"Amo cada uno de mis cuadros como si fueran mis hijos", anuncia Pablo Tolosa Méndez minutos antes de la apertura de la muestra integrada por obras de su colección, en la Galería de Arte del Colegio de Escribanos (Obispo Trejo y 27 de Abril). Si se tiene en cuenta que su colección abarca 700 cuadros, se deduce que su corazón es grande.
Le gusta contar en detalle cómo cuida y mantiene sus marcos, por ejemplo, algo que "me entusiasma", dice, "a mis 76 años". Cuando se le pregunta por su profesión, este rosarino que eligió vivir en Córdoba dice "docente". Fue la carrera que eligió. La otra profesión, la de técnico químico, se la impuso su familia, que además tiene una inclinación muy fuerte con la cultura, especialmente con la música ("en Rosario nos decían los locos musiquita", cuenta). Él, en especial, estudió piano. No hay expresión cultural que no le interese, y de todos los tiempos.
Hablando de arte, se encarga de remarcar el acceso gratuito, y por eso, sostiene, su obra es "itinerante", y hasta la ha ofrecido en donación.
Pablo Tolosa Méndez es el dueño de un conjunto de obras con las que ayer inauguró el ciclo "Colecciones privadas", en la Galería de Arte bautizada el año pasado con el nombre del artista que la fundó en 1969, "Enrique Mónaco", ubicada en una esquina privilegiada, rodeada de peatonales.
Miriam Brussa, quien dirige la galería, adelanta que en 2014 continuarán otros ciclos que debutaron el año pasado, como "Reminiscencias de la pintura cordobesa"; "Imágenes y transformaciones del siglo 20"; y también, "Cuando las palabras interpretan las imágenes".
"El perfil de esta galería es histórico", señala Brussa. Y esta idea se sostiene en esta muestra, integrada por pinturas, principalmente, y algunos dibujos, de artistas de distintos períodos, como Las tres gracias, una de las obras que se destaca en la muestra, óleo de 1938 de Ernesto Soneira (foto).
La muestra permite conocer otras obras imperdibles, como el dibujo (lápiz graso, de 1963), de Manuel Reyna. La tosca figura de contornos geométricos del gran artista se titula El serapio, y alredor de su sencillez se pueden ver también piezas de museo, como El apeadero, una pintura poco habitual de Egidio Cerrito. No tiene fecha, pero Brussa estima que es de su período claro, de fines de la década de 1940 aproximadamente. El apeadero fue una obra que pasó por varios coleccionistas que han manifestado interés por volver a ver esta perla que alguna vez tuvieron, quizá un poco arrepentidos.
No faltan Antonio Pedone, Martiniano Scieppaquercia, Armando Molina Rosa y José Cárrega Núñez. La erótica, dibujo de Miguel Budini, y Abstracción, de Carlos Matías Funes, de 1965, son otras de las obras destacadas. También El pintor, de Pedro Pont Vergés, de 1933. O Raúl, enorme pintura de Fabio Egea, de 2011.
El círculo de la muestra cierra con pinturas de Walter Ludueña, Diego Dayer y Rosa Ana Tinti.
Miriam Brussa adelanta que habrá una muestra de Ramón Villafañe, conocido como el "pintor lustrabotas". La familia ofreció obras en préstamo, que dialogarán con esculturas de su nieta. Otra vez, la historia del arte local marcará el pulso de la sala.
La muestra."Colecciones privadas", muestra que integran obras del coleccionista Pablo Tolosa Méndez, se podrá visitar hasta el 26 de este mesen la Galería de Arte Enrique Mónaco del Colegio de Escribanos (Obispo Trejo y 27 de Abril), de lunes a viernes de 9.30 a 13.30. Entrada gratuita.
Inauguró la primera muestra del ciclo "Colecciones privadas" en la galería de arte del Colegio de Escribanos, con obras de Pablo Tolosa Méndez.