Ve a sus obras como ilustraciones de un cuento que no se escribió. Personajes y objetos esparcidos en la bruma. Relatos de cualquier tiempo. Una pintura “muy figurativa”, a la que ya no considera nostálgica, pero sí evocativa. Cordobés (de Villa Reducción, a unos kilómetros de Río Cuarto), Germán Wendel vive desde hace muchos años en Buenos Aires. Recientemente volvió. Es uno de los artistas convocados por Daniel Antonio Martínez en el ciclo “Gestores invitados”, que organizó la galería Estudios de Soluciones Artístico Arquitectónicas (Esaa) de Unquillo, donde este sábado a las 18.30 se inaugura la muestra “Fantasías/La postura perfecta para el absurdo contemporáneo (de San Carlos de Bariloche a Villa Reducción o viceversa)”. Allí, Wendel comparte la exposición con Ramairas Alvareidas.
Martínez ideó esta muestra alrededor de la fantasía, “que recoge su material de la realidad interna y externa, con el cual se concibe una realidad distinta, revirtiéndola o reformulándola”. “Con el golpe de la imaginación se pueden asociar las imágenes de la realidad y agruparla en una totalidad con significado diferente, como el hecho de juntar el cuerpo de un hombre y un caballo para dar nacimiento a un centauro o dotar propiedades humanas a los animales y los objetos inanimados”, sugiere.
La pintura de Wendel se asocia a esta idea. “Algunos personajitos, alguna situación” que aparece en su obra. El artista estuvo en Córdoba como jurado de la última edición del premio de pintura de Bancor. Pero una muestra individual hace mucho que no presentaba por estos lados. Hoy será una oportunidad para reencontrarse con sus paisajes donde los objetos adquieren una nueva sustancia. Una espesura que los saca de lo conocido.
Wendel exhibirá pintura al óleo. “Siempre había trabajado con acrílico, pero estaba cansado, tenía el yeite de volver al óleo y probar”, cuenta. Las mudanzas, y un nuevo taller fuera del hogar hicieron que se pusiera a trabajar en pequeños óleos, “como para empezar a aprender”.
“Estos son ensayos que están unidos por la técnica y la paleta”, afirma sobre la muestra que incluirá alrededor de 40 obras, sólo un par de éstas de mayor tamaño. “Quedé alucinado con el óleo, que era una técnica que me causaba rechazo, ahora la defiendo a capa y espada”, cuenta.
Le va el óleo aun cuando se defina como “un pintor ansioso” y le guste “trabajar en caliente”: “Y si no es así, se me pasan días que no agarro la pintura”. Está de verdad muy a gusto con el óleo: “Te da una sensación hermosa, es como untar con manteca”, dice. El aporte al color es otro atributo que le interesa.
Para Wendel, quien alimentó con sus imágenes el fulgor pictórico a partir de los años ‘90 en Córdoba, el arte puede servir para cualquier cosa. “En mi caso, lo que me interesa es que me remita a una experiencia que puede ser mía o de cualquier persona, hay gente que mira al futuro, yo miro para atrás, antes era más nostálgico, pero ahora digo evocativo”.
De aquellos niñitos que pintaba (“una infancia que podría ser la de mis viejos”, piensa), también surgió el burro, el conejo, y una “cosa fantástica”. Sin embargo, ahora va hacia una pintura más despojada.
La experiencia porteña es dispar. “La pasé bien y mal, es como una carrera deportiva, y yo siempre he sido muy hippie”, remata, dando por hecho que se le entenderá. Por las dudas, aclara: “No pinto para cambiar de estatus social, no me gustan los ricos, pinto porque no sé hacer otra cosa, puedo vivir en una pensión y voy a seguir pintando, la mayoría de los escritores y pintores que me interesan son así. He vivido y vivo superbién. Cada vez soy más peronista”.
Para ver. Ciclo “Gestores invitados”. La galería Esaa (Rosario 96, Unquillo) presenta este sábado a las 18.30 la muestra “Fantasías. La postura perfecta para el absurdo contemporáneo (de San Carlos de Bariloche a Villa Reducción o viceversa)”, de los artistas Ramairas Alvareidas (foto de obra) y German Wendel. Curador: Daniel Antonio Martínez. Hasta el 12 de junio. Entrada gratuita.
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Germán Wendel vuelve a exponer en Córdoba después de mucho tiempo. Este sábado inaugura una muestra en la galería Esaa de Unquillo.