Que el arte tiene tantos problemas como el mundo, no cabe duda. Sin embargo, puede ser un espacio de pensamiento crítico en este lado del planeta. Es lo que se propone el proyecto de la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo Unasur para 2017, que reunirá a los 12 países que integran la Unión de Naciones Suramericanas. Con ese horizonte se organizaron los encuentros (el primero fue el 20 de noviembre y el último, esta semana) de “Sur Global”: conversatorios en los que pensadores y artistas manifestaron sus posturas, convocados a reflexionar sobre la próxima bienal y el arte contemporáneo.
Aquella lejana declaración de Joaquín Torres García, “nuestro Norte es el Sur”, está en las bases de la nueva bienal que tiene como director general a Aníbal Jozami, sociólogo y actual rector de la Universidad Nacional Tres de Febrero, que trabaja junto al Ministerio de Cultura de la Nación.
La bienal, prevista para el último trimestre de 2017, está en plena etapa de formación, y para ello ya se lanzaron dos convocatorias; una para dotar de identidad visual al evento, y un llamado a proyectos curatoriales que serán la esencia de su contenido. Las bases ya están disponibles en la web (mirá aquí).
Jozami destacó que la bienal será internacional y tendrá una perspectiva desde el Sur, de ahí que “Sur Global” sea un espacio de intercambio de experiencias e ideas para desarrollarla.
A diferencia de eventos como las bienales de Venecia o San Pablo, esta bienal “no es un proyecto de un gobierno, sino de un conjunto de países”, remarcó Jozami.
“Esta reunión demuestra que el proyecto sigue”, agregó en clara alusión al nuevo escenario político. Y por si quedaba alguna, añadió: “Las autoridades del Ministerio de Cultura de Argentina son partícipes del proyecto, al igual que los otros 11 países”.
La segunda entrega de “Sur Global” se realizó en el Museo de la Universidad Nacional Tres de Febrero (Muntref), sede Hotel de los Inmigrantes. En febrero seguirá en Madrid, y otra vez la ciudad de Buenos Aires será escenario el 6 y 7 de abril del año próximo.
El desafío para el arte de la región es mostrarse a la par del arte de otros territorios, pero no como la cuota de diversidad en el atlas mundial, sino como una referencia internacional.
¿Por qué una nueva bienal?
Diana Weschler, curadora e investigadora, subdirectora de Muntref, abrió las ponencias de Sur Global 2, en la que participaron Andrés Duprat, Gustavo Buntinx, Tadeu Chiarelli, Jaqueline Lacasa; y luego, los artistas Lia Chaia, Luis González Palma, Eduardo Basualdo, Eduardo Gil y el francés Celeste Boursier-Mongenot, en diálogo con Fernando Farina. Weschler declaró: “El arte contemporáneo no es incuestionable”.
A su turno Duprat, nuevo director del Museo Nacional de Bellas Artes, señaló que la bienal es un anhelo y que en su proceso irá adquiriendo su forma. “Colocar obras en la ciudad hace aparecer aristas, discusiones y reacciones interesantes”, señaló.
La investigadora y curadora uruguaya Jaqueline Lacasa manifestó lo “maravilloso de crear una bienal” como lugar generador de pensamiento artístico y educación. Y sugirió que se debería trabajar con “genealogías cercanas”. Para Lacasa, es “imposible pensar al arte contemporáneo sin el parámetro de las diferentes disciplinas y generaciones”. “El arte contemporáneo debe generar evidencias que le den visibilidad”, apuntó.
Luego, la presentación del pensador peruano Gustavo Buntinx se ganó fervientes aplausos. Su primera palabra fue “agobio”, se preguntó “¿cómo salir del arte contemporáneo?”, e incitó a volver a “las preguntas primeras”. Para Buntinx, “el arte crítico corre riesgo de morir de éxito”. Su extensa alocución plagada de términos religiosos apeló a “religar” con la esencia del arte, clamó por “zonas de silencio” y llamó a “recuperar el delirio”.
Chaia, joven artista paulista, rompió el molde: leyó una poesía para compartir su obra, y sorpresivamente se quitó los zapatos para ponerse un singular calzado artístico y jugar con argollas rojas. También se refirieron a sus trayectos artísticos Eduardo Basualdo, Eduardo Gil y Luis González Palma, artista guatemalteco radicado en Unquillo.
La última presentación fue la de Celeste Boursier-Mougenot. El artista francés, que representó a su país este año en la Bienal de Venecia, se refirió al proyecto que allí exhibió, Revoluciones: “Abordo indirectamente la cuestión de la representación política”, dijo.
Encrucijada contemporánea
En diálogo con VOS, Tadeu Chiarelli, director de la Pinacoteca del Estado de San Pablo (Brasil), habló sobre las cuestiones planteadas en la segunda edición de “Sur Global”: arte contemporáneo ¿para qué?, ¿cómo?, ¿dónde? y ¿para quiénes? “Hoy vivimos una encrucijada en la que están presentes muchas concepciones de arte y estética. Toda la tradición occidental está siendo cuestionada, pero al mismo tiempo, no hay un pensamiento que pueda sustituirla, es muy temprano para poder tenerlo”, afirmó.
Y definió la actual situación: “Tenemos una estructura para las artes, una estructura tradicional muy poderosa, con museos, colecciones públicas y particulares, con marchands, artistas, etcétera. Y hay otro tipo de actividad que no tiene nada que ver con la tradición, que son los trabajos que se hacen con los campesinos, con los obreros, en fin, con los desvalidos. Que son exhibidos en espacios tradicionales de arte. Pienso que son otra cosa. Entonces, me pregunto, ¿por qué eso sería arte contemporáneo?”
Chiarelli, también investigador, cree que son muy oportunas estas jornadas, “y una bienal que plantea esas cuestiones, para que en conjunto se busquen, no propiamente soluciones, pero sí estrategias para amenizar el problema”.
“No tengo respuestas hasta ahora, pero pienso que es muy desafiante la proposición de Aníbal Jozami y Diana Weschler. Es muy complicado, porque yo pregunto: hay un arte y una historia del arte hecha por personas con una herencia europea blanca; pero hay otras historias”.
Y graficó poniendo de ejemplo la escena de Brasil: “En la Pinacoteca, que tiene 110 años, inauguramos una exposición de artistas afrodescendientes en la colección. La primera obra que ingresó a su acervo fue 51 años después de su inauguración. Ahora tenemos una colección importante, con artistas contemporáneos incluso. Con obras de artistas desde el siglo 18 hasta hoy, abrimos una exhibición con ellos, y las personas afrodescendientes se sintieron muy orgullosas porque se reconocieron. Porque no es lo mismo la representación del afrodescendiente que la autoría del artista afrodescendiente. Estamos buscando algún tipo de estrategia para cambiar. La Pinacoteca es un museo público, debe estar atento a este problema”.
–En “Sur Global” se planteó una paridad entre Sur y Norte, pero también en el mismo Sur existen las inequidades del mundo global...
–En el mismo Sur está la periferia. En Brasil la situación es muy perversa, se habla de una democracia racial que no existe, que nunca existió. Para ingresar a una colección pública, hay una serie de requisitos, tienes que tener obras en grandes museos y galerías. Un joven negro en la periferia de San Pablo no tiene esas condiciones, entonces tenemos que ver su obra y no su currículum, que se arma de una manera exclusivista.
Estuvimos en el segundo encuentro “Sur Global”, que reunió a pensadores y artistas de la región para definir cómo será la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo Unasur.