Cami Camila quería ser escritora, pero encontró en el humor gráfico el mejor cauce para su creatividad. Lo bueno es que esa afición inicial se filtra en sus viñetas de forma muy clara, no tuvo que cambiar un hobbie por otro, porque es una gran observadora de las postales cotidianas: allí donde la mayoría ve situaciones comunes, aburridas o estereotipadas, esta joven ilustradora detecta el gen humorístico, la forma en que la conducta femenina adquiere dimensiones de comedia.
La prueba contundente de la eficacia de sus dibujos es su fanpage en Facebook. Al día de hoy cuenta con casi medio millón de seguidores, muchos de los cuales interactúan de una forma que parecieran complementar sus chistes como si fueran notas al pie. Fenómeno viral propio de estos tiempos, sus ilustraciones simples generan una empatía inmediata en miles de usuarios, la sensación de que a todos nos pasan las mismas cosas alguna vez en la vida.
“La elección por este estilo de ‘dibujo palito’ tuvo más que ver con la cuestión de que cuando arranqué no tenía mucho tiempo para sentarme a dibujar. Yo laburaba todo el día y tenía una hora de ida y una hora de vuelta de viaje al centro, así que ahí, en los viajes en bondi y subte, era cuando más aprovechaba a hacerlo”, explica Camila sobre el origen de sus historietas costumbristas y minimalistas.
“Me centré más en lo que siempre hice y me gustó hacer: humor y contar historias mediante las palabras. Sí le doy bastante importancia a los gestos de los personajes, siempre digo que los pienso como si fueran actores y yo, una especie de directora que los ayuda a interpretar. Tuve mucha suerte, porque la simpleza en los dibujos terminó gustando”, agrega.
–¿Cómo nace la “fanpage”?
–Empezó como un hobbie, con la idea de subir todo lo que escribía en cualquier formato: cuentos, poesías, frases, siempre desde el humor y con un llamado a la reflexión y la autocrítica, pero desde un lado que yo consideraba más sano y divertido que moralista. Me animé gracias a mi amiga Florencia Aza, fue ella la que me dio el empujón para hacerlo y quien confió en mí desde el principio. Las primeras publicaciones de la fanpage eran frases que dibujaba en un cuaderno y las subía sacándoles una foto con el celular, sin retoque, sin nada, bien casero.
–¿Y cuándo empezaste con los dibujos?
–La historieta llegó casi por casualidad, cuando escribí “Hablemos del conchudismo”, que ni siquiera tiene un formato estricto de historieta, es medio una mezcla, parece más stand up gráfico, como alguien me dijo una vez. Como funcionó y gustó, seguí. Escribí la parte II y la parte III y me daba cuenta de que cada vez que publicaba una historieta subían mucho los likes en comparación con otras publicaciones, la gente compartía y se sentía muy identificada y a mí me encantaba hacerlo. Así que empecé a escribir sobre otros temas, llegué a publicar lunes, miércoles y viernes pero llegó un momento en el que no me daban los tiempos, dormía poco y ya estaba dibujando en cualquier segundo libre que tenía y no libre también. Ahí fue cuando decidí publicar menos veces por semana y empezar a emprolijar el laburo para no volverme loca y lograr mejores cosas. Después publicaba lunes y viernes y finalmente le pregunté a los lectores qué día preferían y dejé de lunes a jueves para subir algunos chistes y auspicios, y los viernes sagrados (inmaculados como digo) para la historieta. Así fue como todo se fue transformando en lo que es hoy Cami Camila.
Humor compartido
–¿La idea de publicar tus tiras en Facebook fue así desde el comienzo? ¿O al principio consideraste publicarlas en un sitio web o alguna revista?
–Elegí Facebook porque me gustaba la idea de tener una fanpage como escritora. A diferencia de un sitio, es una red y me gusta la interacción que generás con los lectores, que es más cercana que un blog. Lo cierto es que si hoy una revista o diario me ofrecieran laburo para escribir una tira que me genere un ingreso mensual, lo que haría sin dudar sería eliminar a los auspiciantes de la fanpage o reducirlos al máximo, aceptando sólo cosas que realmente me diviertan y subir exclusivamente contenido. Ni bien pueda generar ingresos por otros lados lo voy hacer.
–Una de las cosas curiosas de tu trabajo son los comentarios que genera, una conexión muy grande con tus lectores. ¿Sos de leerlos, te divierten?
–Me encanta. Leo todo lo que puedo y contesto todas las veces que puedo. Siempre que tengo oportunidad de decirlo lo digo, los lectores de esta fanpage son en un 99 % re contra buena onda y con una energía increíble. Se ponen contentos de que me vaya bien y trato de tener una relación lo más cercana posible con ellos y de no defraudarlos porque sé que les debo mucho. A veces es buenísimo cuando uno me tira medio mala onda y al toque un par le saltan a la yugular con los comentarios, lloro de risa. Además, los mensajes que me mandan y los comentarios valen la pena todo el laburo, más de una vez se me ha piantado un lagrimón, gente que te dice “me pasó esto, me pasó lo otro, estuve deprimido y vos me sacaste una sonrisa”, o te cuentan historias de cosas que les pasaron, o te dicen “tenés que escribir sobre tal cosa”, o “estaba en el bondi y me acordé de tal historieta y me reía sola”, todo eso es impagable y hacen que todo valga todavía más la pena.
–¿Tenés referentes dentro del humor gráfico?
–Siempre lo nombro a él: me encanta el humor de Roberto Fontanarrosa, sus cuentos más que sus historietas. Me hubiese gustado muchísimo conocerlo. De historietistas no puedo dejar de nombrar a Quino, a Caloi y a Maitena.
–Supongo que tu gran inspiración para las tiras son las charlas con amigas. ¿Es así? ¿Qué otras cosas te dan material para dibujar?
–¡Ni hablar! En mi grupo de amigas somos 14 (sí, 14), y como todo grupo numeroso, hay todo tipo de personalidades e historias. Sin dudas ellas son una gran fuente de inspiración, además de que me bancan en todo y son como hermanas para mí. Después de todo mi entorno, mi novio, mi familia, mis vecinos, lo que me rodea. Una vez una amiga me dijo: “Sos la más colgada del mundo, pero cuando escribís sos muy observadora en los detalles”. Y yo tal vez pase caminando por arriba de algo y no me dé cuenta, te lo juro, pero a la hora de escribir sé bien que los detalles son todo. En el humor a veces una palabra, un gesto o una coma te pueden sumar o restar mucho, y observar a la gente te puede dar todo ese back up de detalles, como si fuera una especie de banco de detalles que se te acumulan en la cabeza. Después te vienen solos a la hora de escribir un diálogo o una situación de un personaje.
Cami Camila habla del éxito de sus viñetas en Facebook. Reconoce su admiración por Maitena y Fontanarrosa y trata de mantener el contacto con sus seguidores.