La pintura es un escenario cotidiano para Ariel Martínez Archina. La vida misma le provee temas espontáneamente: “Me motiva sobremanera cuando dibujo o pinto algo no pensar de antemano. No armo ni busco, es algo que se da en un instante irrepetible”, revela. Su idea es “llevar lo más simple y común al plano pictórico y tratar de hacerlo bello”.
Para ver: La muestra de pinturas de Ariel Martínez Archina se puede visitar en Cerrito Galería de Arte (San Luis 145, local C). De lunes a viernes de 10 a 14 y de 16.30 a 20.
La galería Cerrito (San Luis 145) exhibe por estos días una muestra basada en las series “En el cumple de Maxi” y “Galería Norte”. Aunque se trate de temáticas bien diferentes, ambas revelan, dice Archina, “un cambio en la forma y el modo del proceso de mi pintura”.
“En el cumple de Maxi” el artista pone en escena “lo cotidiano, la simpleza de un cumpleaños familiar, de los amigos, de la fiesta, el baile, de cualquier barrio de Córdoba”, cuenta. Sus retratos provienen de fotografías que “se dan en un segundo, sin pensar que las voy a pintar”. Como no busca la pose, dispara la toma de una escena con sus “modelos” inmersos en su asunto (“bailando, riendo, compartiendo un vino, divirtiéndose”, detalla), y el resultado es que esa imagen queda fuera de foco, movida, “como si los actores fueran fantasmas”.
“Esta impresión es la que busco luego en la pintura terminada”, afirma.
En “Galería Norte” realiza el mismo procedimiento, buscando captar la “psicología de un lugar oscuro, raro, donde hay de todo para comprar, un lugar donde el argentinismo está al palo. Llevar esto a un plano pictórico y hacerlo bello, fue mi intención”.
Hace 20 años que Martínez Archina está en el mundo del arte. “Soy un pintor y dibujante realista”, declara el artista, quien trabajó con galerías de Córdoba y Buenos Aires desde muy joven, realizando naturalezas muertas, figura humana y retratos clásicos: lo que se espera de un artista con técnica, reflexiona sobre los motivos que agotaron su pincel.
Pasó el tiempo y Archina buscó otro camino. “Empecé a pintar cosas simples que veo de esta Córdoba y su folklore”, relata. Y descubrió que “pintar la sencillez del paisaje de un barrio o una escena de un cumpleaños familiar, puede ser igual o más bello que esas naturalezas muertas o figuras clásicas que pintaba antes”.
Está satisfecho con su nuevo modo “y la crítica lo aceptó muy bien”: su pintura Después del asadito ingresó al Salón Nacional de Artes Visuales Osde en 2005; Sueño o el Baco quedó seleccionada en el Salón Nacional de Artes Visuales del Banco Provincia de Buenos Aires en 2006; y Después del asaditoen Unquillo en el Salón Nacional de Artes Visuales en 2009.
Dos veces fue distinguido con el segundo galardón (adquisición) en los Premios de Pintura Bancor: en 2010, en la tercera edición del concurso, por su obra Fondo blanco. No, fondo azul; y en 2012, en la quinta edición, por su obra Camino al Morra. El año pasado, su pintura Me voy ingresó en la selección del Salón y Premio Ciudad de Córdoba.
Tenía “una visión muy conservadora” de su obra. Antes, “la forma de la composición que iba a resolver era lo esencial para mí, y ahora no, el color y el movimiento (que hace que pierda la forma), es lo que me preocupa y apasiona. Del realismo neto que hacía, ahora hay obras que son casi abstractas”.
Archina llevó su obra a “una imagen en movimiento, sugiriendo la acción de los personajes, que a su vez viven una historia, común, simple, familiar, fiestera y cordobesa”, opina Rafael Cerrito, y condensa en pocas palabras su pintura: “Ritmo, tensión y emoción se conjugan con el color, para darnos una obra dinámica, sugestiva y comprometida con las bases sociales y culturales de una Córdoba única, muy sentida y conocida por Ariel”.
Ciertamente, los nuevos motivos de sus cuadros están arraigados en un entorno y una cultura que guardan relación con su forma de pintar. Pero hay algo más, un dejo de ironía, dice cuando da movimiento a los personajes que pinta: “Los lugares y personas que aparecen en mi obra se esconden en el fuera de foco, hacen que el espectador dude de lo que ve, no se muestran del todo. Un poco como somos todos”.
La galería Cerrito muestra pinturas de Ariel Martínez Archina, quien tiene predilección por los escenarios sencillos.