Cuatro de Córdoba: artistas locales finalistas del Premio Itaú

La última edición del Premio Itaú a las artes visuales convocó a dos mil obras de todo el país, cifra que después de una primera selección quedó en 150 y luego dio paso a una final de sólo 39 proyectos, entre los que están las propuestas de cuatro artistas cordobeses: Julia Amarger, Mariano Grebnicoff, Cecilia Salomón y David Schafer. Antes de conocerse los ganadores, ellos comparten con VOS su experiencia.

La obra finalista de Julia Amarger, Secreto número 12, que forma parte de una serie de fotografías aún en proceso (Esto es un secreto), comenzó con una acción: "Repartí sobres con mi dirección a conocidos con una única indicación de que me enviaran un secreto por correo postal, de forma anónima". Así, cada imagen "es el fruto de una colaboración entre un anónimo que aceptó compartir un fragmento de su experiencia y yo".

A la artista le interesó este premio porque es abierto a distintas disciplinas dentro de las artes visuales. "Obviamente estoy muy feliz de ser parte de la exposición", afirma. Piensa que llegar a esta instancia es un reconocimiento importante: "Las selecciones a este tipo de premios son muy alentadoras para seguir creando y para generar visibilidad en el ambiente artístico. Esta selección es una de las más importantes para mí". Un premio así es un puente que favorece la circulación de la obra, ya que "la exposición es itinerante, permitiendo justamente que las obras no sean mostradas únicamente en Buenos Aires".

Mariano Grebnicoff quedó finalista con Varieté (la imagen que aquí se ve no es la definitiva), una obra asociada a la "construcción de un lugar imaginario desde el lenguaje fotográfico" (su disciplina específica). Sus proyectos fuerzan el límite de la percepción entre la realidad y lo ficcional. "Me interesa construir desechando certezas sobre lo que entendemos por real", sostiene.

Grebnicoff llegó a la final en la primera edición del premio (2009-2010), y "en ese momento significó una puerta de acceso al circuito de visualización de las artes visuales como artista emergente", señala. Y añade: "Siempre es una alegría acceder a las instancias de un premio de esta magnitud". Destaca que el Premio Itaú tien un "carácter más federal de participación y una tendencia marcadamente contemporánea en el arte".

Entablar vínculos

Cámara Oscura es un video que David Schäfer realizó a partir de la investigación sobre fotos policiales tomadas a detenidos en 1975, que lleva adelante junto a Alejandro Frola en el Archivo Provincial de la Memoria. "El video comienza con una cámara Petri 7s vista desde atrás, una mano entra en cuadro, abre la tapa trasera y ejecuta 36 disparos", explica. La cámara funciona como un arma, y la foto que toma, un autorretrato -realizado con una cámara y una película de la época, revelada de forma similar- se repite hasta el cansancio, explica. El artista se instala en el interior del dispositivo, en la escena del crimen, y reflexiona sobre el pasado reciente.

"Veo en el premio una oportunidad para difundir mi trabajo y construir un diálogo con la gente que irá a ver la exposición", dice David, quien piensa a las imágenes como un "punto de partida para hablar y reflexionar sobre las inquietudes que tenemos". "Para mí, lo importante es generar posibilidades para seguir haciendo cosas", asume. Sobre el premio, añade: "En toda selección hay una línea que separa los que están adentro de los que han quedado afuera", sólo significativa, entiende, en el contexto del concurso. No está seguro que la muestra final sea representativa. "Hay mucha gente trabajando por todos lados, con proyectos muy interesante pero que tal vez no participaron en este concurso", añade. Agradece los comentarios que recibe y le entusiasma participar de la exposición itinerante: "Quizá esto sea lo que más valoro. Tener la posibilidad de entablar un vínculo, por más pequeño que sea, con la gente que irá a ver los trabajos. Es como tener la palabra por un ratito, es una oportunidad".

Cecilia Salomón participó con su instalación titulada Le parecía que estaba en una extensa planicie nevada y los dos temblaban de frío, un "tenue territorio deshabitado", al que describe al detalle: "Cuelgan de la pared papeles de algodón impresos con un collage, casi en monocromo, de montaña y nieve. La imagen es construida a partir de registros fotográficos, recortes de wallpapers y capturas de pantalla de cartografías satelitales".

Hay otros elementos: una pequeña montaña de cerámica esmaltada que se asienta sobre papeles de seda blancos, como la traducción tridimensional de aquella postal anónima, y un pequeño dispositivo sonoro que se activa girando una pequeña manivela.Para Cecilia, el premio ocupa actualmente un rol significativo en la escena cultural, difundiendo y dando visibilidad a las nuevas producciones artísticas. Lo ve como un rico espacio de intercambio cultural por la circulación. "Son claves las tres instancias: una convocatoria abierta a artistas de todo el país, la conformación de un jurado de diverso origen geográfico y una modalidad de exposición itinerante". La artista celebra la "pluralidad y multiplicidad de expresiones que conviven". "Desconozco cómo puede influir en mi camino esta participación sin antes vivirla, sí sé que ahora me motiva a seguir trabajando e indagando en mi producción de obra", concluye.

Premio Itaú de Artes Visuales 2015-2016. Las obras finalistas participarán en una muestra en un espacio de la Ciudad de Buenos Aires a confirmar. Las mismas se exhibirán junto a la obra ganadora del Premio Realidad Virtual: Canoa y Falso repollo, de Mateo Amaral. El jurado de premiación, integrado por Inés Katzenstein, Agustín Pérez Rubio y Gabriel Valansi decidirá las tres obras ganadoras del premio adquisición. El jurado de selección estuvo integrado por Santiago Álvarez, Patricia Ávila (Córdoba), Victoria Basille, María Carolina Baulo, Federico Curutchet, Sigismond de Vajay (Francia), Juliana García, Martín Guiot, Mariano Giraud, Solana Guangiroli, Mariana Mattar, Demian Orosz (Córdoba), Luján Oulton, Malena Pizani y Enrique Salmoiraghi.