La música de Astor Piazzolla, que sonó para homenajear a Miguel Ocampo en su espacio, abrió muy temprano la Noche de Arte en La Cumbre en la tarde del sábado. Es la primera vez que la Sala Ocampo participa de este encuentro que va por su edicion numero 12, y que comenzó emulando las gallery nigths portenas.
Miguel se conmueve ante cada persona que mira sus cuadros. Mucha gente entró a partir de las 19 al luminoso lugar enmarcado en una suerte de jardín oriental.
Mientras, en el pasaje Tassano, en pleno centro, los artistas del Colectivo de Arte tomaron la nueva peatonal y la transformaron en un increíble paseo escultórico y con pintura en vivo de una cuadra, al aire libre: Matías Mischung, Fernando Logo, Lucas Allende, Roxie Hanon, Alejandra Morat, entre otros, son los autores que quieren instalarse aquí para seguir exhibiendo en contacto directo con el publico en próximas fechas.
En la zona más céntrica, la gente empieza a seguir cada una a su modo un recorrido que en cada espacio implica la posibilidad de abrir la percepción a distintos modos que tiene de mnifestarse la pintura, la escultura y el diseño fundiéndose en cada pieza. Como lo hace Emma Gargiulo, de Cerámica + Arte, quien está feliz mostrando al público sus nuevas creaciones. Chicha Osorio la saluda y mucha gente de pronto copa el lugar.
La misma escena se va repitiendo en otras parte del paseo, como en la Compañía de Arte, el lugar de Leo Menna, repleto de formas y colores siempre atrapantes. Júpiter, la galería de Ana Gilligan y Martin Kovensky, es ahora un taller abierto.
Martín trabaja frente al publico que desde las 20 ya circula por calle Belgrano, una procesión de fieles que vienen bajando por calle Belgrano, mientras la tarde cae y aparece una luna redonda, llena.
Otros espacios se han sumado a esta maratón de arte, como el hotel Victoria, que por primera vez participa. Gerónimo, la Biblioteca Ruznak, La Urraca y Parador Mananatiales se suman a la Estación de Arte municipal.
Cada espacio celebra no sólo exhibir obras. Es la reunión, el descubrimiento del público paseante, muchas veces un público nuevo, lo que da vida a estas noches de arte que La Cumbre sigue alimentando cada comienzo de enero, con el mismo fervor.
El transcurrir tranquilo y bohemio tiene su momento y es ese espíritu el que la Noche de Arte ha sabido captar y conservar. El verano es tiempo propicio, seguramente las Pascuas vuelvan a convocar en La Cumbre.
La Noche de Arte de La Cumbre llegó a su edición número 12. El público se sumó a esta forma distinta de disfrutar el arte.