¿Cómo invocar una ausencia? Y más todavía: ¿cómo invocar una ausencia icónica, omnipresente en el imaginario cultural? Ese es el punto de partida proyectivo de “Thinking David Bowie”, la muestra de José Pizarro en Piccadilly, en la que el artista adopta a la fallecida estrella de rock como silueta en la que proyectar sus preocupaciones formales y conceptuales. El título comparte la ambigüedad de la exhibición: el punto de apoyo está más en el “Thinking” (Pensar) que en el “Bowie”: pensar a Bowie es pensar el pensamiento en acción y darle forma, convocar a ese emblema de una estética absoluta.
Una de las maneras más explícitas de materializar esa desaparición es una alta cortina-telón verde y azul, la sugerida performance de un anfitrión que no tendrá lugar. Las pinturas fractales de superficies veladas, los puños de camisa en serie que recortan un brazo invisible, la varita de un improbable maestro de ceremonias son también señales de una transparencia hiperreal, un cuerpo y una falta simultáneos. En un bastidor cubierto con una tela blanca se apoya un ejemplar de ¿Un sujeto? de Jean-Luc Nancy: tanto Bowie como Pizarro son motivos ubicuos de la muestra, sujetos y objetos que habitan cada obra como reflexión, objetividad, presencia, juego referencial multiplicado al infinito.
“Bowie aparece de forma directa desde el título, su sentido total de una estética de vida es lo que me interesó. Pensar sus acciones era pensar también las mías, mirar hacia atrás desde un presente intenso, pleno y con una sed renovada –dice Pizarro, referente del conceptualismo-. Después de su muerte mi trabajo se dispersó en varios sentidos. El trabajo se apoya en las formas en las que somos cada uno pensados por otra persona, y cómo esa fuerza nos toca como una consumación. Pensar es una de las formas del amor”.
Y continúa: “Pensar ha sido siempre para mí el oasis desde donde se proyecta todo, como sistema erótico y delirante. El libro es mi compañero, como pensamiento y objeto. Vivo con libros. En la muestra está el de Nancy, aunque podría haber estado La educación estética del hombre de Schiller o El destino del hombre de Fichte, o alguno de Papini”.
Disco imaginario
La cita a Bowie se vuelve simulación apócrifa en una serie de canciones compuestas exclusivamente por Pizarro (El reflejo es el refugio, La tempestad), expuestas junto a su cubierta de disco bautizado Canciones (como) de David Bowie, al que ilustra una antigua estatua femenina griega que revela un falo: la androginia, la ambivalencia, los límites borrosos entre lo femenino y masculino propios del universo Bowie son también ejes.
Pizarro: “Siempre me ha interesado la fuerza de lo femenino. En mi libro Después (Documenta) aparecían las formas del amor femenino (madre, hija, amante, naturaleza). En ‘Thinking’ es distinto, las condiciones poéticas de lo femenino incuban en lo masculino como una arqueología de lo multisensorial. Está relacionado con el género y lo sexual de la danza hedonista, propia del sonido y la música de esta época. Es un señalamiento al cuerpo que goza y es abandonado cuando se consume el deseo, como devenir estético”.
¿Cómo fue el proceso de creación del disco imaginario? “Cuando escribí las canciones no necesité la música de Bowie, o mejor dicho, la música estaba ya escrita, inscripta en la memoria. Las letras contienen cierta melancolía adolescente, de principios de rebelión, ajustadas a un espíritu de pena romántica. Es decir desde el placer de decir lo que estás viviendo, que también pensaron y vivieron otros. Es una experiencia transferida; vivir la experiencia del otro y la tuya disfrutada por algunos, por otros, por los demás”, responde.
Las pinturas geométricas, los contrastes blanco-negro de mimo-arlequín, los dibujos de autismo geológico, las fotografías collage analógico-digitales y las imágenes publicadas en thinkingdavidbowie.tumblr.com completan la muestra, reforzando la noción de artificio, de disfraz, del diseño como pasaje plano a lo abismal. “La superficie de Bowie es oscura profundidad para el espectro contemporáneo, sus últimos trabajos son de una densidad existencial apabullante. La superficie puede ser una forma de encriptar potencias menos visibles, el aporte de piedras para cruzar el río. Es un secreto, lo susurrante que aparece de lejos y que de a poco, muy de a poco se confunde con la estridencia”, cierra el artista.
Muestra.“Thinking David Bowie” puede verse de martes a viernes de 17 a 21 en Piccadilly (José Echenique 2012, Cerro de las Rosas), con entrada gratuita. Hasta el 16 de diciembre.
En "Thinking David Bowie" José Pizarro invoca la presencia ausente del duque blanco para abordar sus propios procesos, en los que destaca el pensamiento, la forma, el amor y el hedonismo.