La primera reacción es más bien física. Aunque se mueven a baja velocidad, las aspas de un helicóptero encerrado en una habitación sacuden el aire y se combinan con el murmullo del motor para producir sensaciones de intimidación o amenaza entre quienes ingresan al recinto donde se presenta Freelancer.
La obra del argentino Eduardo Basualdo (1977) genera intriga y atrae a miles de espectadores en arteBa. Ya en la cola de entrada a la feria de galerías, que abrió al público este miércoles en La Rural de la ciudad de Buenos Aires, muchos preguntan por “el helicóptero” y una vez adentro van directo a ver de qué se trata.
Freelancer es la propuesta del Espacio Chandon, en el acceso a Barrio Joven, la sección emergente de arteBa auspiciada por la firma cuyas acciones artísticas tienen curaduría a cargo de Fernando Farina. Este año se eligió a uno de los creadores argentinos con mayor proyección. En 2015 Basualdo llegó a la Bienal de Venecia con sus trabajos de fuerte carga conceptual, y tuvo una destacada presencia en Art Basel, una feria consagratoria.
“Traté de armar una obra lo suficientemente contundente como para que sea el espectador quien cree los mensajes”, señala Basualdo. Y añade: “Tiene que ver con una investigación acerca de las leyes del espacio. Está pensada bajo la idea de establecer una ley y su transgresión. La ley es el cubo blanco, que se puede asociar a una galería, a una habitación o a la estructura arquitectónica de una ciudad. Lo que hace el helicóptero es independizarse de esa ley, dejar sin uso ese sistema y señalar otro que no conocemos”.
Durante la charla, la voz de Basualdo se apaga y se vuelve a escuchar según el capricho de un sonido que cruza la feria y, literalmente, hace temblar los oídos. Se trata de la instalación sonora de Juan Sorrentino, el cordobés radicado en Buenos Aires que debuta en arteBa de la mano de la galería Acéfala, a pocos metros de Freelancer.
El trabajo de Sorrentino se denomina Derrumbe y consiste, entre otras cosas, en un muro que vibra y se va destruyendo lentamente al son de un latido de 47 hercios.
Dos enormes parlantes ubicados detrás del muro son el “secreto” de esa pared sonora y autodestructiva. A intervalos de varios minutos, el terremoto sonoro hace caer pedazos de revoque al mismo tiempo que los visitantes sienten las ondas sonoras en el pecho.
Máquina anarquista
“Para mí la instalación es el modelo más ambicioso, por su tamaño y su diálogo con el cuerpo de los espectadores –dice Basualdo como si entablara un diálogo de un solo canal con la obra de Sorrentino–. Siempre pienso la obra como si el espectador fuera uno. En este caso lo que hice fue hacer las aperturas al recinto lo más angostas posibles. Para que se dé el movimiento casi ritual de ingresar de a uno”.
El artista le atribuye al helicóptero las cualidades de la anarquía, la versión mecánica de una libertad que perfora los límites y ensaya salidas individualistas a la realidad o las condiciones imperantes. “Alude a la idea de crear tu propia máquina para salir de donde estás –explica–, que bien puede ser el patio de tu casa”.
“De hecho, el espacio interno de Freelancer, con una ventana de luz, tiene un piso como el que había en una casa donde yo vivía y trabajaba hace unos años, junto a un grupo de amigos. Fue para mí una experiencia de una micro sociedad, con sus propias leyes internas”, cuenta, otorgándole a la obra una leve pátina autobiográfica.
Supervivencia, salida, trampa. Freelancer busca también generar asociaciones con el término inglés que designa a los trajadores free lance, cuya libertad de movimiento tiene como contrapartida un abismo de desprotección. “Quise generar la fantasía de que se puede escapar de una trampa, porque la realidad puede ser vista como una trampa, aunque creo que en verdad no hay escape”, confiesa Basualdo.
Ese primer shock físico que genera el helicóptero dentro de una habitación es parte de la estrategia del artista. “Creo que el principal enemigo del arte hoy es la ansiedad, la sobre estimulación. Los elementos de una obra que alteran tus estados son los que te pueden correr de un eje muy automatizado. Para mí es muy importante cambiar las condiciones de libertad del espectador en la obra –revela–, eso te lleva a un nivel de percepción distinto. Un nivel de atención necesario para la emoción o la reflexión”.
El argentino Eduardo Basualdo presenta en la feria de galerías la instalación Freelancer, una reflexión sobre el individuo y la idea de romper las reglas. Metió un helicóptero con sus hélices prendidas en una habitación. “Para mí es importante cambiar las condiciones de libertad del espectador”, señala.