La frase "Solo pudo haber sido pintado por un loco", escrita en lápiz en El grito (1893), la obra del noruego Edvard Munch (1863-1944) que está considerada como símbolo de la angustia espiritual moderna -y cuyas reproducciones y adaptaciones en diversos formatos se han hecho virales- fue escrita por el propio artista, según un nuevo estudio que acaba de ser difundido por el Museo Nacional de Oslo (Noruega).
La sentencia escrita en lápiz en el cuadro ha desconcertado a los historiadores durante varias décadas, pero después de años de especulación los curadores del National Museum of Norway (Museo Nacional de noruega) han confirmado que la pequeña y apenas visible inscripción en el famoso lienzo fue escrita por el propio artista, según anunciaron hoy.
El cuadro, uno de los más conocidos del mundo, se ha convertido en una expresión radical y atemporal de la ansiedad humana.
Munch, pintor y grabador noruego, estuvo influenciado por los principios del simbolismo de finales del siglo XIX y el impresionismo, y gravitó en el expresionismo alemán de principios del siglo XX.
Por otro lado, el artista pintó otras cuatro versiones de El grito" -su obra más conocida- además del original de 1893, siendo la versión posterior de 1910 una de las más famosas, según The Guardian.
En preparación de la instalación del cuadro en el nuevo edificio del Museo Nacional de Noruega, que se inaugurará en 2022 en Oslo, se le dedicó a la obra un exhaustivo trabajo de investigación y conservación.
Los curadores dedicaron especial atención a la inscripción escrita en lápiz ubicada en la esquinasuperior izquierda del cuadro con la leyenda "Can only have been painted by a madman" ("Sólo puede haber sido pintado por un loco"), que fue añadida sobre la pintura después haber sido terminada.
La leyenda fue descubierta en 1904 y se cree que fue realizada en 1895. Su presencia fue un misterio. No se sabía si había sido un acto de vandalismo realizado por un espectador indignado o por el propio artista, destaca la información del museo.
Los curadores utilizaron infrarrojos para analizar la escritura, que fue comparada con notas y cartas de Munch, y tuvieron en cuenta los acontecimientos que rodearon la primera exposición pública, lo que los llevó resolver el misterio.
"La escritura es, sin duda, de Munch. Tanto la propia escritura como los acontecimientos ocurridos en 1895, cuando Munch mostró el cuadro en Noruega por primera vez, apuntan en la misma dirección", aseguró el curador del museo, Mai Britt Guleng.
"Según el estudio, el catalizador de la inscripción en El grito fue un incidente ocurrido en 1895, cuando Munch expuso el cuadro por primera vez en su Kristiania natal (actualmente Oslo). La obra provocó críticas furiosas y especulaciones públicas sobre el estado mental del artista.
En una noche de debate en la Asociación de Estudiantes, en la que se cree que estaba presente el artista, el joven estudiante de medicina Johan Scharffenberg cuestionó su salud mental afirmando que sus cuadros demostraban que no estaba en su sano juicio.
El pintor se sintió profundamente herido por las acusaciones y volvió a mencionar el incidente una y otra vez en cartas y en su diario. Tanto su padre como su hermana sufrieron de depresión, y el propio Munch fue hospitalizado tras una crisis nerviosa en 1908.
El grito se expondrá junto a varias de las obras más emblemáticas del artista, como Madonna, La danza de la vida y Autorretrato con cigarrillo, en la nueva sala dedicada a Munch.
"Las nuevas investigaciones aportan mucho a nuestra experiencia de las obras de arte. Nunca acabaremos con el arte de Munch. Cada vez que nos planteamos una pregunta sobre sus obras, surgen nuevas respuestas y perspectivas", afirmó la directora del Museo Nacional de Oslo, Karin Hindsbo.