Música y una tienda de libros acamparán desde este mediodía en el jardín del Museo Evita (Hipólito Yrigoyen 511) para la presentación de la Galería a Cielo Abierto. Se trata de una idea que el Centro de Estudios Fotográficos (CEF) toma de experiencias realizadas en otras ciudades. Una propuesta móvil que, dice Aníbal Mangoni, director del CEF, puede llevar las imágenes de artistas de Córdoba a otros lugares. Sobre todo, “es un anzuelo para la gente que pasa”, remarca. El principal objetivo es sacar las fotografías de su contexto habitual y hacerlas más accesibles y participativas.
Los paseantes casuales pueden ver desde ayer la serie Otsuchi, memorias del futuro, de Alejandro Chaskielberg (Buenos Aires, 1977). El ensayo fotográfico, desplegado en paneles de dos metros de largo por uno de alto, montados sobre la reja perimetral del Palacio Ferreyra, se originó en la catástrofe sufrida por la pequeña ciudad pesquera de Otsuchi, una de las más destruidas por el tsunami que azotó Japón el 11 de marzo de 2011.
De Chaskielberg se había visto en Córdoba su serie La creciente, que participó de la primera Bienal de Fotografía que organizó el CEF en 2009, en el Museo Caraffa. Con La creciente el artista tuvo mucha repercusión en el país y el exterior. El destacado fotógrafo inglés Martín Parr le editó una publicación incluso, con el cual recorrió el mundo.
“Su trabajo está en la frontera entre lo documental y la ficción”, señala Mangoni frente a las reproducciones de alta calidad que estarán en la intemperie por dos meses.
En esos viajes de llevar La creciente por el mundo, Alejandro llegó a Japón. Es la primera vez que las imágenes de Otsuchi, memorias del futuro se ven en el país, destaca Aníbal Mangoni con orgullo. Luego viajarán a Japón.
Pasadas por agua
Si algo reverbera en Córdoba este ensayo fotográfico, es por la reciente experiencia de inundaciones en las sierras.
En Otsuchi, olas de 18 metros de altura destruyeron gran parte del lugar: alrededor del 10 por ciento de la población de 20 mil habitantes murió o desapareció.
Otsuchi, memorias del futuro exhibe por un lado retratos de sobrevivientes que posan en el exacto lugar donde se encontraban sus casas o lugares de trabajo. Y también, fotografías realizadas a partir de otras, cientos de imágenes destruidas por el tsunami, que en algunos casos se encuentran desdibujadas, pero mantienen sus colores intensos.
Algunos colores se mezclaron y otros aparecieron debido a la corrosión del agua del mar. Chaskielberg lo recupera para crear sus propias paletas de colores, con las que interviene los retratos en blanco y negro de los sobrevivientes, explica Mangoni.
Hay fuera de foco, trabajo con fotografía analógica, exposiciones de larga duración, y un trabajo especial con la luz: “Así su trabajo empieza a tener otras capas”, afirma Mangoni.
En el contexto de la tragedia, la obra de Chaskielberg relaciona las fotografías familiares y la memoria. Más allá del daño material que deja el tsunami, los sobrevivientes se enfrentaron “a la pérdida intangible de su propia memoria e identidad, en las que las fotografías familiares cumplen un rol fundamental”.
El artista buscó entre los restos, con imágenes de distintos registros como Polaroids, fotos encontradas de familias que quizá hayan muerto: en Otsuchi hay un lugar donde se juntan las imágenes que están sueltas, cuenta Mangoni.
Desde Japón a la calle de Córdoba viajan estas misteriosas fotos. “Nacemos viendo imágenes, e incorporamos criterios que se continúan alimentando; salir a la calle va en ese sentido, estamos en un momento de transformación de accesibilidad de imágenes”, cierra Mangoni.
Perfil. Alejandro Chaskielberg (Buenos Aires, 1977) egresó del Instituto Nacional de Cinematografía. Recibió la beca Emerging Photographer Grant otorgada por fundación Magnun. Y el premio “Líris D’Or-Sony World Photographer of the Year” otorgado por la World Photography Organization. Además, obtuvo el premio All Roads National Geographic Society of America. También recibió el premio Poyi Pictures Of the Year al mejor retrato latinoamericano.
La Galería a Cielo Abierto hace su parada en el Museo Evita con fotografías de Alejandro Chaskielberg. Todo lo que tenés que saber, en esta nota.