En el Centro Cultural Alta Córdoba (Rodríguez Peña esquina Jerónimo Luis de Cabrera), Leonardo Paz exhibe por estos días pinturas que se apropian del pasado. Nació en La Falda pero desde hace un tiempo es vecino del tradicional barrio cordobés que aloja el espacio artístico en plena etapa de recuperación.
La obra que aquí presenta se inspira en el escritor y periodista cuyo nombre se le puso a este espacio cultural municipal: Efraín Bischoff (1912-2013). Se trata de una serie de cuadros montados sobre ventanas rescatadas de los talleres de la Estación Ferroviaria General Belgrano, cuyas imágenes refieren a fragmentos del capítulo sobre Alta Córdoba del libro Historia de los barrios de Córdoba. Sus leyendas, instituciones y gentes, escrito por Bischoff en 1986.
El origen
Leonardo Paz se pregunta cómo un artista puede aportar a la sociedad con su imagen. A partir de ahí, considera su obra desde la historia y la memoria colectiva, y también desde los recuerdos. “Analicé, pensé qué nos podía identificar a los cordobeses, algo que fuera común”, dice. Y ahí estaba Alta Córdoba.
Todo empezó en la tradición, afirma, inscripta en los libros. Primero entrevistó al historiador Prudencio Bustos Argañaraz, y absorbió su testimonios sobre mestizajes y costumbres que fundaron la identidad local.
Luego este interés se trasladó a los restos: las ventanas del ferrocarril que enmarcan ahora algunas de sus pinturas provienen de un compraventa del barrio, donde hay piezas de distintas épocas, producto de distintas remodelaciones, como la de la Estación General Belgrano, que se encuentra a poca cuadras del centro cultural.
Cuando vio puertas y ventanas de 1950, Paz empezó a referenciar su obra en el “objeto histórico real”. Estaba hablando de la historia de esta estación y se había encontrado con una puerta original descartada.
“Me interesaba que el público no viera sólo mi pintura allí enmarcada, sino también un pedazo de historia viva”, afirma.
Revoluciones de más de un siglo, o como la de 1955, que tuvieron lugar en la calle Bedoya, o en la misma estación de trenes, aparecen en su obra titulada Brain storming (tormenta de ideas), que alude más al choque de ideas. “Se decidió construir la estación en 1880, pero luego los cambios ideológicos y políticos la llevaron a su deterioro”, explica. Leonardo decidió llevar estos relatos a pequeñas imágenes de “bombas, botines militares y gotas de sangre, las noches estrelladas, los ojos que están ahí, mirando, observando todo, y al final, el vacío, algo así como borrón y cuenta nueva”. La obra representa esa historia, capta ese sentir, opina.
“Mi intención de exhibir estas obras en este espacio fue para que los vecinos sepan lo que pasó. Como artista, la historia es fundamental. Alimenta la memoria colectiva con hechos reales, y permite que las generaciones elijan y decidan qué no quieren repetir”, agrega.
Todas las obras que exhibe se relacionan con el libro de Bischoff (“un libro que debería reeditarse”). Leonardo destaca una coincidencia con el escritor: así como Bischoff fue un historiador autodidacta, él también es un pintor autodidacta. “Era un historiador no rechazado pero sí cuestionado por los académicos”, resalta.
Dos pinturas, Efraín escribe y La historia componen un díptico figurativo y abstracto; el rostro del autor y una explosión de colores. Otra obra presenta una máquina de escribir y pone en imágenes el intenso trabajo de escritura de Bischoff: Efraín es la máquina. Esta pintura forma parte de una serie de casi 50 que Paz hizo, tras investigar en bibliotecas y hemerotecas. Aquí resalta el vínculo con la máquina y “cómo se convierte él en un libro, para terminar finalmente en la memoria de todos”.
Otra obra muestra a Jardín Florido. Leonardo Paz incluyó un texto que está en una placa (en 9 de Julio y Deán Funes), dedicada al famoso piropeador que Bischoff nombra como personaje mítico. En otra pieza dio lugar a su autorretrato (“que pinté siete veces y que representa todo lo que aprendí en este proceso”); y en otra, una “suerte de grabado sobre vidrio”, colorea alegremente a Sofía Rodríguez de la Torre, la primera mujer que se subió a una bicicleta en el Parque Las Heras, el 19 de diciembre de 1898. Con esta obra celebra “la osadía de la mujer rompiendo límites en una sociedad machista. Ella fue considerada una loca”, remata Leonardo, mientras camina por una calle de Alta Córdoba pensando en el pasado.
Para ver. La muestra se puede visitar en el Centro Cultural Alta Córdoba (Jerónimo L. de Cabrera y Rodríguez Peña) de lunes a viernes de 8 a 20, y sábados y domingos de 10 a 20. Gratis.
Leonardo Paz va a las fuentes de la historia de Alta Córdoba y homenajea a Efraín Bischoff en una serie de pinturas que exhibe en el centro cultural del tradicional barrio cordobés.