"Mi propósito al pintar paisajes es reunir cielo y tierra en un beso, en un abrazo", escribe Remo Bianchedi en ocasión de su nueva muestra "Ni cielos ni montañas", que inaugura este miércoles a las 19.30 en la galería de arte Marchiaro (Belgrano 609). "Esta muestra es una manera de devolver lo que Córdoba me da", afirma el artista en diálogo con VOS.
"Ni cielos ni montañas" son 220 pequeños óleos que componen cuadrículas (algunas muy singulares, en forma de T), como distintas perspectivas o ventanas que forman una nueva imagen.
-¿Hay un motivo detrás de esta estrategia?
-Nunca nada significa una sola cosa. Las cosas expresan multiplicidad de sentidos. Veo una montaña pero al volverla a ver es otra. Todo lo que ocurre en este mundo tiene siempre más de dos significados. Nunca vemos lo mismo porque el mundo en su incesante manifestar siempre es otro.
La instalación es el modo que el artista elige para cumplir un deseo: "Que las salas logren el clima que se respira en una pequeña capilla". Las referencias visibles son paisajes del norte argentino y las sierras cordobesas, pero él no busca retratar, o que se reconozca un lugar, sino "capturar una imagen donde lo físico y metafísico del entorno devengan en una unión de lo visible y lo invisible".
-Tu proyecto te permite viajar del todo a la parte, de lo inmenso a lo pequeño (aunque cada cuadro pueda considerarse de manera autónoma). ¿En el detalle hay algo esencial?
-Sí, cada pintura es en sí misma una unidad, pero comparte esa unidad con el resto del mundo, de las otras pinturas. El alma de cada pintura es el alma de todas las pinturas.
En un texto que es como un largo poema (Remo ha publicado recientemente dos libros de poesía, Rosa Morandi y En Rimbaud Tilcara), escribe que "el oficio de pintar es una construcción". Su palabra aclara algunas cosas en relación a "su" paisaje: "En la pintura el tema no es exclusivamente lo que miramos sino también la comprensión de la manera en que todos los elementos que conforman una pintura se relacionan entre sí". Porque, señala allí, "el paisaje es físico y metafísico a la vez".
Remo traslada la experiencia del ojo al pensamiento. En el paisaje "miramos cielos, montañas, ríos, arboledas, piedras, pesos y dimensiones. Lo físico deviene evocación de lo invisible. Así cielo y tierra dejan de ser una experiencia separada".
–Con esta serie salís de la Sala Cochinoca, tu espacio. ¿Es también un regreso a esta ciudad?
-Comencé a pintar el paisaje, el de la Quebrada y Puna jujeñas, el de aquí de las sierras que habito y miro sin cesar desde hace 25 años. A medida que pintaba se instalaban (las pinturas) en la Sala Cochinoca, ese ámbito que inventé para mostrar y preservar mi trabajo de los vendavales del mercado y del arte contemporáneo. Pero la vida siempre ofrece oportunidades y me hizo conocer a Víctor Marchiaro y a Agustín Bertona, dos personas que me acompañan en esta aventura, que me respetan y cuidan. Son ellos la excepción que confirma la regla. Decidí entonces dejar en manos de ellos estos trabajos que son mi propia vida. Además Córdoba es el lugar que me brindó asilo y por ello le debo estar presente de la mejor manera que corresponda a ese gesto, el de darme abrigo, un lugar. Esta muestra es una manera de devolver lo que Córdoba me da.
La editora y escritora María Eugenia Romero, esposa del artista, aporta su lectura en el catálogo, para ahondar en la misma idea: "Al no buscar ser miméticos, ni costumbristas, ni gestuales, ni expresionistas, ni conceptuales, ni abstractos, los paisajes actúan un poco de esa manera: son simplemente presencias de una realidad que va más allá de lo allí representado como la piedra, la tierra, el polvo, la transparencia o la luminosidad, como si estos elementos fueran simplemente vehículos de una verdad que permanece inefable (porque no se la puede decir) y que si bien tiene que ver con un estado espiritual y un estar en sí de quien las hizo, ya no son expresiones de un "yo" individual porque no son expresiones de deseos o de emociones particulares. Son mucho más que eso".
Bianchedi hizo un llamativo giro en su imagen en relación a los últimos años, cuando la figura humana, ahora ausente, había sido la protagonista de su obra. Si bien en 1988 había presentado "Bianchedi en Tilcara", y en Jujuy vivió un tiempo en la década de 1960, los rostros y siluetas marcaron gran parte de su producción.
La pregunta obvia es cómo han reaccinado sus seguidores y coleccionistas ante el cambio. Bianchedi: “¿Cómo recibe estas pinturas la gente que me conoce? Felizmente bien, porque creo que aportan al mundo un espacio de paz y de belleza que es necesario, creo, en estos tiempos que nos toca vivir. Matisse decía que él deseaba pintar un cuadro tan cómodo como un sofá. Creo que de alguna manera esta es también mi intención. Como ejemplo de lo anterior, antes de inaugurar se vendió una pared de la muestra (80 pinturas) a una coleccionista de Buenos Aires”.
La muestra. “Ni cielos ni montañas” abre al el miércoles 21 de mayo a las 19.30 en Marchiaro Galería de Arte (Belgrano 609). La muestra de Remo Bianchedi podrá visitarse hasta el 21 de junio, de lunes a viernes de 10 a 13 y de 17.30 a 20.30, y los sábados de 10 a 13. Entrada gratuita.
Remo Bianchedi presenta este miércoles las pinturas de la muestra "Ni cielos ni montañas" en galería Marchiaro. El artista y poeta busca ligar ambos elementos para evocar lo invisible.