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Adriana Lestido: Acá está lo que soy

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Las tres primeras salas, es decir, todo el edificio antiguo del museo Caraffa (Poeta Lugones 411), cobijan la mirada profunda de Adriana Lestido que condensa casi cuatro décadas de sus ensayos fotográficos en blanco y negro. “Lo Que Se Ve” se inaugura este jueves a las 20. La gran artista argentina trajo a Córdoba una relectura de su vida a través de las imágenes. Y habló con VOS.

Adriana Lestido es una figura trascendental en el campo de la fotografía argentina. Sus trabajos, que contienen una fuerte carga documental, han retratado realidades dramáticas como la prisión, en la serie Mujeres presas, los vínculos entre las personas y los conflictos sentimentales. Su obra integra colecciones de la Argentina, Estados Unidos, Venezuela, Francia, España, Alemania y Suecia. 

–Esta retrospectiva ya se exhibió en el Museo Nacional de Bellas Artes...

–Se exhibió también en la Sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta, después fue a Photoespaña, al museo Castagnino, a Sudáfrica el año pasado, durante la sema de intercambio cultural como parte del envío argentino. Las fotos son las mismas, sí, pero cada lugar es distinto, cada lugar tiene su espíritu. Es difícil, es complejo y a su vez muy lindo ver todo el proceso de adaptación de las fotos en los distintos espacios, cómo eso toma un carácter diferente. Es el desafío de montar cualquier muestra.

Quiero estar abierta y sensible a lo que llegue. Con las expectativas uno pone la energía en el futuro a partir de lo que ya conoce, y yo trato de estar en el presente, que tanto cuesta. 

–¿Alguna vez exhibiste en Córdoba?

–Nunca. Hace cerca de 40 años que estoy haciendo fotos, más de 35, y nunca llegaron a Córdoba, sí a otras provincias.

Una retrospectiva no será lo mismo que ver una muestra, dice Adriana: “Acá está lo que soy”, declara.

–¿Qué sucede con “Lo Que Se Ve”, con todas las series juntas? ¿hay algo más allá de cada una en particular?

–La idea fue resignificar mi trabajo, contar una sola historia con todas las historias. No fue sólo la idea de seleccionar lo que pueda considerar lo mejor que hice, sino resignificarlo: el sentido de la retrospectiva fue entender más profundamente qué estuve haciendo durante casi 40 años. Están las fotos de Hospital Infanto Juvenil, Madres e Hijas, Mujeres presas, El amor, pero qué, ¿qué es lo que une a todo? Hice una nueva edición de cada serie, y las fotos sueltas y los textos que incluí hacen de hilo. Las citas son como una imagen más, son de autores para mí significativos, que amo, textos que me fueron acompañando todos estos años de distintas maneras. Hay un poema de Pedro Salinas, mi poema de cabecera, de mucho antes que empezara a hacer fotos. Hay textos de Sara Gallardo, de John Berger, de Clarice Lispector, de Carver, Pizarnik, Jung... Funcionan como nexos entre las distintas series, no los elegí simplemente porque me gustan, son como un engranaje más de todo este mecanismo que es la retrospectiva. Las fotos también tienen que funcionar así: la selección no pasa por las fotos que pueda considerar mejores, sino por las que mueven algo en ese engranaje, si no es así, mejor que no estén, ése fue el criterio. Las citas también, que se fundan con el todo.

–“Lo Que Se Ve” es una reflexión sobre la imagen?

–El título está tomado de una novela de Sara Gallardo, Eisejuaz; no tiene que ver con lo que yo vi, no importa lo que yo vi, sino, de alguna forma, lo que se ve a través.

–Cada serie debió haber tenido una experiencia profunda, una historia detrás.

–Es como un viaje en espiral, de alguna forma. Cuando uno termina un trabajo y lo muestra es una toma de distancia, largarlo al mundo a que haga su vida, y a su vez, volver a resignificarlo es otra toma de distancia, son distintas tomas de distancia, hasta que logro desprenderme totalmente de ellos..

–¿También los libros que editaste de tus fotos te permiten eso?

–Nunca se acaba. Los libros tienen implicancias insospechadas, que por ahí no tienen que ver con la fotografía y que se producen porque se ponen en movimiento y todo se mueve, y por ahí vienen cosas que uno no se imagina.

Como dice Rilke, una obra es buena cuando surge de la necesidad, no hay otro criterio, cuando es una necesidad vital, la única forma de vida del yo creativo. Es lo que divide aguas.

–¿Qué serie es la que más amás de la retrospectiva?

–No sé, son distintas, debe ser como preguntarle a una madre qué hijo quiere más. La que siento más entrañable es la primera, Hospital Infanto Juvenil. La hice entre 1986 y 1988, en esa época no sabía lo que era hacer un ensayo fotográfico, simplemente sentí la necesidad de mirar ahí. Trabajaba en periodismo cuando la hice (lo dejé definitivamente en 1995, pero en ese momento, estaba a full trabajando en prensa). No quería que fuese un reportaje a vuelo de pájaro, necesitaba poder mirar sin ningún condicionamiento y todo el tiempo que fuera necesario, poder profundizar. Estuve yendo un año. Cuando armé la retrospectiva, lo edité de nuevo. A las series más viejas las edité de nuevo, ahora están distintas a como las mostré la primera vez. Son todas tomas directas, en copias en gelatina de plata. Con estas fotos de Hospital..., mientras hacía las copias me impresionó después de tantos años acordarme del nombre de todos los chicos. Quizá hoy me sienta más identificada con la serie del amor, tiene que ver con lo que estoy fotografiando ahora, muchos paisajes. Por ahí, Mujeres presas es mi serie más dura, fue el primer trabajo maduro, el que me permitió dar un salto importante, expresivamente me refiero, y a su vez, siento que Madres e hijas es la serie más intensa, más compleja, en la que más tiempo trabajé. Estuve tres años haciéndolo, totalmente dedicada. Así como siento que el vínculo madre-hija es el vinculo humano más complejo, también para mí lo mas complejo fue hacer esta serie. Es la serie que más cosas internas iluminó, que más comprensión me permitió, con esa serie me abrí de la mirada de reportaje, de periodista.

–Algo interno hubo ahí.

–Tiene que ver con la necesidad. Lo único que valida la creación es la necesidad. Como dice Rilke, una obra es buena cuando surge de la necesidad, no hay otro criterio, cuando es una necesidad vital, la única forma de vida del yo creativo. Es lo que divide aguas. Lo que le da vida a una obra, lo que permite que una expresión, la que sea, tenga vida propia y pueda seguir creciendo a lo largo del tiempo.

–¿La serie “El amor” es la más reciente?

–Es la que más tiene que ver con lo que estoy haciendo ahora, surgió sin intención, más bien de forma inconsciente. En todas las demás fue proponerme trabajar sobre algo. 

–Proponerse algo sería un punto de partida...

–Hay un proceso de transformación, que surge a partir de lo que uno se propone hacer y lo que viene, si uno está lo suficientemente receptivo y le da espacio. La imagen tiene que ser eso, para que mueva algo, para que sea vital. Cuando terminé Madres e hijas me propuse primero fotografiar vínculos de pareja, luego pensé en fotografiar a mi pareja, pero no terminaba de cuajar la idea. Después me di cuenta que eso que estaba queriendo hacer ya lo estaba haciendo pero sin darme cuenta, que las fotos que hacía en viajes con mi pareja eran algo más que fotos de viaje. Empecé a editar esas fotos y así surgió la serie del amor. Después me separé, hice un viaje largo sola, hice fotos, y luego me di cuenta que eran parte de lo mismo, eran parte del amor. 

–¿Qué expectativa tenés con en la escala en Córdoba de la muestra? 

–Por principio, en la vida y en todo, no espero nada, justamente para no condicionar lo que venga. Si uno espera, limita lo que pueda venir. Quiero estar abierta y sensible a lo que llegue. Con las expectativas uno pone la energía en el futuro a partir de lo que ya conoce, y yo trato de estar en el presente, que tanto cuesta. 

–Por ahí anda Juan Travnik con el montaje, buscando algo que “pulse”...

–Sí, es como que están las piezas sueltas y hay que volver a darle vida, por ahí lo que funcionó en otra sala aquí no funciona. Hay que lograr la comunión entre las fotos y el espacio para que pueda desplegarse el espíritu de la muestra. 

Para ver. “Lo Que Se Ve”, retrospectiva de Adriana Lestido, abre al público mañana a las 19.30 en el museo Caraffa ((Poeta Lugones 411). Mañana a las 19.30, en el museo Caraffa (Poeta Lugones 411), además de la exposición de fotografías de Adriana Lestido abrirán también las muestras “Todo es otra cosa”, de José Benito; “Pintura y Collage”, de Luis Altieri, y “Ayer en el museo” (foto), de María Luque. . Hasta el jueves 16 de julio 

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Lo Que Se Ve, una retrospectiva de casi 40 años de trabajo que Adriana Lestido presentó en el país y el exterior, llega por fin a Córdoba. VOS dialogó con la artista durante el montaje de la muestra, que abre este jueves en el Museo Caraffa.

Con Solapa Multimedial: 
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Fecha y Hora: 
Tuesday, 12 May, 2015 - 18:30
Elegido del editor: 
Versión reducida: 
Nota Atemporal (evergreen): 

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