soledad Sánchez Goldar y es parte del video con que se promociona Comuna, un proyecto que busca potenciar aptitudes creativas y de socialización en adolescentes y jóvenes haciendo pie en el trabajo artístico.
Comuna empezó a gestarse en el ámbito familiar de Lucas Di Pascuale, artista cordobés que trabaja desde hace años como dinamizador de la cultura y gestor de experiencias colectivas atentas al contexto. La Casa Escuela de Arte, en Buenos Aires, fue el primer chispazo. Luego, cuenta Lucas, “conversamos con Sandra Abichain (mi compañera) y nuestras hijas Catalina y Emilia sobre llevar adelante una iniciativa que involucre el problema de la fragmentación y la desigualdad. Por supuesto que no como una respuesta a estas problemáticas sino como una micro experiencia, cuyo desafío fundamental es la conformación de un grupo heterogéneo de estudiantes que logre, mediante la práctica artística, potenciar a cada uno de sus integrantes y al propio grupo al mismo tiempo”.
El desafío contagió a Rodrigo Fierro (fotografía), Soledad Sánchez Goldar (performance), Belkys Scolamieri (gráfica), Tomás Alzogaray (dibujo), Santiago Lena (cerámica) y Florencia Walter (pintura), artistas que trabajarán como docentes. También se sumaron Emilia Casiva y Facundo Di Pascuale en comunicación.
La idea de Comuna es becar a chicos de entre 15 y 20 años para que asistan a talleres de arte. “Dibujo, perfomance, fotografía, gráfica, cerámica y pintura están pensadas como herramientas para que cada participante desarrolle y potencie sus propias necesidades creativas. Vamos a enfatizar acciones colaborativas y/o de creación colectiva, nuestra intención es que se asuma el hacer de los pares como lugar de aprendizaje”, explica Lucas.
Comuna hará nido en La Carpintería, el espacio de arte que gestiona Tomás Alzogaray. Los talleres empezarán en agosto y los cupos serán definidos por sorteo a partir de propuestas realizadas por profesores de arte de escuelas públicas y privadas, centros comunitarios y talleres barriales.
Para contribuir a su financiamiento, Comuna ya tiene un perfil en la plataforma de crowdfundingIdeame. Allí, quienes deseen colaborar con el proyecto “se encontrarán con hermosas recompensas”, anima Di Pascaule.
Una experiencia que tiene puntos de contacto con Comuna es la EPA de Unquillo, una escuela popular de arte que fue desmantelada por la actual gestión municipal y reencarnó gracias al esfuerzo de un grupo de alumnos. Contra viento y marea, la EPA volvió a navegar y hoy funciona en la Casita Verde de barrio Alto Alegre de la ciudad serrana, con talleres de luthería, música, malabares, fotografía y acrobacia en tela, entre otros. En Facebook (EPA Espacio Popular de Arte) está toda la información sobre esta manera de compartir arte y hacer comunidad.
Algo se está moviendo.
El proyecto Comuna y la EPA de Unquillo son dos experiencias de formación gratuita en el campo del arte. De qué se trata.