Un signo más o menos perceptible se propaga a lo largo de las salas mutando de color y materia, en relación a la pregunta "¿Qué belleza escondes?" Tal es el nombre de la intervención que la artista María Finocchietti propone en distintos espacios donde el Museo de Arte Religioso Juan de Tejeda (Independencia 122) exhibe su colección permanente.
"La pregunta denuncia, pronuncia y anuncia" reza la presentación. La artista cordobesa interroga sobre lo que, aún siendo desconocido, puede ser intuido: "Busca la revelación de una verdad secreta. Y cuando ésta finalmente ocurre, se instaura un nuevo orden de las cosas. La respuesta nos muestra algo radicalmente nuevo que, sin embargo, sentimos haberlo esperado desde siempre", se lee en una de las galerías del museo. Con esta premisa comienza un recorrido por las salas que rodean el patio del antiguo espacio, allí donde el cielo es limpio y nada interrumpe la tranquilidad, allí donde el silencio se impone a pasar de que estemos en pleno centro de la ciudad.
Tanto en la noche de apertura como en la pasada Noche de los Museos, el público fue colocando en pequeños papeles (post its) de diferentes colores, sus propias preguntas.
Antigua e invisible belleza
La belleza fue considerada un bien en sí mismo desde las más antiguas tradiciones filosóficas. "La belleza ha sido valorada, buscada, deseada, exigida, manipulada y explotada", sostiene la artista cordobesa. Ya los antiguos filósofos decían que, por el simple hecho de ser y existir, las cosas son bellas, recuerda Finocchietti. Y agrega: "Cuanto más si se trata del ser humano". "Pero mientras existe una tendencia actual a ir en busca de la belleza externa –advierte la artista–, el mundo del marketing y de los medios nos hacen olvidar que existe otro tipo de belleza que no es evidente a la vista, y que es, para utilizar una expresión de El Principito, invisible a los ojos, pero que está y se hace notar".
Entonces, su intervención tiene que ver con esta segunda perspectiva de la belleza, "esa que no andamos mostrando pero que puede percibirse e intuirse y nos hace ser de una determinada manera". Por eso el título de su obra en el Tejeda apunta a descubrir precisamente esa belleza invisible "pero real que nos enriquece como personas", opina Finocchietti.
La estrategia de la artista fue recurrir la pedagogía de la pregunta, porque "toda pregunta es una invitación a un recorrido activo que nos despierta de ciertos letargos, enciende luces, genera debates, abre puertas, plantea dudas, crea un encuentro respetuoso y ayuda a encontrar respuestas que, tal vez, abran a nuevas preguntas".
El arte y lo divino
"Entre la pregunta y la belleza se crea una relación que nos invita a mirarnos a nosotros mismos y a los otros con ojos más profundos", reflexiona la artista sobre su propuesta, que se da en un espacio marcado por el arte religioso cuya vigencia perdura en el tiempo "porque el arte y lo divino son una marca que llevamos desde que el ser humano ha pisado esta tierra".
Finocchietti señala que en la actualidad, el arte religioso no pretende convertir, evangelizar o imponer una determinada cosmovisión religiosa, sino "ayudarnos a elevar la mirada hacia Aquel o aquello que le da sentido a la vida". Y agrega: "En algunos casos se tratará de encontrar sentido en una religión determinada, en otros se tratará de buscar en lo Infinito y Trascendente esas huellas de lo estético que interpretan lo que pensamos y sentimos".
Con su obra, la artista sugiere entrar en una colección respetando un cierto orden y encontrando signos de interrogación en los objetos realizados con distintas técnicas. Desacelerando y observando, el público podrá descubrir entre las piezas, desde bordados hasta dorados a la hoja, pasando por cromados, fundición de aluminios, letreros LED, tallas en madera y ladrillos cocidos.
En esta mixtura, dice María, "la pregunta está presente vinculándola con temas que me preocupan pero que el observador puede interpretarlos de otra manera, con otras referencias y otras experiencias". ¿Qué belleza escondes? es entonces la pregunta que desencadena otras como "¿qué belleza encuentras?"; o "¿puede la belleza transformar el mundo?""¿salvarlo? (como pensaba Fiódor Dostoyevski)".
Por eso, sostiene finalmente la artista, su manera de abordar la colección del museo es "una invitación amplia a acercarnos a las preguntas que motivan nuestras vidas y hacer de la experiencia estética también una experiencia humana".
Para ver
¿Qué belleza escondes?, de María Finocchietti. Museo de Arte Religioso Juan de Tejeda (Independencia 122). La intervención se podrá apreciar hasta el 22 de diciembre. Abierto de 9 a 16. Teléfono: 0351 428-1540. El mapping sobre la fachada del museo se reeditará el viernes 7 de diciembre en la celebración del 50 aniversario de este espacio.
Conversatorio "Artista y público". Viernes 16 de noviembre a las 20. La muestra provoca acciones interactivas. Se puede registrar por el hashtag #qué belleza escondes todo lo que el público quiera compartir está en la web. Quedan invitados grupos, estudiantes, para experimentar acciones creativas bocetos, registros fotograficos. Cada visitante está invitado a intervenir la casa dejando impresas sus preguntas.
La artista interviene la colección que exhibe el Museo de Arte Religioso con una pregunta que conduce a otras: "¿Qué belleza escondes"?