El Manifiesto Alegría fue redactado en 2002 por los fotógrafos Rodrigo Fierro y Gabriel Orge. Desde hacía dos años, ambos coordinaban un taller de experimentación fotográfica en la ciudad de Córdoba. La crisis de 2001, que se llevó puesto al país y provocó una debacle en todos los ámbitos, fue el disparador de ese texto en el que proponían una poética de la austeridad y una nueva forma de trabajo.
El Manifiesto proponía el trabajo con la mínima materia, la utilización de los recursos de apropiación e intervención, el rescate del error, el azar y el juego en el proceso de creación, la revisión de trabajos producidos en contextos históricos de crisis y escasez, entre otras medidas de emergencia que implicaban resistir con alegría.
"En mi caso recorrí las tiendas de fotografía buscando película vencida a bajo costo, subí durante unos meses a la cima de una loma para observar la ciudad y con paciencia de animal -como dice Gelman- me propuse dejar registro de las trayectorias de los aviones que despegaban del aeropuerto. Una metáfora del exilio económico se dibujaba sobre el cielo cordobés mientras la ciudad se debatía entre la resignación y la resistencia", recordaba en 2011 Gabiel Orge.
El fotógrafo, autor de Apareciendo a López y Apareciendo al rubio Facundo Rivera Alegre en Tribunales II, sigue coordinando actualmente el taller Manifiesto Alegría, que hasta este domingo presenta trabajos de artistas jóvenes en la Zona Bonino de la feria Mercado de Arte.
–¿Qué presenta Manifiesto Alegría en la feria?
–Mostramos una parte de lo producido con el grupo de taller del año 2014, en el que trabajamos con un concepto en común la temática “la intemperie”; a partir de ese disparador, cada uno de los participantes desarrolló su idea de manera individual. Clara Johnston fotografió una misma porción de cielo en distintos días en un mismo lapso horario, creando una abstracción de color muy sutil y poética. Fernando Abud instaló en espacios abandonados un gran origami que se adapta a la forma del lugar. Samantha Ferro encapsuló en resina fotografías en negativo de paisajes ligados a su recuerdo. Además trabajamos sobre una acción colectiva en el espacio público por invitación del Laboratorio de Perfomance del Centro Cultural España-Córdoba. Al resultado de la experiencia lo publicamos en formato de revista digital.
–¿Cuál es hoy la dinámica del taller? ¿Siempre trabajan con temas específicos?
–Trabajar sobre un tema o concepto es una decisión grupal que discutimos de manera colectiva en la primera etapa del proceso. Una vez tomada esa decisión, comienza de mi parte el proceso de investigación para generar un contenido que estimule las ideas, que no está necesariamente ligado a lo fotográfico. El proceso intenta ser horizontal, por eso yo como coordinador también produzco y soy parte del intercambio en un entorno de trabajo afectivo.
–En un posteo de Facebook pusiste: “la producción en serie y el capitalismo feroz se apoderaron de Manifiesto Alegría que se prepara para la Feria Mercado de Arte”. Más allá del chiste, quizá describe una transformación o una evolución, si se piensa en los orígenes del taller…
–Es un chiste, una ironía sobre nosotros mismos, sobre la ilusión de ser parte de un mercado y nuestras propias contradicciones. Más allá de esto, participar de la feria nos da la posibilidad de exhibir lo que producimos, poner en circulación el trabajo de artistas/fotógrafos que en la mayoría de los casos es la primera vez que muestran. Seguramente hay una transformación, una evolución en la propuesta del taller, pero sobre todo hay una gran evolución en la producción fotográfica en el campo del arte, sobre todo en las nuevas generaciones.
–¿Imaginaste alguna vez al Manifiesto en una feria de estas características? ¿Qué creés que puede aportar el taller a un evento como este?
–Nunca imaginé que podríamos estar en la feria, tampoco imaginé tener la posibilidad de trabajar tantos años con gente talentosa y generosa dispuesta a compartir. Nuestro aporte en relación a este evento quizás sea mostrar una mirada joven dispuesta a tomar la fotografía como un juego sensible y experimental.
El taller de experimentación fotográfica que coordina Gabriel Orge presenta trabajos de varios artistas jóvenes en la feria que se desarrolla hasta este domingo.