Pensado para el gran público y los coleccionistas por igual, el Mercado de arte Eggo 2014 puede resultar laberíntico y desconcertante tanto para el no iniciado como así también para el que ya conoce el mundo del arte pero nunca compró un objeto artístico. Los lenguajes, los artistas y los precios varían de manera abismal en la feria de galerías que se realiza hasta mañana en el Cabildo y Plaza San Martín, y el tiempo para recorrer los stands suele ser escaso.
José Lorenzo, uno de los coleccionistas de arte más reconocidos de Córdoba, brinda su experimentado criterio a la hora de comprar una obra: un punto de vista a partir de un ojo súper entrenado, pero con el objetivo de que pueda ser aplicado por un ciudadano corriente.
“Lo primero que debe hacer quien llegue a la feria es recorrerla toda –recomienda Lorenzo–. Ver las carpas, la Zona Bonino. Ahí vas a encontrar todo tipo de obras, desde las más clásicas a las más contemporáneas, desde paisajes hasta pintura abstracta, desde dibujos hasta esculturas, objetos, instalaciones. Una vez hecho eso, tendrías que ver con qué tipo de obra te sentís más representado, más contento y cómodo, pensando si vas a poder convivir con esa obra en caso de comprarla”.
Ese primer gesto divide radicalmente al comprador que busca adquirir un trabajo con fines decorativos y subjetivos del que lo compra para guardarlo con la intención de exhibirlo o no en algún futuro. En el primer caso, sentirse identificado con la obra se vuelve condición fundamental.
“Una vez que definís qué querés, empieza el tema del precio, cuánto querés invertir, cuánto creés que la obra vale, y ahí vienen las comparaciones y un pequeñísimo estudio de mercado: si por este artista te piden 10, por ese 15 y por aquél 12, hay que ver los tres artistas y reflexionar sobre cuál puede tener el precio indicado y cuál no. Eso lo podés averiguar preguntando en la galería la formación del artista, dónde expuso, quiénes tienen su obra, cómo es su carrera, cuántos años tiene”, explica Lorenzo.
Y añade: “Aunque no pienses el arte como inversión, es bueno saber que no tiraste el dinero, porque probablemente has hecho un gran esfuerzo para comprar esa obra y te interese que de acá a ocho meses sea valiosa y no que ese artista se dedique después a pintar paredes y te quedes con el nombre de alguien que nadie conoce. Es importante saber más sobre el tema”.
A la vez, el precio tiene que estar dentro de las posibilidades del comprador, y eso se vuelve un condicionamiento inevitable, pero de ningún modo descorazonador.
Lorenzo da ejemplos concretos: “En el stand de la galería Vía Margutta hay artistas como Mateo Argüello Pitt, que tienen una trayectoria internacional, o Luciana Bertoloni que, si bien es una artista con una carrera más local, ha tenido muchísima visibilidad con su Evita en el Palacio Ferreyra. Por eso tienen un precio determinado, aunque es más barato de lo que uno imagina”.
“Después está Zona Bonino –señala Lorenzo–, donde hay obras desde 500 pesos hasta los 10 mil. Entre las de 500 hay unas cerámicas de Lucas Di Pascuale o unas tarjetas bordadas de Elisa Canello que están fantásticas. Cuando comprás obras a ese precio, el riesgo que corrés es mínimo.”
Caja de sorpresas
Más allá de precios, firmas y galerías, José Luis Lorenzo reconoce que lo determinante es la conexión personal con la obra, y para que eso suceda lo mejor es recorrer la feria sin prejuicios.
“Hay que dejarse sorprender. No hay necesidad de buscar un retrato o un paisaje, lo bueno de la feria es que tenés 50 propuestas que te deslumbran. Documenta, Galería H, Pequeño Aeropuerto, Espacio Rojo, Bitácora de Vuelo, I Love Asado, El Gran Vidrio, hay millones de posibilidades, de artistas, muchos de ellos jóvenes, hay que ir con la mente abierta y ser receptivo”, dice el coleccionista.
Y desmitifica la importancia del cálculo monetario: “Con una obra de menos de 5 mil pesos no tiene sentido especular. Pensar con un sentido económico todo el tiempo le da un extra a la compra que no es el recomendado. Hay que soltarse, disfrutar, pensar que tenés algo que hizo alguien sin saber quién iba a ser el dueño y ese alguien sos vos, que estás apostando a que ese artista crezca, a que haga mejores cosas. Hay que apoyar, intentar comprar algo chico aunque sea”.
En resumen
Para tener en cuenta a la hora de comprar.
- Recorrer. Para hacerse una idea de las múltiples posibilidades que conviven en la feria, hay que caminarla toda y visitar los stands con paciencia.
- Dejarse sorprender. El ánimo ideal es visitar la feria sin prejuicios ni condicionantes, buscando la conexión sorpresiva con la obra y no que la obra coincida con una idea previa.
- Afinidad. En el caso de quien busca una obra con la que convivirá diariamente, el gusto subjetivo es lo más importante, más allá del precio o el grado de consagración del artista.
- Precio. El presupuesto determina la compra. El riesgo de comprar mal (lo que implica invertir en una obra “inflada”) está en aquellos trabajos que superan los 5 mil pesos. En los que valen menos de esa cifra, la compra siempre está justificada.
- Consultar. Siempre es mejor informarse con el galerista acerca del artista de quien se piensa adquirir obra.
Diálogo
Art Boomerang invita a su “Vernissage”, un diálogo sobre coleccionismo junto a José Luis Lorenzo, Gustavo Vidal, Maru Becerra, Marcos Acosta y Hugo Albrieu. Modera: Daniel Fischer. Viernes 15 de agosto a las 11 en el Museo Evita (Hipólito Yrigoyen 511).
El coleccionista José Lorenzo brinda una serie de consejos para que el eventual comprador de arte no se pierda en el Mercado Eggo 2014. Lo más importantes es el gusto, y después el precio.