El espíritu aventurero de Steve McCurry puede explicarse en la historia detrás de una de sus fotografías más icónicas, conocida mundialmente como “La niña afgana”, una imagen muy bella y muy poderosa que podrá verse en “Culturas”, la muestra que inaugura el sábado en 220 Cultura Contemporánea. En los años de la invasión soviética a Afganistán (de 1979 a 1989), el fotógrafo estuvo en la zona en varias ocasiones para tomar imágenes documentales. Lógicamente, era muy difícil salir de allí y que no le confiscaran el material, de manera que McCurry se disfrazaba de muyahidín y cruzaba la frontera entre Afganistán y Pakistán con los rollos de fotos cosidos en la ropa. Posteriormente se los enviaba a su hermana y ella ofrecía las imágenes a diferentes publicaciones.
En uno de esos viajes, mientras retrataba una zona pakistaní donde se encontraban refugiados afganos que lograban cruzar la frontera luego de un viaje complicadísimo, McCurry encontró a esa niña de ojos verdes, y pidió permiso a los padres para tomarle una foto. La imagen llegaría a la portada de National Geographic en su edición de junio de 1985 y se convirtió en un símbolo de la humanidad, un rostro que resumía un estado de las cosas con una extraña belleza.
“Es una imagen tan poderosa que todos los días, tanto la revista como McCurry, recibían correos de gente que quería hacer algo por esta niña, salvarla del desastre de alguna manera”, cuenta Virginia Fabri, curadora de la muestra que llega a nuestra ciudad. “Pero nadie tenía los datos, nadie sabía su nombre ni qué había sido de la vida de esa niña. Entonces National Geographic emprendió una búsqueda que duró muchos años. En la muestra va a poder verse una película que cuenta esa búsqueda. Y estuvieron mucho tiempo hasta que, gracias a la intervención de un periodista pakistaní, dieron con el hermano de esa niña. Tenía sus mismos ojos”.
La historia se completa en 2002, cuando McCurry pudo reencontrarse con la niña, ya transformada en una mujer de 30 años. Luego de gestiones que incluyeron un estudio del FBI para determinar si efectivamente era la misma persona, el fotógrafo la retrató nuevamente, para así cerrar el círculo. “Apenas la vio sintió el golpe de esa mirada y no tuvo dudas de que se trataba de ella. La mujer también lo recordaba bien, porque era la primera vez que la fotografiaban. En el segundo retrato se la ve un poco deteriorada, por el sufrimiento que padeció. A partir de esa búsqueda, se armó una fundación para proteger a mujeres en esta situación”, completa Fabri, quien también es directora del departamento de Fotografía del Centro Cultural Borges.
Aunque tiene una presencia central en la muestra, “La niña afgana” es apenas una de las más de 100 fotografías que pueden contemplarse en “Culturas”, co-organizada por la Fundación Melian y que cuenta con el auspicio de La Voz del Interior. Quiso el destino que llegara a Córdoba a 30 años de publicado el retrato a Sharbat Gula, tal el nombre de la joven afgana que conmovió a todo el planeta.
Registro histórico
Fabri cuenta que la selección de imágenes para la muestra fue hecha en conjunto con McCurry, ardua tarea, ya que el archivo del fotógrafo “se amplía constantemente”. Según las palabras de la curadora, esta muestra tiene como objetivo retratar la diversidad cultural de los países a los que viaja el autor estadounidense, quien actualmente se encuentra en Nepal.
“Steve viaja a lugar con culturas muy distintas a las nuestras. Allí retrata sus religiones, sus costumbres. Es un registro histórico de los pueblos, porque en muchos casos se trata de rituales que con el tiempo desaparecieron. Por ejemplo, en esta muestra hay una imagen de los pescadores de Sri Lanka haciendo equilibrio arriba de zancos. Es una documentación única, porque si regresara seguramente no volvería a encontrar eso”, explica Fabri.
“Estas imágenes también hablan del cuidado del planeta”, agrega. “Hay distintos factores que inciden para que las culturas cambien de forma. Las muy primitivas desaparecen porque son aplastadas por la civilización moderna. Hay zonas sometidas a la guerra, de modo que el hombre destruye la obra divina, por decirlo de alguna forma. Y en otros casos hay desastres naturales, como los terremotos de Nepal”.
También hay fotografías que muestran culturas en crisis. Un caso paradigmático es una tomada del atentado a las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001. McCurry se encontraba en Nueva York en una convención de fotógrafos, así que apenas conocida la noticia, todos fueron a documentar a su manera uno de los acontecimientos más profundos y determinantes de la historia reciente.
“Culturas” hace hincapié en dos aspectos fundamentales dentro de la obra de McCurry. “Por un lado, es un maestro del retrato. Por eso hay imágenes de niños y adultos que son fabulosas. Y otra de sus marcas registradas es el trabajo con el color, la forma en que las imágenes contrastan con luces y sombras, se ven colores fuertes y absolutamente nítidos. También es un gran maestro del color”, detalla Fabri.
Encontrar la belleza
Al igual que la mayoría de sus colegas contemporáneos, McCurry trabajó mucho tiempo con películas fotográficas, pero ya hace varios años que lo hace en forma digital, sin revelado posterior. “Para ellos es un cambio fuerte, pero ningún fotorreportero se queja de ese cambio”, explica la curadora. “De hecho, Kodak tenía el famoso rollo Ektachrome y, antes de discontinuarlo, le dieron el último rollo a McCurry, en el año 2006, como un acto simbólico. Ahora él usa el formato digital, al igual que las impresiones. Ya no son de laboratorio”.
Frente a la intensa belleza que proponen las fotografías de “Culturas”, cabe preguntarse hasta qué punto es un registro documental y en qué medida hay una mirada demasiado esteticista de realidades hostiles, de problemáticas muy graves en el mundo. Son paisajes y personajes que en la lente de McCurry se transforman en una experiencia hermosa.
“En el fotoperiodismo hay un debate muy fuerte acerca de hasta dónde se puede estetizar las guerras o el sufrimiento”, opina Fabri. “Pongo también el ejemplo de Sebastião Salgado, que ha sido muy criticado por su estetización. Yo tengo una teoría propia: justamente esa fuerza visual es la que hace que la gente la vea y tome una conciencia que de otra manera quedaría desapercibidas”.
“Por otra parte, he visto en acción a McCurry cuando estuvo en Argentina y te puedo asegurar que no lo piensa, tiene una estética incorporada, y tiende naturalmente a encontrar esas imágenes de belleza dentro de esos contextos”, añade luego. “Él está observando todo el tiempo, no importa el lugar y las circunstancias. Es como un cazador que encuentra imágenes”.
Para ver. “Culturas” inaugura el sábado 6 de junio en 220 Cultura Contemporánea (Costanera y Mendoza). La entrada cuesta $ 35 los martes, miércoles y jueves. Los viernes, sábados y domingos costará $ 40. Los jueves hay 2x1 para socios de Club La Voz.
Inaugura la muestra “Culturas”, que reúne más de 100 fotografías del reconocido fotorreportero estadounidense Steve McCurry. Su curadora, Virginia Fabri, reflexiona sobre el oficio de un documentalista único en su clase. En 220 Cultura Contemporánea, desde este sábado.