Las jaulas ponen barreras más o menos sólidas, y están presentes en la obra de Candelaria Silvestro desde hace tiempo. En un comienzo habitadas con pájaros, ahora también con mujeres. Como forma, la jaula originó para la artista otras postales de encierro, espacios clausurados que en los lienzos o papeles que usa como soporte se abren para mostrar situaciones reales o imaginarias.
Las jaulas que atrapan los paisajes del parque Sarmiento, los cintos que traman el horizonte de las sierras, o la cuadrícula floja de un edificio como la excárcel de Encausados provienen de una influencia que estos lugares ejercen sobre la artista. Es una visión plástica que la inspira, cuenta Candelaria mientras desenrolla una tela muy grande en la que una suerte de King Kong carcelero sostiene a una sensual mujer rubia.
Una secuencia de tres series, que incluye grabados y pinturas de gran formato ("La ex cárcel de Encausados", "Cintos y sierras" y "Jaulas en el parque Sarmiento de Córdoba") componen la muestra "Estructuras", que la artista inaugura hoy a las 19.30 en la galería de arte del Paseo del Buen Pastor. Tienen que ver con los lugares donde vivió, relata la artista, pero sobre todo "con la metamorfosis de los espacios".
Todo el espacio de la galería estará habitado por estos paisajes sombríos que tienen la marca de su pincel expresionista, que puede incluir puntadas con hilos que se pierden en la masa pictórica.
La apertura de hoy incluirá la intervención, en la fuente del Paseo, del grupo Nutaan dirigido por Rodolfo Ossés y la Compañía Taanteatro. Con ellos, Candelaria propone una acción en la que unas colas de iguana hechas por ella dialogan con sus obras de la muestra. Parte de esta muestra se exhibió este año en Buenos Aires, pero para Córdoba, la mayor parte es inédita.
"Es la ciudad metamorfoseándose, no es una crítica", aclara Candelaria, aunque sabe que de una imagen se pueden desprender múltiples lecturas. Como podría hacerse de una vista abierta de Encausados que no se percibe del exterior, en el que ella compone un espacio rodeado de llamas negras.
Si el encierro aparecía como una posible conexión entre todas las obras, esta idea se cae en pinturas como la del fumigador (esa imagen del hombre caminando en el paisaje abierto que podría recordar al sembrador de Van Gogh). Algo le atrae de esa postal campestre del trabajo que inicia el día, o de los espacios abandonados a los que abre la puerta de las jaulas del parque urbano. Vivencias, recuerdos de las pérgolas, del Jardín Zoológico, de todo aquello que cambia de sentido de repente.
Las figuras femeninas detrás de las rejas no parecen sufrir la reclusión (una mujer se pasea a caballo en ese interior, por ejemplo), y en partes del cuadro o en los grabados, la jaula se vuelve orgánica, también una presencia, un ser. No hay un sentido único en todas estas obras, aunque, dice Candelaria, "siempre necesito un tema como punto de partida". Después, que el otro, el que mira, viaje, propone ella, liberándose. Las estructuras nunca son tan firmes.
Hoy se inaugura "Estructuras", muestra de Candelaria Silvestro. En el Paseo del Buen Pastor, la apertura comenzará en la fuente con una intervención de danza teatro que dialoga con sus pinturas y grabados.