Plateado sobre plateado es la obra reciente de Fabiana Imola, artista rosarina. Y una de las cinco exposiciones que Patricia Rizzo curó para Espacio Rojo (9 de Julio 40), y que este viernes a las 19.30 se despide con una visita guiada de la curadora porteña.
"Mi punto de partida ha sido representar imágenes que mantienen la ficción y poética de lo orgánico", explica a VOS la artista, a través de una relectura de las formas orgánicas inspiradas en proyecciones de sombras, con metodologías industriales, transitando el dibujo, la tecnología digital, la intervención arquitectónica y el diseño.
Imola combina técnicas que se complementan: "Generalmente el dibujo comienza siendo manual, gestual y fluido, y en ese punto trabajo con técnicas como las aguadas de tinta. Después, lo proceso digitalmente, haciéndolo más preciso y ajustándolo a la geometría. Los dibujos están relacionados, muchas veces van surgiendo de segmentos de uno anterior".
"Cuando trabajo en tres dimensiones (en metal) se despegan del plano convirtiéndose en objetos; creando juegos con sus propias sombras; habitando el espacio", relata. En cambio, cuando piensa en el plano, le interesa más la idea de grafismo, entonces el gesto queda en el plano.
Fabiana investiga las posibilidades lumínicas de sus esculturas en acero inoxidable espejado que arrojan luces y sombras. Le interesa profundizar sobre los efectos de estas formas con la simetría, por ejemplo. En el proceso de espejado, resulta una imagen más animal que vegetal.
Sombras, enredaderas, reflejos, transparencias, espejados, ciertas formas vegetales, la fluidez de las aguadas, lo gestual: "Mi obra tiene a la vez un ‘crecimiento orgánico', donde las formas hablan de la forma: orgánicas o abstractas, van surgiendo unas de otras y se van componiendo en dinámicas variaciones".
Para estas obras, la artista investigó sobre programas como el AutoCAD, para poder hacer el corte láser: "La obra empieza a entrar en un circuito industrial, y desde ahí se vinculan con la arquitectura, a través de los materiales y las escalas que permite trabajar el método digital. Aparece el metal y las ganas de querer hacer un objeto precioso, hermoso, lujoso..."
Con el metal, "las formas fueron cambiando". Empezó cortando chapa de hierro durante largo tiempo, probando y experimentado técnicas de acabado como la pintura Epoxi, y el cromado sobre hierro.
Con este material fue desde unos arabescos llenos de curvas a formas más espinosas, en algunos casos con mucha presencia de lo vegetal, al incluir registros fotográficos de formas orgánicas que después dibujó y re dibujó en otros programas, como "minúsculas ramitas de una enredadera dibujada a través de arcos más arcos más arcos de acero, siendo espejo y reflejo".
La inspiración del dibujo
"Mi obra fue cambiando también dentro de este proceso. Si bien hice pocas muestras de dibujos, es la base de inspiración", afirma. Incluso para un objeto escultórico, partió de dibujos de aguadas de tinta que hacía mientras transitaba la beca Kuitca: "Me fui a Isla do Mel; y mi plan era dibujar, juntaba cosas del mar, ramas, troncos, y a la noche en la posada, con unas velas y papeles, proyectaba las sombras y dibujaba esas sombras en aguadas; y de ahí lo pasaba después a esa técnicas y procesos más duros que provienen de la ingeniería industrial".
En este ir y venir "es clave la tensión que se genera entre la fluidez de una aguada al corte láser sobre chapa de hierro. Me gusta que en mi obra se vea eso. Siendo el metal tan duro, frío, cortante, que conserve la fluidez de una aguada, o la liviandad de una enramada".
Hoy, todo esto sale a la luz: "Las herramientas que antes eran parte del proceso, el dibujo, las aguadas, las ramas, las sombras, las imágenes que me inspiraban, ahora se muestran y son parte de la obra".
"Plateado sobre plateado", de Fabiana Imola, es una de las muestras individuales curada por Patricia Rizzo que Espacio Rojo despide este viernes, entre otras exposiciones.