Advierte que su obra se puede rastrear en Facebook. Theo Hepp, artista cordobés conocido por su obra escultórica en la que resuena lo ancestral atado al presente, deja ver en las fotos de su cuenta de la red social unos paquetes sobre los que imprime frases relacionadas con la compra o venta de arte. Con estas pistas invita a una cita, hoy a las 21, en La Cúpula (Humberto Primero 14), que lleva por título Discretamente se expone, frase que abre muchas preguntas que se disparan una tras otra: ¿se puede ser discreto en el mundo del arte? ¿qué sucederá hoy? ¿tiene relación aquella obra con lo que se verá esta noche? ¿hubo una transformación? Y aún así ¿aquella anterior “vida” escultórica permanecerá?
No comparto la idea que identifica carnalmente a la obra artística con su autor. El autor es una constante y las obras una circunstancia.
Theo Hepp anuncia que contestará desde “lo anecdótico”. Un relato para todas las respuestas.
“Soy profesor de la diplomatura en escultura de la Figueroa Alcorta –explica–. Enterados los alumnos de la muestra, muy curiosos, comienzan a indagar y es ahí cuando, intentando mantener cierta opacidad en mi explicación, descubro un sobresalto en ellos. Se les dibuja en el rostro un sentimiento de ¿desasosiego? Uno de ellos directamente me preguntó por qué hago esto si yo ya soy un artista-escultor reconocido. Boing!!!”.
Theo “contrapregunta”: ¿Piensa este alumno que “las acciones rupturistas son actitudes y posiciones de artistas emergentes en busca de legitimación”?
“¡Claro! Cuando uno es nuevo no tiene nada que perder, e intenta plantar su posición en un medio competitivo. ¿Por qué usted si ya es ‘famoso’ corre ese riesgo? ¿Qué sentido tiene?”, le respondió el chico.
“Entre risas y bromas me di cuenta de que consideraban mi actitud como la de un loco”, cuenta Theo. Pareciera que “no tiene sentido correr riesgos si uno ha logrado una posición cómoda. Se supone que si uno se legitimó, a partir de ahí solo debe obrar como referente. Claro, como referente arqueológico”, sella Theo a su modo, que se vale del humor.
Y continúa: “Una alumna incluso vio, como algo más grave aún, que mi propuesta no sólo arriesgaba una posición evidentemente valorada en el medio artístico sino que estaba atacando, socavando obscenamente los mismos cimientos sobre los que se edifica ‘mi autoridad’, o mi ‘opinión autorizada’. La imagen es la de serruchar la rama sobre la que me asiento”. El artista percibió que para sus alumnos ese “fuerte reproche huele a suicidio”.
Desplazados del foco
“Este diálogo que tuve con los alumnos toca de lleno uno de los temas sobre los que trabaja la obra. La problemática de la legitimación”, aclara el artista y docente a modo de resumen de las tantas preguntas de esta nota.
“Abrir discusiones de este calibre ya justifican la ideación del proyecto. Y sí, es un proyecto, y de tiro largo. En este momento, y con esta instancia de muestra comienzo a articular una serie de acciones que vengo realizando en apariencia de forma inconexa”, sostiene. Y revela que “la exposición del sábado sería otro momento más en el andar de esta etapa de síntesis”.
Sus expectativas para hoy “se centran más en los acontecimientos (inmanejables aunque juego a planificar) que en los objetos escultóricos, que supongo se verán seriamente desplazados del foco, al menos en la forma convencional en que suelen ser foco”.
Theo dice que hace unos años pensó que si decidía seguir siendo sólo escultor, “necesariamente esta posición me arrastraría fuera de lo que ya se identificaba era el derrotero del arte. O me anclaría en la costa de un mar fluctuante dejándome varado en una playa eterna. La pregunta fue así. ¿Quiero ser escultor o quiero ser artista? La respuesta fue simple. Escultor ya soy y lo seguiré siendo, nada pone en riesgo esa condición, es segura. Intentemos lo difícil, a ver hasta dónde nos da el cuero para ser artista”.
Sobre la discreción, dirá que la suya es la “de un impúdico que juega a sonrojarse”.
“El mi camino artístico lo único que permanece invariablemente soy yo. Más viejo, mañero y con los defectos pulidos y estacionados. No comparto la idea que identifica carnalmente a la obra artística con su autor. El autor es una constante y las obras una circunstancia. En esta coyuntura mi obra es estar vivo y aprendiendo”, afirma.
Y tira un dato más: “El hecho de que la muestra sea en La Cúpula y un sábado en el fin de semana largo no es accidental”.
Para ver. “Discretamente se expone”. Theo Hepp propone una cita con los espectadores este sábado 23 desde las 21 en La Cúpula (Humberto Primero 14). Entrada libre y gratuita.
Theo Hepp, reconocido en el campo de la escultura, llega este sábao a La Cúpula con Discretamente se expone, una propuesta que desafía la idea que se tiene de él como artista.