Angélica Dass es la responsable de Humanae, un proyecto documental con el que retrata a personas de diversas comunidades, edades y procedencias étnicas para instalar igualdad e identidad como ejes. Su trabajo tiene el don de crear una postal nueva cuando los retratos se componen colectivamente. En cada toma, Dass mide el color de la tez según la escala Pantone –sistema internacional de identificación del color, muy usado por diseñadores y afines–, y lo convierte en el fondo de la imagen.
Las fotos comparten una mirada fuerte, un gesto sereno, un pelo que enmarca la cara... y una desnudez (primer plano hasta los hombros) que garantiza esa igualdad que la vestimenta anularía. Con esto, Dass habla de humanidad por todo lo que no dicen las fotos: “El valor fundamental del proyecto es todo lo que la gente no ve en el retrato: la forma de pensar, la clase social, la opción sexual o religiosa, la nacionalidad... todas esas etiquetas y prejuicios con los que cargamos y que en estas imágenes se pierden para que sólo puedas mirar a cada uno como humano”, explica la fotógrafa.
Para ver. Hasta el 23 de este mes, en las rejas perimetrales del Museo Evita (Hipólito Yrigoyen 511) se puede ver Humanae. El proyecto integra las propuestas de la Galería a Cielo Abierto que organiza el Centro de Estudios Fotográficos. El jueves 17 a las 18, en el museo, habrá un encuentro abierto al público con Angélica Dass.
Humanae empezó como urgencia personal puesto que Angélica Dass viene de una familia multicolor que llenaba las navidades con rasgos indígenas, negros y blancos. Hacia junio de 2012, la inquietud tomó dimensión global con visitas a ciudades como Chicago o París, sin más argumento que, sostiene, “probar que eso de blanco, negro, rojo y amarillo, como opciones para ordenar la piel, las personas y el mundo, no era real”.
Después de tres años y medio y con 3.000 voluntarios congelados, Angélica confiesa haber llegado a un lugar que jamás imaginó. La muestra ha itinerado por 19 ciudades y 11 países, incluyendo Estados Unidos., Brasil, Chile, México, Etiopía, Corea del Sur, India, España, Francia, Suiza y Holanda. Córdoba es su primera base en la Argentina. En general, cada nuevo destino de la exposición se convierte en sede de nuevos retratos.
Habiendo montado en museos o al aire libre, como en el Palacio Ferreyra, Angélica prefiere espacios a cielo abierto para fomentar la inclusión. “La mayor parte de la gente cree que no pertenece al mundo del arte. Tiene miedo de entrar a una galería, tiene que pagar para entrar a un museo –ejemplifica–. Además, exponer en la calle permite dar el mensaje a los que conocen mi obra y comparten, también a los que no la conocen y quizás les guste e, incluso, a quienes piensan lo contrario de lo que intento decir con mi trabajo, que quedan obligados a considerar mi planteamiento”.
Para Dass, Pantone ha funcionado como una paleta neutra y comprensible donde no se puede ordenar del más claro al más oscuro numéricamente. “Esa frustración me encanta porque utilizo un estándar internacional para destruir otro. No me importa cuántos colores diferentes tengo. Me interesan las reflexiones únicas en cada imagen. Y que el mismo color se repita en los retratos de un afroamericano, un español y un malayo, porque entonces valido que ya no podemos juzgar por estereotipos”.
Humanae tiene un impacto mundial pocas veces logrado por un fotógrafo. Angélica lo desagrega en 3.000 retratados que multiplican el mensaje cuando asignan sus retratos como perfil de Facebook; ONG’s, asociaciones de padres adoptivos y escuelas que se suman; o millones de contactos en Tumblr. La obra ha logrado un contacto con el público masivo propio de ámbitos abiertos imposible de medir, además del que aportan los circuitos museísticos también conquistados por esta hispano-brasileña de oficio convencido.
Inmune a las muchas marcas comerciales que quisieron patrocinar el proyecto, lo que ilusiona hoy a Dass es el poder educativo de la apuesta: “Lo más importante es que niños y profesores con los que trabajo puedan cuestionar la idea del color piel (en España, color carne) asociado a la raza blanca. Que las criaturas puedan imaginarse como parte de un mapa enorme donde todos los colores nos encuentran en un punto común”.
Perfil. Angélica Dass nació en Río de Janeiro y vive desde hace 11 años en Madrid. Formada en diseño de modas y bellas artes, como fotógrafa desarrolla proyectos en torno a la identidad y la igualdad. Ganó en 2013 el Premio Festival Off de PHotoEspaña; y en marzo-abril de este año ilustró la portada de la revista americana Foreign Affairs.
Angélica Dass es la autora de Humanae, una muestra fotográfica que reflexiona sobre la igualdad y la identidad. Se exhibe en las rejas perimetrales del Museo Evita. La fotógrafa estará en Córdoba el jueves 17 de diciembre.