"Los hilos aparecían sobre la tela sin desvanecerse y ella traía a su memoria recuerdos sin clasificar, la imagen de un juguete de su infancia, la silueta de una persona que nunca más volvió a ver", se lee en la pared de Espacio Astronotus (Belgrano 1017), en la presentación de la muestra "Memorias descriptivas", que reúne a Soledad Fierro y Analía Colque, dos artistas que producen sus obras a partir del bordado. Ese comienzo del texto alude a ambas: objetos y personajes que dan vida a sus experiencias abonan una serie de obras de las artistas, apostadas a un lado y otro de un pasillo, del monocromo al multicolor.
"Cada una con su estilo de costura, con su técnica, deja ver los detalles de una labor íntima y representativa que despierta diferentes sensaciones, a partir del material de confección y la iconografía", se resalta en la presentación que ofrece la galería dirigida por Álvaro Castillo.
Lo transcendental en lo más simple
A diferencia de obras anteriores (como su trabajo finalista en el premio Bancor 2014), en Astronotus Soledad Fierro exhibe una obra monocromática que nace de una puntada ágil cual trazo de dibujo. La deducción es válida. Soledad cuenta que estas obras bordadas vienen de una serie de dibujos que eligió de su bitácora: "Tiene que ver directamente con la observación y el dibujo,-explica- ese sería el punto de partida. Son situaciones, momentos cotidianos y simples. Contemplo la simplicidad de la vida y en eso busco algo transcendental".
Casi al final del espacio, la artista expone un objeto bordado (escultura blanda), un elemento que une sus dos prácticas, como artista visual y diseñadora de indumentaria. "En mi obra puede verse claramente la conexión arte-vida, se conectan inevitablemente, soy un solo ser que fusiona todos sus conocimientos y experiencias", afirma Soledad.
Hay una coherencia, asume, entre su trabajo de diseñadora y sus obras que siguen en contacto con ese mundo y sus texturas, costuras. La escultura homenajea a su máquina de coser, que la artista sienta como una extensión de su propio cuerpo: la obra, "tiene las mismas medidas que mi máquina de coser y cada detalle, es un retrato".
Muy cerca de la máquina escultura, también exhibe una prenda bordada con dibujos. Para Soledad, las prendas tienen una carga muy fuerte, son "como una segunda piel de las personas". Por ahí va su intención, dice: "Que el bordado esté en su interior tiene que ver con el mundo del inconsciente, con los sueños y los pensamientos profundos, lo íntimo".
Herencias de familia
Para Analía Colque, el bordado está claramente relacionado con la memoria, porque "es una práctica ancestral que inevitablemente nos lleva a vincularnos con el pasado".
"La técnica del bordado se transmitió de generación en generación y si bien hoy tenemos muchas más posibilidades de ampliar los límites, podemos seguir bordando con los mismos elementos que hace décadas", reflexiona. Aún en estos tiempos, agrega, cuando todo cambia de forma vertiginosa, esta práctica ha mutado muy lentamente: "Hoy puedo imaginarme a mi abuela haciendo lo mismo que yo hago al sentarme en el sillón con aguja e hilo. De hecho ella fue quien disparó mi inquietud por el bordado, yo heredé su costurero y a pesar de no tener el hábito incorporado, empecé a experimentar esa labor".
En el despliegue visual que el hilo desarrolla en su obra, hay otro entramado, vinculado a lo literario, que funda una suerte de dramaturgia de la exposición. "Creo que los textos ordenan y complementan a mis personajes, los ponen en una escena, los contextualizan por decirlo de alguna forma y juntos se fusionan en una sola pieza", explica.
La artista introduce sus obras en una escena narrativa, como "un disparador que permite asociar ideas". Y esto es así porque las palabras le otorgan otro matiz a las imágenes, que dejan de ser "tan sólo construcciones tiernas, la inclusión del texto les suma nostalgia y parte de historia".
La presencia de su padre asoma detrás de muchos de los animales que Analía borda, ositos, gatitos y otros peluches, sus muñecos de la infancia. Analía compone a través de su relato, la foto de una "familia particular" en la que creció: "Mi mamá es bibliotecaria, amante de la literatura infantil y supo transmitirme su pasión. Mi papá es como un superhéroe y un mago a la vez, sabe hacer, arreglar e inventar todo lo que pidas y siempre tiene el discurso justo", cuenta.
"Cuando era chica mi papá me regalaba muchísimos peluches, a veces los elegíamos juntos por forma o especie (tratábamos siempre de conseguir animales nuevos) y otras veces él me los traía de sorpresa a casa, era un ritual que compartíamos", dice. En la muestra, la artista ilumina con su palabra. Y exhibe los textos como obras: colgados a la pared.
Aquel oso amarillo
Sumergida en los recuerdos, Analía comparte con VOS una historia deliciosa: "Todos los meses íbamos a hacer las compras a Comodoro, una ciudad que está a dos horas de mi casa del sur. En la entrada, había una estación de servicio en la que vendían muchos peluches. A mí me encantaba ir y había un oso amarillo que hacía tiempo tenía en vista, pero sabía que era caro y no quería pedirlo. En uno de esos viajes mi papá entró solo al local de la estación y cuando salió venía muy emocionado hacia mí con un regalo envuelto. Me dijo que había salido sorteado por cargar combustible, que justo había tocado su número y que le entregaron ese premio. Cuando lo abrí me encontré con el oso amarillo que me tanto me gustaba. Tenía tres globos en la mano... Esos gestos repletos de amor son la mejor forma de definir a mi papá".
Para ver
"Memorias descriptivas". La muestra que reúne a Soledad Fierro y Analía Colque se podrá visitar en Espacio Astronotus (Belgrano 1017) hasta el 28 inclusive, los sábados y domingos de 18 a 21. Visitas especiales al (0351) 2138358. Entrada gratuita.
"Memorias Descriptivas" es la muestra que convoca en Espacio Astronotus a Soledad Fierro y Analía Colque a bordar los recuerdos de sus vidas.