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Antonio Seguí: “Mis grandes hinchas son los niños”

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Un hombre se las arregla sin problemas para correr mientras termina de quitarse la ropa. Salvo por los tacos altos que todavía lleva puestos, unos centímetros hacia la izquierda, una mujer completamente desnuda parece huir del señor que se apresura en su dirección. Hay una vaquita que pasta en medio de un cerro bajo donde se ve escrita la palabra “Sierras”. Unos árboles de madera recortada se despegan apenas del plano, colgados con tanzas. 

Bucólico serrano, una obra realizada en 1966, es el inicio del recorrido por la muestra con la que Antonio Seguí vuelve a Córdoba. La exposición que abrirá al público este jueves en Casa Naranja (La Tablada 451) incluye una decena de paisajes de las Sierras cordobesas en distintas técnicas de grabado y acuarela, y un conjunto de pinturas monocromas recientes que se verán por primera vez en la ciudad.

La escena que recibe a los visitantes define perfectamente uno de los componentes del ADN visual y conceptual del consagrado artista cordobés, radicado en París desde la década de 1960: un humor travieso, que huye de la seriedad como si fuera la peste. 

Seguí está convencido de que el humor salva al arte, y hace todo lo posible para tomar distancia de la idea del creador torturado. “El día que yo sufra haciendo un cuadro, no pinto más”, señala sobre su manera de encarar una producción frenética, que a los 85 lo ocupa a diario y lo mantiene en plena actividad.

Muchas de sus obras se presentan como una versión plástica de los chistes incorrectos, como los que se cuentan en los velorios, incluso con ese toque zafado, picante y subido de tono muy típico de las maneras de hacer reír que predominan en Córdoba. 

Una de las obras de la serie de paisajes serranos que se presentan en Casa Naranja rinde honores a esa picardía local. Una muchedumbre de sus paradigmáticos “hombrecitos” protagoniza una escena que tiene como escenario al Puente Negro de Villa Carlos Paz. Es la comedia humana que predomina en buena parte de su trabajo, con un añadido que equivale a un guiño que sólo puede ser descifrado por cordobeses: alguien ha pintado en una piedra “Viva el papo”.

Falsos retratos

La serie de paisajes es un viaje delicioso por el universo de Seguí. El artista nunca quiso desprenderse de este conjunto de obras, realizadas a principios de la década de 1980. Las define como “una serie de falsos retratos de lugares de Córdoba”, y explica: “Son todos inventados, no me serví de ninguna tarjeta postal para hacerlos. El paisaje y los personajes que hay adentro son una invención. Al mismo tiempo es todo fruto del recuerdo, como siempre”.

El Zapato (en las cercanías de Capilla del Monte), Unquillo (donde su mamá tenía una casa), Villa del Lago, Carlos Paz o Los Mogotes son parte del recorrido por una geografía imaginada y anhelada. El lugar al que vuelve siempre.

“Me sigue trayendo el ser cordobés, un sentimiento del que no me he podido separar. Me gustan los olores, me gusta la gente. Me gusta casi todo”, explica. 

Infancias

El leitmotiv de la infancia cruza su obra en todas las direcciones posibles. Trabajada una y otra vez en clave de mitología personal (“Mi mirada se clavó en la infancia” es una de sus frases de cabecera), la niñez ha sido una cantera inagotable de recursos.

No teme reconocer que una de sus fuentes de inspiración era la revista escolar Billiken. Los juguetes de madera que le compraban de chico están en el origen de las piezas recortadas y pintadas (como en Bucólico serrano) que empezó a utilizar en los años ’60 y que reaparecen a escala monumental en las siluetas que conforman la Familia urbana, una parte esencial del paisaje urbano de la ciudad de Córdoba.

Cree que los niños hacen una conexión directa con su obra. “Mi trabajo está un poco dirigido a ellos –revela frente a uno de los cuadros monocromos que presenta en la muestra–. Lo mismo me pasa con mis cuadros acá, en Alemania, en Italia o en Francia. Los grandes hinchas que tengo son niños. Los chicos se dan cuenta de que hay un juego en mi trabajo, y de que ellos pueden participar en ese juego. Lo detectan rápido”. 

Dice que salta de una serie a otra cuando se aburre. Si le preguntan cómo pinta, responde: “Nunca he preparado un cuadro. Yo tengo la tela, le hago un fondo azul o un fondo rojo o amarillo, y empiezo a trabajar. Es raro que deje la tela blanca, siempre necesito que haya algo sucio. Me cuesta cuando está la tela blanca. Si estoy parado empiezo de arriba para abajo, y si estoy sentado empiezo de abajo para arriba. A veces me equivoco y a veces sale mejor. Eso pasa ¿no?”.

Simple. Sin jugar al misterio. La persistente ausencia de solemnidad es un rasgo que lo define: “Hablar en serio no es lo mío, no me jodan. No me lo he tomado en serio cuando tenía 15, mirá si me lo voy a tomar en serio a los 85”.

Para trepar a Los Mogotes

Además de la serie de paisajes serranos y las pinturas realizadas en 2016, la muestra de Antonio Seguí incluirá un atractivo especial: una instalación escenográfica basada en una de sus obras, que permite un recorrido por su interior y la participación del público.

“Elegimos Los Mogotes y usamos recursos que utiliza Antonio Seguí cuando hace obras a gran escala como La Familia Urbana”, explica la artista y curadora Luz Novillo Corvalán, quien trabajó en el diseño de la exposición. “Son siluetas planas, se trata de imágenes de Los Mogotes de casi cinco metros de altura, y algunas figuras a gran escala que se ven en la obra, de aproximadamente 2,80 metros. Trabajamos esa distorsión de la proporción que el artista usa en sus personajes”.

Se trata de una intervención participativa. “Entre las piedras habrá una serie de escaleras y rampas que la gente va a poder subir –explica la curadora–. Si uno mira de frente, va a ver gente recorriendo y trepando por Los Mogotes. Son tres planos. De este modo la obra se torna viva. Esperamos que la gente se tome fotos, que participe. Que se lleve un registro del tipo ‘Yo estuve aquí’, como cuando visitamos un lugar turístico muy característico de las Sierras”.

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Antonio Seguí vuelve a Córdoba con una muestra de paisajes de las Sierras y pinturas recientes que se verán por primera vez en la ciudad. “Bucólico serrano y otras texturas urbanas” abre al público este jueves en Casa Naranja.

Con Solapa Multimedial: 
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Fecha y Hora: 
Tuesday, 12 September, 2017 - 21:30
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Nota Atemporal (evergreen): 
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