El pintor Thomas Kluge, autor del polémico último retrato de la familia real danesa, confesó hoy estar "orgulloso" y "un poco contento" por las reacciones que ha provocado el cuadro, que varios medios han comparado con un film de terror. En una entrevista con Efe, el artista danés, de 44 años, resaltó que no puede controlar las reacciones del público y que se trata de "una cuestión de democracia", aunque admite que la difusión de la obra, incluso en el extranjero, ha traído una publicidad que no le perjudica.
"Me sorprendió, porque yo no buscaba ningún escándalo. También es muy distinto ver la obra en una foto que verla en persona, el efecto es otro... Pero en el fondo estoy un poco contento y orgulloso por todo", confesó.
Kluge sostiene que al mirar una obra, el espectador se "descodifica a sí mismo" en lo que ve y arrastra la época de la que forma parte y la situación del mundo o de su país. "La familia real", el primer retrato oficial de un monarca danés con su parentela desde finales del siglo XIX, forma parte de una exhibición inaugurada recientemente en el museo del palacio de Amalienborg en Copenhague.
Desde su presentación, la obra ha recibido mayoritariamente críticas mordaces de los medios daneses; algunos han comparado su aire lúgubre con el de películas como El resplandor y al príncipe Christian, hijo del heredero Federico y que aparece en el medio del cuadro, con el niño de La profecía (ver foto en el player).
"Quería mostrar cómo la familia real es algo que pertenece al pasado, el presente y el futuro. Por eso el príncipe está en el medio, esperando su encuentro con el futuro", afirma Kluge, quien añade que sus hijos no se han "asustado" viendo la imagen.
El futuro rey danés, de 8 años, se encuentra "atrapado" entre su condición de niño y las obligaciones que deberá afrontar como adulto, su papel como heredero, de ahí su seriedad, según la interpretación del autor.