Sara Goldman invita a su muestra. En vez de una tarjeta, entrega en mano un paquete de fibras de seis colores donde se lee que "Proyecto M" inaugura este miércoles a las 19.30 en el Centro Cultural Córdoba (Poeta Lugones 401). Fibras, una letra eme. ¿Qué será esta vez? La "M", le cuenta a VOS, refiere a manos y mente. "Necesitamos de muchas manos para poder concretarlo", dice en relación al proyecto. Manos para "separar, seleccionar, destapar, desarmar, enhebrar, enrollar, desenrollar, finalmente colgar". Y de "muchas mentes pensando como resolver la problemática de los desechos".
La artista trabaja obras que realiza a partir de reciclar grandes volúmenes de materiales de desecho, principalmente artículos de librería. El material protagonista de "Proyecto M" son los cuerpos de marcadores: fibras con las que ahora interviene el patio interno del centro cultural. Aprovechando la primavera, dice la artista, buscó darle color a esa masa de cemento, para formar "un arco iris que de acuerdo a la luz solar y los vientos provocan diferentes sensaciones visuales".
El resultado es "una lluvia cromática que se derrama a modo de un gran velo en el que la paleta de color y las transparencias se mimetizan y dialogan con el espacio que lo contiene", escribe Juan Canavesi en el catálogo.
Miles de fibras
Los números para contar grandes cantidades de elementos involucrados sobresalen en sus obras. En "Proyecto M", la artista utilizó 12.250 metros de tanza (un "extensísimo cordel transparente") para formar 750 tiras de 17 metros cada una, reuniendo así un total de 125.250 piezas plásticas.
"Las 750 líneas verticales, reiteradas y puestas en relación, conforman un plano virtual de grandes dimensiones que se interpone con flexibilidad y sin resistencia entre el espacio cubierto y el espacio vacío, uniéndolos y separándolos, ocultando y revelando", detalla Canavesi. Y resalta: "Goldman nos tiene acostumbrados a estas grandes intervenciones en museos o centros culturales". Como en el Caraffa (2012), cuando intervino distintos espacio no expositivos del museo.
La artista reutiliza objetos desechables que en ese acto estetiza, a la vez que "redefine los lugares arquitectónicos en los que ubica sus obras", señala Canavesi, destacando la reiteración y la repetición casi obsesivas como rasgos que la identifican. "En esta obra desarma, reduce y ensambla, como cuentas de un collar que parece volverse interminable, 125.250 cartuchos de fibra de color que el tiempo ha vuelto inutilizables, a un ritmo regular con variaciones cromáticas y sin estridencias", explica Canavesi.
Ya en el montaje, Goldman descubrió "cómo la gente se apropia, se divierte, nota algo diferente, se interesa por preguntar y al recibir la respuesta le sorprende y alegra que sea material reciclado".
–¿Te preocupa el destino de tanto desecho?
–Justamente, eso es lo que me impulsó a pensar qué podía hacer con esos materiales no aptos para el consumo. Manipulándolos, conociéndolos, intento transformarlos dándoles una oportunidad diferente para la que fueron creados, generando un nuevo destino con sentido estético.
Esta faceta constructiva-recicladora surgió en Sara de la misma vida cotidiana, al estar en contacto permanente con estos materiales no utilizables por diferentes situaciones: obsolescencia, fallas. De pronto supo que tenía muy cerca algo que podía reciclar en sus obras. Con ellos hizo muchas joyas y lámparas como esculturas, entre otros objetos. En el Centro Cultural España Córdoba hizo Tube long, formado por 42 tubos carreteles de cartón de film de polipropileno que se utilizan para envolver productos.
Actualmente, en el ingreso al museo Evita-Palacio Ferreyra pende una obra suya. "Es un objeto luminoso construido con 12 mil cuerpos de bolígrafos transparentes y 12 mil puntas plateadas, total: 24 mil piezas", así describe con exactitud lo que parece un gusano de seda.
El proyecto "Tripolina" (silla solidaria), que exhibe el museo Palacio Dionisi desde el jueves pasado, cuenta con una intervención suya: es una malla plástica y 2800 tapas de elementos de escritura para "sentarse y, desenrollando la malla plástica sujetándola a un árbol o columna, estirar las piernas", explica Goldman.
De una materia que proviene del consumo, Sara logra algo completamente nuevo y diferente: "Eso lo que inspira parte de mis obras. Que el observador descubra que utilizando materiales de desecho se pueden cubrir grandes superficies provocando efectos estéticos no habituales".
Para ver
“Proyecto M”, inaugura este miércoles a las 19.30 en el Centro Cultural Córdoba (Poeta Lugones 401). Martes a domingo de 10 a 20.
"Proyecto M" es el nuevo desafío de Sara Goldman, artista que trabaja la belleza a partir del desecho. Esta vez, interviene una pared de fibras de colores en el Centro Cultural Córdoba.